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Cinco ediciones poniendo en valor el lechazo de la Ribera del Duero

El Centro de Iniciativas Turísticas de la Ribera del Duero de Valladolid y la Antena Local de la Cámara de Comercio de Valladolid en Peñafiel, en colaboración con varios Ayuntamientos de la Comarca, la Diputación de Valladolid,  la Sociedad Provincial de Desarrollo de Valladolid (SODEVA), la Mancomunidad Campo de Peñafiel y la Agrupación Empresarial de Peñafiel y su Comarca (AEMPE) han organizado las V Jornadas del Lechazo de la Ribera del Duero, que se desarrollarán durante todos los fines de semana del mes febrero de 2016.

Participan un total de siete restaurantes y cinco bares de toda la ribera vallisoletana. Dichos establecimientos pertenecen a los municipios de Peñafiel, Curiel de Duero, Pesquera de Duero y Quintanilla de Onésimo.

En ellas se podrán degustar menús basados en lechazo a 33 € por persona, compuestos de entrantes, plato principal, postre, vino de la Denominación de Origen Ribera del Duero, pan, agua y café o infusión. La fusión entre cocina tradicional y  de vanguardia son las notas predominantes de los diferentes platos que componen estos menús.

vjornadaslechazoEncontraremos desde el tradicional cuarto de lechazo asado en horno de leña hasta otras propuestas como  pierna de lechazo asada al romero, paletilla confitada con ensalada o  salteado de verduritas con lechazo escabechado y yuca. Tampoco podía faltar la casquería del lechazo, como las manitas o los callos, y otros derivados del ovino como el queso de oveja, otra de las delicias gastronómicas de la zona.

Pero, además, el lechazo se podrá degustar en forma de tapa, en cualquiera de los bares u hoteles participantes. El precio de la tapa, acompañada de una copa de vino joven de la Denominación de Origen Ribera del Duero, será de 2,70 €.

Para el tapeo, los establecimientos participantes nos proponen suculentas alternativas como Albóndigas de lechazo churro, parmentier de patata y cebolla caramelizada; Pan polar de lechazo en escabeche con sus verduras y germinados de alfalfa o Nuggets de lechazo con ensalada de la huerta deconstruida, entre otros.

Además, durante todo el mes de febrero, todos los visitantes al Museo Provincial del Vino de Valladolid, situado en el Castillo de Peñafiel, podrán disfrutar de la exposición de pintura “Silencios Poéticos” de Raquel Fragua, que se une a las catas dirigidas por el sumiller del Museo y que se celebran durante todos los sábados y domingos. También, el viernes 26 de febrero, a las 21:00 horas, tendrá lugar una nueva edición de Monólogos y catas, en la que se  catarán los grandes desconocidos de la Ribera del Duero y se degustarán diferentes productos gastronómicos, todo ello acompañado de un monólogo.

Ante la buena aceptación y éxito en las anteriores ediciones de estas  Jornadas del Lechazo de la Ribera del Duero, el Centro de Iniciativas de la Ribera del Duero de Valladolid y la Antena Local de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid en Peñafiel, han decidió apostar de nuevo por esta iniciativa,»un importante escaparate para la promoción del lechazo, junto a los vinos, la verdadera joya gastronómica de la comarca», como aseguran desde la organización.

El Lechazo

Una de las principales señas de identidad de la Ribera de Duero es su rica gastronomía, sustentada principalmente por sus vinos y el lechazo, plato tradicional que protagoniza el recetario de la comarca. Desde la antigüedad, el plato, favorecido por la impronta ganadera de la zona, ha ocupado los primeros puestos de las cartas de los restaurantes de la Ribera. Hoy es un atractivo turístico y prueba de ello es que cientos de personas acuden, casi a diario, a degustar este plato.

Buen número de establecimientos se sienten identificados con el asado y gracias a ellos persiste una receta que se resiste a morir. Tan importante como la elaboración del plato es la carne. La raza churra tiene presencia en tierras castellanas, desde tiempos de los íberos y se caracteriza por su resistencia al clima extremo y por ser una raza longeva que no padece enfermedades congénitas. Por ello, buena parte de los restaurantes adquieren la materia prima de los ganaderos de la zona.

El maestro asador y el horno de leña son tan importantes como la materia prima, pues la receta es sencilla: lechazo de primera calidad, agua y sal. Los cuartos de lechazo se sirven en cazuelas de barro, en raciones abundantes y recién sacadas del horno. Es muy suave, tierno y jugoso, en gran medida porque el animal tan solo se ha alimentado con leche materna y se sacrificó al alcanzar un peso en canal de entre cinco y ocho kilos. Se acompaña con ensalada y pan, otra de las señas de identidad de la gastronomía local. La mejor forma de maridarlo es con un buen tinto de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

Pero hoy día la cocina tradicional se fusiona con la gastronomía de vanguardia y el lechazo se puede degustar de mil formas y maneras diferentes. Las V Jornadas del Lechazo de la Ribera del Duero se presentan como una ocasión única para degustar el lechazo, tanto con sus menús degustación como con en tapas, siempre acompañadas de los impresionantes vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

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