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La frontera de Curiel

En pleno centro de la vieja Castilla se encuentra la villa de Curiel de Duero, próxima al río que lo acompaña y al que vigila desde tiempos inmemoriales. Escondida en un pequeño valle, conserva un importante patrimonio y un aspecto medieval inexpugnable de fronteras y disputas históricas. Esta localidad es considerada uno de los lugares más recónditos de toda la península ibérica, pese a que su castillo del cerro es el punto más alto de la provincia de Valladolid

Fernando Repiso Granado (texto y fotografías)

En un lugar de Castilla y León, cuyo nombre es Curiel, hace ya tiempo que Cervantes fijó sus ojos, al dedicar El Quijote al duque de Béjar y señor de nuestra villa y su tierra (el Valle del Cuco), como se refleja en la portada original de 1605. Ya ha llovido desde el siglo XVII, pero más ha llovido desde la Edad del Bronce a la que se remontan los primeros pobladores de las cuevas de Curiel.

Más adelante fueron vacceos y romanos quienes ocuparon estas tierras, de camino entre las cercanas ciudades de Rauda (Roa) y Pintia (Padilla de Duero), y los visigodos, que levantaron los primeros muros del castillo viejo sobre una torre de vigilancia romana. Y así llegamos a la convulsa Edad Media.

Arco de la Magdalena
Arco de la Magdalena

En la frontera del Duero, Curiel fue primero conquistada por los árabes omeyas en el siglo VIII, y sufriría la ira de Abderramán III en el siglo X, convirtiéndose en ese momento en un puesto avanzado del Condado de Monzón para el Reino de León. Fue breve posesión del Reino de Navarra después y, por fin, se convirtió en cabeza de una de las primeras comunidades de villa y tierra de la Extremadura castellana (siglo XI).

Con la expansión de la Corona de Castilla, la Tierra de Curiel pasó de ser morada y propiedad de la realeza a señorío particular de Diego López de Estúñiga, Justicia Mayor del reino y primer señor de Béjar.

Palacio de los Zúñiga
Palacio de los Zúñiga

Diego López llegó a ser corregente durante los reinados de Enrique III y Juan II, y construyó para su residencia el castillo-palacio del siglo XV inmerso en la villa. Curiel ya había perdido su condición de lugar de frontera y fue poco después cuando empezó a perder peso en la historia, salvo para dar a conocer a lo largo del país los avances médicos de sus empíricos cirujanos (siglos XVI al XVIII), como puso de manifiesto el recientemente fallecido Anastasio Rojo Vega.

Hoy por hoy, en el límite provincial y con escaso rédito electoral, el entorno de Curiel se debate entre el desarrollo turístico y el abandono del patrimonio rural por parte de las administraciones.

La pasión de Cristo reproducida en una viga de la iglesia de Santa María
La pasión de Cristo reproducida en una viga de la iglesia de Santa María

Un pueblo con dos castillos
Su gran historia nos ha dejado un gran patrimonio cultural para un pueblo tan pequeño, en el que lo primero que capta nuestra atención es el castillo de Arriba. Roquero del siglo X, pero con cimentaciones y parte de sus muros del siglo VII, se sitúa estratégicamente en lo alto del cerro que corona Curiel.

Es originariamente el más antiguo de la provincia de Valladolid y uno de los más antiguos de Castilla y León, y durante la Edad Media fue propiedad de varios reyes leoneses y castellanos (como Fernando III el Santo, Alfonso X el Sabio, Sancho IV el Bravo, Alfonso XI el Justiciero, Pedro I el Cruel o Enrique II de Trastámara), fue parte de la dote matrimonial de varias reinas (Leonor Plantagenet, hermana de Ricardo Corazón de León, Berenguela la Grande y Violante de Aragón), y fue prisión de otros personajes ilustres (como Jaime IV de Mallorca y Diego de Castilla, hijo de Pedro I, que permaneció nada menos que 55 años encerrado).

Consumido por la ruina tras el abandono progresivo al que fue sometido al construirse el nuevo palacio, el inmueble fue intensamente recuperado para uso turístico en el año 2006, de modo que actualmente es un hotelito rural con unas impresionantes vistas; el punto más alto de toda la provincia lo alcanza la cumbre de su torre del homenaje, a 948 metros sobre el nivel del mar.

soportalSu gran historia nos ha dejado un gran patrimonio cultural
El castillo-palacio del llano o de abajo, el Palacio del Justicia Mayor del rey, se terminó de construir en el año de 1410, en la castellana plaza mayor de la villa. Se trataba de un alcázar señorial realizado a imitación de los palacios reales, profusamente decorado con artesonados y yeserías mudéjares, que fue vergonzosamente desmantelado entre 1919-1920.

Hoy día algunas de sus partes pueden verse en el Alcázar de Segovia (un artesonado), en el Museo Arqueológico Nacional (los aliceres mudéjares), en la finca-palacio El Canto del Pico de Torrelodones (las columnas ochavadas del patio central), en Barcelona y en Estados Unidos (en California, el mejor artesonado). Los restos que quedan, que son la estructura de la torre del homenaje, la fachada principal y parte del recinto perimetral, no están habilitados para su visita interior, y recientemente han sido incluidos en la Lista Roja del patrimonio español en peligro por su estado de abandono y ruina progresiva.

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El rollo de justicia situado a la entrada del pueblo es el tercer Bien de Interés Cultural (BIC) declarado con que cuenta el municipio, junto con los dos castillos anteriores. Data del siglo XV, carece de remate y tiene esculpido el escudo de los Zúñiga. Antiguamente hubo también otro rollo en la plaza, delante del palacio, del que solo queda el graderío y un olivo plantado en su lugar.

Santa María
Santa María

En la plaza mayor de la villa, denominada la Plaza de la Constitución (probablemente en honor a la constitución de 1812 y a otras posteriores), también se construyeron la Casa Consistorial, del año 1884, y la iglesia medieval de Santa María. Se trata de una iglesia originariamente románica, del siglo XII, que fue muy reformada y ampliada en el gótico, en la época del Justicia Mayor, y que posee un magnífico artesonado mudéjar realizado en madera pintada al temple. Es visitable contactando con el ayuntamiento de la localidad.

Alforjas y otros enseres en el Museo Etnológico.
Alforjas y otros enseres en el Museo Etnológico.

Un pueblo con dos museos
Alrededor de la villa nos encontramos con algunos restos de las líneas de murallas y, especialmente, con el Arco de la Magdalena, una de las cinco puertas que tuvo Curiel. Otros edificios religiosos son la ermita del Cristo, situada junto al rollo, y la iglesia de San Martín, románica del siglo XII, visitable y restaurada como bodega privada destinada al envejecimiento de barricas.

Recorriendo el interior de su traza urbana medieval se observan un arca de depósito de agua natural, que abastece a la histórica fuente de El Caño, los restos de la alhóndiga y numerosas viviendas tradicionales castellanas, algunas con bodega incorporada, así como con algún ejemplo de vivienda rupestre, ya en el barrio de bodegas subterráneas.

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Además Curiel tiene nada menos que dos museos. Uno de ellos es el Museo Etnológico, que recoge una muestra de útiles y aperos tradicionales de la vida rural, junto con algunos restos de las yeserías del palacio. El otro espacio expositivo es la Escuela del Ayer, que recrea una escuela de principios del siglo pasado en lo que fue la cárcel de la Comunidad de Villa y Tierra, junto al edificio del ayuntamiento. Ambos lugares pueden visitarse a través de la Oficina de Turismo.

Fernando Repiso Granado

Entre algunas curiosidades culturales de Curiel está el propio nombre del pueblo, que se ha atribuido a los curules, generales romanos, aunque más probablemente se vincule con la antigua curia regia del Reino de León. En el siglo XIX se conocía a este pueblo como Curiel de los Ajos, se supone que por la calidad o por el uso de dicho producto. Y hasta hace poco el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española aún registraba la palabra ‘curiel’ con el significado de brujo, en el sentido de curandero que se le daba popularmente en algunas partes de Soria, probablemente ligado a los antiguos cirujanos empíricos procedentes de la villa. Además ‘Curiel’ es un apellido toponímico derivado de esta localidad y bastante extendido, también entre la población sefardí.

E incluso parece haber relación entre el nombre de la villa y el del protagonista de ‘Curial e Güelfa’, la importante novela caballeresca catalano-valenciana medieval. Otras curiosidades se refieren a la variedad de refranes y leyendas sobre el pueblo, como la de los túneles del castillo y la de los corrales de Curiel (Corrales de Duero), y al folclore de la singular danza de las Mudanzas, interpretada en la fiesta de la Cruz de Mayo y con una posible inspiración vasco-navarra, como muestra su gran similitud con el aurresku de honor.

Una de las opciones de visita a Curiel son los paseos en carruaje.
Una de las opciones de visita a Curiel son los paseos en carruaje.

Al trote por la Tierra de Curiel

El entorno de Curiel también resulta de interés y lo hace merecedor de alargar nuestra estancia unas noches más en alguna de sus cinco casas rurales. Paralelo al vallejo de El Horcajo en el que está la villa se encuentra el pintoresco Valle del Cuco, con sus numerosas fuentes y miradores naturales; un vergel en la  histórica Tierra de Curiel. Gracias a Bodegas Comenge, desde la localidad se pueden realizar paseos en coche de caballos por sus viñedos y por la Tierra de Curiel. Y repartidas por el término municipal se esparcen otras bodegas industriales visitables, entre las que están algunas de las más afamadas de la Denominación de Origen Ribera del Duero, como Legaris (grupo Codorníu) o Entrecastillos (grupo Yllera).

Merece la pena alargar la estancia
en una 
de las cinco casas rurales de la localidad

Aparte de los eremitorios visibles bajo el castillo, en los alrededores de Curiel hay otras cuevas, destacando las del peligroso cortado de Las Pinzas, cerca de Pintia. La Ruta P de senderismo (antes PRVA-10) sale desde el Valle del Cuco, desde la ermita de la Virgen de la Zarzuela próxima a Valdearcos de la Vega, pasa por Curiel y llega hasta el mirador natural del Alto de Las Pinzas.

En este punto el borde del páramo se adentra en el valle del Duero y ofrece unas amplias vistas de la Ribera y de Peñafiel. Otra ruta señalizada que transita por el término de Curiel es la frondosa Senda del Duero, un Camino Natural de gran recorrido que en este tramo sigue el curso del río desde Bocos de Duero a Pesquera, pasando junto a Peñafiel. El Castillo de Peñafiel a un lado del Duero, en la confluencia de varios valles ribereños, y el Castillo de Curiel al otro, escondido en un vallejo; solo cinco kilómetros de visual los separan.

 

Te puede interesar este reportaje sobre el valle del Cuco

 

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