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¿Cuál es de origen de las torrijas?

La torrija es el dulce por excelencia en Cuaresma y Semana Santa en gran parte de España. La Real Academia Española nos muestra: “Rebanada de pan empapada en vino o leche y rebozada con huevo, frita y endulzada”

Gabriel Argumosa. Académico de la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía y Alimentación

Sabemos que en la Cuaresma, periodo que va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos, se debían llevar a cabo el ayuno (excepto los domingos, tan solo se puede realizar una sola comida principal) y la abstinencia (prohibición de tomar carne los viernes durante la Cuaresma). Durante esos días, sin embargo, se permitía comer pequeñas porciones de alimentos elaborados a base de leche, huevo, miel y otros productos “sencillos y que tenían a mano”, con el fin de no perder energías durante las jornadas de trabajo de aquella época.

Además, la necesidad de utilizar el pan sobrante que, durante la abstinencia de carne, era el alimento más consumido, dio lugar a que en ese periodo de tiempo se cocinasen las torrijas de forma mucho más habitual.

torrijas-semanasantaDe origen romano

Se dice que la torrija fue un invento de los romanos. Su ‘gastrónomo’ Marcus Gavius Apicius ya mencionaba en su recetario ‘De re coquineria’ un plato denominado ‘pultes tractogalate’ (gachas guisadas con harina y leche) cuya elaboración es cercana a la torrija actual.

En la Edad Media el arte y saber de la cocina estaba en los conventos. Allí las monjas, durante los días de abstinencia, aprovechaban el pan duro, bañándolo en miel y leche.

Acompañaba a su sabor, según se cree, un sentido místico: la Resurrección de Jesús, identificando las sobras del pan con su cuerpo inerte, la fritura en aceite con el sufrimiento, la leche y miel con el resurgir y la esperanza. De ahí parece que radica el simbolismo de su consumo en este periodo del año, que se ha mantenido hasta nuestros días.

La primera vez que un término parecido a ‘torrija’ aparece por escrito fue en un texto del poeta y autor teatral salmantino Juan de la Encina (1468-1533). En su villancico número IV, escribe:

“En cantares nuevos
gocen sus orejas
miel e muchos huevos
para hacer torrejas
aunque sin dolor
parió al Redemptor”

Y ya acercándonos a fechas más cercanas, la Semana Santa era una de las pocas cosas que se celebraban en la posguerra. Como no había dinero para exquisiteces, se recurrió a esta receta.

Elaboración

A diferencia de otros postres de temporada, como el roscón de Reyes, por ejemplo, la torrija se puede hacer fácilmente en casa. De hecho, una comida familiar en estas fechas a menudo incluye la obligación de tener que degustar torrijas caseras.
Pero no solo en las casas; en Semana Santa es muy frecuente verlas en los escaparates de las pastelerías o como postre en la carta de cualquier restaurante.

Ingredientes básicos: pan elaborado con masa de suizos, leche y canela en rama

1- Se deja asentar el pan de un día para otro.
2- Se corta en rebanadas de 1 a 1,5 centímetros de grosor.
3- Se templa la leche con la canela en rama.
4- Se pasan las rebanadas por la leche, para empaparlas, y se dejan escurrir sobre una rejilla.
5- Se calienta el aceite a 180 °C.
6- Se pasan las rebanadas por huevo batido y se fríen en el aceite, dorándolas por las dos caras. Se sacan y se escurren.
7- Se pasan por una mezcla de canela en polvo y azúcar.

Las torrijas pueden sufrir variaciones en su elaboración:

· En lugar de la leche, se pueden pasar por vino blanco o tinto rebajado con algo de jarabe o vino dulce e incluso añadir el vino a la leche.

· Una vez fritas, se pueden pasar ligeramente en miel rebajada con jarabe o aromatizarlas con algún licor de naranja.

· También es frecuente el pasarlas, tras su fritura, por almíbar, elaborado en una proporción de un litro de agua por 500 gramos de azúcar, al cual muchos elaboradores añaden brandy o anís, en una proporción no mayor de un 5%.

Las torrijas pueden mantenerse varios días tras su elaboración, sobre todo si se tiene la precaución de que el agua, aunque sea en pequeñas proporciones, no se añada a la leche o en el almíbar, tras su preparación.

Aunque las de leche y las de vino son las reinas de las torrijas en Semana Santa, existen casi tantas recetas de torrijas como madres y abuelas las han elaborado a lo largo del tiempo. Además, las nuevas tendencias culinarias han creado algunas variantes, rellenas, con chocolate, etc. cambiando la base usando sobao o panetone, o tan sofisticadas como las torrijas deconstruidas.

En diferentes regiones

En Madrid, Andalucía y las dos Castillas las torrijas son los dulces predominantes en la Cuaresma y la Semana Santa, pero en ciertos lugares se codean en el consumo con las monas de Pascua en Cataluña y el Levante, la rosca de Pascua en Galicia, flores extremeñas, panquemado valenciano, gañotes gaditanos, bollos de Pascua, los pestiños, los buñuelos, leche frita, etc. En Cantabria se suelen llamar torrejas y se consumen en las comidas de Navidad.

A comer y disfrutar de las torrijas, recordando:

Es frecuente que tras leer una receta de torrijas nos animemos a elaborar unas en nuestra casa. Recordemos que es difícil comer solo una, así que a disfrutar en tan especiales fechas, teniendo en cuenta frases históricas:

La oración de Benigna, la casi santa alcarreña de ‘Misericordia’ de Pérez Galdós: “Bendito sea el señor que nos da el bien más grande de nuestro cuerpo: el hambre santísima”


Y José Bergamín escribió: “El hambre de cada día dánosla hoy, y mañana dánosla más todavía”.

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