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Las aguas puras

Castilla y León cuenta con once reservas naturales fluviales, que suman más de 156 kilómetros de ríos conservados en óptimas condiciones medioambientales. Burgos, Palencia, León, Zamora y Ávila son las provincias en las que se encuentran estos paraísos naturales del agua

Alfredo Allende

El refrescante rumor del agua que salta entre las piedras, el relajante canto de los pájaros y la acogedora sombra que ofrecen los alisos, sauces y chopos de la ribera del río se presentan como una imagen idílica para disfrutar del paseo, de una buena lectura o, simplemente, para que cada uno ponga en orden sus pensamientos. El inconveniente es que cada vez quedan menos lugares así, en los que la actividad humana no haya interferido para cambiar la perfección natural. Con el propósito de preservar aquellos tramos de ríos que apenas han tenido que soportar una escasa o nula intervención del hombre y que se mantienen en muy buen estado ecológico, el Magrama declaró a finales del año pasado las primeras 82 reservas naturales fluviales en España con una longitud de 1.755 kilómetros.

A la comunidad castellanoleonesa le corresponden 156,7 kilómetros distribuidos en once reservas: Burbia I, Arroyo Riocamba, Río Riosequino (León), Bibey I (Zamora), Alto Carrión (Palencia), Tirón, Rudrón (Burgos), Garganta Iruelas, Río Arbillas, Río Muelas (Ávila) y Arroyo Rebedul (discurre por las provincias de Palencia y León). De momento se han quedado fuera muchas de las propuestas planteadas por las distintas confederaciones hidrográficas, aunque lo previsto es que próximamente se incorporen más kilómetros de ríos a esta figura de protección.

Este listado supone ahora una excelente referencia para planificar salidas a algunos de los lugares mejor conservados de la región. Naturaleza en estado puro, con el aliciente de la presencia del agua; el origen de la vida. Además, estas reservas naturales fluviales se ubican en entornos de enormes atractivos turísticos, medioambientales y patrimoniales, que hacen muy fácil que el día de ocio sea redondo.

1 Carrión Vidrieros

Río Tirón

El Tirón, desde su nacimiento hasta Fresneda de la Sierra, totaliza 10,2 kilómetros de ejemplo singular y representativo de los ríos de montaña mediterránea silícea de la cuenca del Ebro en Burgos. El cauce apenas soporta presión humana, de manera que no se produce tampoco ninguna alteración en los procesos naturales del río. Por eso la zona catalogada como reserva natural fluvial va desde el nacedero hasta la localidad de Fresneda de la Sierra.

El curso del Tirón alterna aquí tramos rectos con otros sinuosos. Es un paisaje fluvial de cabecera envidiable, que da cobijo a una fauna de especial significancia. Incluye endemismos como el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus). La vegetación de ribera presenta una alta naturalidad y, además, no se han detectado especies invasoras en ella. Predominan las fresnedas, con matorral espinoso y pastizales en el entorno. La comarca cuenta con otras figuras de protección ambiental como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección a las Aves (ZEPA).

Localizada en las estribaciones de la Sierra de la Demanda, el entorno de esta reserva fluvial ofrece muchas alternativas al visitante que se acerque hasta esta zona fronteriza entre Burgos y el territorio riojano. Cerca en línea recta, aunque algo más alejadas por los condicionantes de la orografía, encontramos las localidades de Pradoluengo y Belorado. Ambas cuentan un rico pasado industrial, que ha dejado en la actualidad un rico patrimonio digno de conocer. La Sierra de la Demanda ofrece al senderista hermosas masas forestales de haya, robles y extensos bosques de pino albar en los que habitan lobos, corzos, ciervos, gatos monteses, tejones, nutrias y numerosas aves rapaces.

Río Rudrón

Los ríos Rudrón y San Antón, hasta la confluencia de ambos, son un buen exponente los ríos de montaña mediterránea calcárea de la demarcación hidrográfica burgalesa del Ebro. Son casi trece kilómetros en los que la escasa humanización del terreno ha permitido también aquí conservar el entorno en óptimas condiciones. La zona de reserva comienza en el Rudrón dos kilómetros abajo del río Valtierra hasta que se une a él el San Antón.

El régimen hidrológico de esta reserva se beneficia tanto de las lluvias como de las nevadas. El curso de los ríos dispone de valiosos elementos asociados a la geomorfología de la zona como las formaciones kársticas de la zona de nacedero y grandes desfiladeros de la foz del Rudrón. También cuenta con una vegetación y fauna asociadas al río de gran valor. Alisedas, fresnedas y saucedas sombrean las riberas.

El singular paisaje que han tallado a lo largo de los tiempos el padre Ebro y sus tributarios se caracteriza por un territorio trizado de cañones calizos. Es el parque natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Aquí el senderista encuentra un verdadero paraíso para practicar su afición. Transitar por los Cañones del Ebro, seguir la pista de algunos de los personajes más célebres de las novelas de Miguel Delibes, visitar localidades con singular encanto como pueden ser Pesquera de Ebro, Orbaneja del Castillo o Valdelateja, asomarse a la surgencia del Pozo Azul en San Felices del Rudrón, acercarse a el Tobazo en las inmediaciones de Moradillo del Castillo… Las alternativas son tantas que da para más de una visita.

Arroyo Rebedul

El arroyo del Rebedul ve la luz en la provincia de Palencia, pero cruza después a territorio leonés donde desemboca en el río Cea por su margen izquierda, cerca de Almanza. No pasa por ningún núcleo de población en su recorrido. La cabecera del Rebedul se encuentra rodeada de pinares de repoblación (Pinus sylvestris). A medida que desciende, los pinos dejan paso a un denso bosque de robles junto a especies arbustivas como brezos, genistas y espinos albares. Más tarde aparecen las especies de ribera, sobre todo sauces que se hacen más densos y de mayor porte en el entorno de la desembocadura. Ahí se incorpora el chopo del país. Parte de los tramos medio y bajo del arroyo discurren por el LIC Rebollares del Cea.

El Rebedul conforma un valle fluvial en uve muy abierta, con laderas muy tendidas y con fondo relativamente plano y ancho. Está labrado en formaciones limosas y de gravas, de color anaranjado, correspondientes al relleno Terciario del Mioceno. Recibe aportes hídricas muy estacionales, de manera que acusa fuertes estiajes, sobre todo en sus partes más altas, que están secas en los meses estivales.

El terreno reúne las condiciones idóneas para el senderismo y las rutas en bici, incluso a los recorridos a caballo. Es tierra de grandes ciervos, donde también se pueden ver otros mamíferos como corzos, lobos, jabalíes y más. Los apasionados de la observación de aves y de la recogida de setas tienen en estas laderas un espacio ideal para sus aficiones.

En la localidad de Almanza se puede completar la salida con una visita al centro de interpretación medioambiental Rebollares del Cea, que está dividido en seis salas: Caza y Montería, Pesca y Ribera, Grandes Robles, Patrimonio, Ornitología, y Micología. Dispone de vídeos explicativos y paneles sobre el diverso patrimonio natural de Almanza.
Arroyo Riocamba

El arroyo Riocamba nace en la zona oeste de la provincia de León, para desembocar en el río Cea por su margen izquierda. No cruza ningún núcleo de población en su recorrido. Discurre a poca distancia del Rebedul, dejando las lagunas de Primavel, Cabrihuela y los Arisales entre ambos. La propuesta de reserva natural fluvial se refería al tramo comprendido desde el límite entre los municipios de Monte de Riocamba y Villaselán hasta la desembocadura en el Cea. Sin embargo, el área de interés del arroyo incluye también su cabecera, que no está definida de manera oficial como masa de agua.

El Riocamba atraviesa en su zona alta un melojar (Quercus pyrenaica), en el que también hay roble carballo y diversos brezos y genistas, que se acercan hasta la ribera, sin que aparezca en este tramo la vegetación de ribera. A medida que descendemos se suman chopos y sauces, que aunque no forman una banda en la ribera, ya están presentes junto al arroyo. Las orillas están ocupadas por gramíneas y otras. En el tramo más bajo comienzan a aparecer choperas de repoblación en la vega y aumenta la densidad de los sauces de porte arbustivo, sin que lleguen a desaparecer los melojos. Ya en la vega del Cea, desde poco antes de llegar a la población de Villaverde de Arcayos, el Riocamba se aproxima a la desembocadura entre fincas de secano.

El arroyo Riocamba es uno de los mejores ejemplos de río de tramos medios de la cuenca, encajados en raña y, por tanto, con importante volumen de carga sólida de gravas. Todos estos factores constituyen los principales valores hidromorfológicos del arroyo, acentuados por su localización en una zona con apenas modificaciones derivadas de la actividad humana.

Río Riosequino

En el norte de León nace y muere el Riosequino, un pequeño curso fluvial que discurre de noroeste a sureste hasta que se topa con el Torío por su margen derecha, que a su vez se rinde al Bernesga doce kilómetros aguas abajo una vez que ha sobrepasado la ciudad de León. El único núcleo de población que atraviesa el río es Riosequino de Torío. Son diez kilómetros y medio de reserva fluvial natural.

La parte alta del arroyo de Riosequino, está formada por manchas discontinuas de saucedas, zarzas y pies aislados de chopos del país. En el entorno predominan pastizales y laderas ocupadas por manchas de roble y pinos. En el curso medio, la vegetación es más continua. A las mimbreras se suman otras especies de porte arbustivo como el majuelo, negrillo y escaramujos. En el entorno de la localidad de Riosequino, pequeñas fincas conforman una vega con fresnos, mimbreras y chopos del país.
En las proximidades del Torío, la vegetación forma un cordón continuo donde predominan las especies arbustivas como majuelo, endrino, escaramujos, ch0pos, fresnos y enredaderas. En la época de estiaje, el río suele secarse prácticamente en su totalidad, quedando sólo algunas fuentes en cabecera y pequeños charcos y pozas donde se refugian las bermejuelas y ranas verdes. El mayor interés a nivel biológico de este tramo es que alberga una colonia de cangrejo autóctono en la zona de cabecera, una especie extinta en la mayoría de los cauces de la Península Ibérica.

Este río se encuentra en una zona muy accesible para el ser humano, lo cual es un arma de doble filo. Esta accesibilidad permite conocer y disfrutar con facilidad de los valores que le han hecho merecedor de ser catalogado como reserva natural fluvial. El debe hay que buscarlo en la incidencia negativa de las malas prácticas humanas como los vertidos puntuales de escombros que se producen en este entorno. Entre la capital leonesa y Villasequino de Torío hay quince kilómetros de distancia, una cercanía que permite conjugar el conocimiento de este privilegiado entorno medioambiental con otras actividades de ocio, culturales y gastronómicas en la hermosa ciudad de León.

Alto Carrión

El río Carrión nace en la provincia de Palencia, en la laguna de Fuentes Carrionas a unos 2.220 metros sobre el nivel del mar. Es un circo glaciar rodeado de cumbres de más de 2.400 metros de altitud que forman parte del espacio natural de Fuentes Carrionas. Referencias para los montañeros son los picos Curavacas, el Espigüete y otros. La reserva natural fluvial comprende el río Carrión desde su cabecera hasta su confluencia con el arroyo Valdenievas, lugar muy próximo a la población de Vidrieros. Aquí es el último lugar, si accede por esta zona, al que el senderista puede llegar conduciendo su turismo. La figura de protección incluye también a su afluente por la margen derecha, el Arauz; un cauce que se ha visto afectado en los últimos años por la presencia del moco de roca (Didymosphenia geminata). La reserva totaliza 26 kilómetros de ríos, la segunda más extensa de las declaradas en Castilla y León.

El río Carrión en su cabecera y el arroyo Arauz son típicos ríos de alta montaña, con las riberas de vegetación herbácea. A partir de su confluencia comienzan a aparecer sauces dispersos para ir ganando presencia hasta conformar una sauceda mixta con pies de chopo, álamos temblones y sauces de porte arbóreo, siendo en las proximidades de Vidrieros donde la vegetación alcanza su mayor riqueza.

La vegetación del arroyo de Valdenievas en la zona alta está compuesta fundamentalmente por brezos, a los que suceden según el cauce pierde altura una sauceda mixta, álamos y sauces blancos hasta formar una ribera densa, sobre todo en su margen derecha.

En cuanto a la fauna, habitan estos cauces y sus riberas el desmán ibérico, la nutria y el sapillo pintojo. Son especies que están catalogadas de ‘interés especial’ y como de ‘interés comunitario’. En las oxigenadas e impolutas aguas de estos ríos abunda la trucha común. También es territorio de grandes mamíferos como el oso, venados, ciervos y jabalíes.

El entorno muestra pletórico del color de brezos y genistas desde la primavera hasta el otoño. Las brañas acogen en verano a cientos de vacas que se alimentan de los nutritivos pastos de la alta montaña. A ciclistas y montañeros no les faltará la compañía del animado tintineo de los campanos. El parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre Montaña Palentina compone un paisaje de gran belleza, que además cuenta en sus localidades con una rica arquitectura popular a la que debemos sumar el románico de iglesias y ermitas, además de una excelente gastronomía en forma de embutidos, carnes y setas. Cervera de Pisuerga es una buena opción como centro de operaciones desde el que conocer la comarca.

Burbia I

El río Burbia (León) atraviesa la ZEC de la Sierra de los Ancares y la ZEPA y parque natural del mismo nombre. El parque natural de la Sierra de los Ancares se localiza a caballo entre la región atlántica y la mediterránea. Se corresponde básicamente con la Reserva Regional de Ancares Leoneses. Es un terreno muy abrupto y boscoso (robledales, hayedos y pinares sobre todo), con zonas degradadas intermedias cubiertas de matorrales y cultivos, pequeñas huertas, prados de siega y pastizales en los fondos de valle. En algunos tramos fluviales se conservan todavía bosques de ribera de interés. Además existen muestras de una cultura popular de gran valor etnográfico.

La reserva natural fluvial está formada por tres ríos principales: el Tejeira, el río Porcarizas y el propio Burbia (incluidos sus afluentes), hasta la confluencia del Tejeira con el Burbia. Su superficie de cuenca vertiente es de11.588 hectáreas.

El río Burbia y sus afluentes son representativos de los ríos de montaña húmeda silícea. Es un río confinado con una llanura de inundación estrecha y discontinua. Discurre sobre pizarra negras, aluviones y cuarcitas, areniscas y pizarras. En su parte más alta, discurre encajonado en uve con un cauce estrecho y algo sinuoso en pendiente moderada. A medida que descendemos adquiere mayor sección y entidad. El tramo y su entorno constituyen una zona fluvial de gran valor natural y paisajístico aunque condicionado por el difícil acceso al río en la mayor parte del tramo.

Actualmente encontramos alisedas galaicas con fresnos, que en las zonas más encajadas reduce la amplitud y la altura de la formación, aumentando la presencia de Carex acuta (planta herbácea perteneciente a la familia cyperaceae) en el cauce. Diferentes variedades de fresnos se posicionan en unas zonas y otras respecto al río. La ocupación es de un 80%, con una naturalidad muy alta, superior al 90%.

Villafranca del Bierzo y Vega de Espinareda son dos de las localidades más significativas que encontramos en esta comarca. Apenas necesitan presentación. Villafranca del Bierzo es uno de los hitos del Camino de Santiago; un lugar que requiere una visita calmada para disfrutar de todo su encanto y con buenos equipamientos para el alojamiento y la gastronomía. Indispensables son los vinos de la zona, el botillo, los pimientos, las castañas, la manzana reineta… La lista es larga. En Vega de Espinareda se ubica el impresionante monasterio benedictino de San Andrés, cuyo origen se remonta al siglo X. En la misma localidad resulta imprescindible la visita al puente romano que salva el río Cúa.

Bibey I

El río Bibey atraviesa zonas ZEC y ZEPA y el parque natural del Lago de Sanabria y Alrededores, que con una superficie total de 22.365 hectáreas se encuentra situado al noroeste de la provincia de Zamora. El parque natural se extiende por una superficie montañosa que oscila entre los 988 y los 2.124 metros sobre el nivel del mar. Enclavado en la región mediterránea, se hace notar la cercanía de la eurosiberiana en la brevedad del periodo seco, la elevada pluviometría y el rigor invernal. Protegido por los contrafuertes meridionales de la Sierra de la Cabrera al norte y por la Sierra Segundera al oeste, son abundantes las lagunas de pequeño y mediano tamaño como consecuencia del fenómeno glaciar cuaternario, destacando entre ellas el lago de Sanabria.

La reserva natural fluvial está formada por dos cursos principales de agua con sus afluentes: el río Bibey en cabecera y el arroyo de Val de Inferno. Algunos de sus afluentes vienen de los muncipios vecinos de A Veiga, ya en Galicia, mientras que el resto discurre íntegramente por el municipio zamorano de Porto. El Bibey I totaliza una cuenca vertiente de 69,54 kilómetros cuadrados. Destaca su morfología fluvial singular, que es el hábitat potencial de múltiples especies. Este río Bibey es una buena representación de los diferentes tramos de un río de alta montaña, con grandes valores naturales y escénicos. Asimismo, conserva un alto grado de naturalidad en todo su curso.

La vegetación de ribera está formada por saucedas negras continentales, alisedas hercínicas, alisedas suroccidental, loreras, abedulares hercínicos, saucedas salvifolias hercínicas y fresnedas hidrófilas continentales. Actualmente dominan las saucedas negras con un alto grado de naturalidad, entorno al 50-70%.

Los amantes de la naturaleza encuentran en el entorno de Puebla de Sanabria, coronada por el castillo de los Condes de Benavente, el lugar perfecto para ellos. Es posible realizar rutas de senderismo, en bicicleta (recientemente se han señalizado dos recorridos de montaña que recorren varios pueblos de Sanabria y la Carballeda), micológicas, a caballo… También se puede navegar por el lago tanto en ‘pedaleta’ como en el catamarán que se impulsa con energía eólica y solar.

Villardeciervos se hizo un hueco en la Historia por su episodio en la Guerra de la Independencia ganando a los franceses. Pero es el contrabando -desde 1850 comerciando con tabaco que bajaba de Santander, ropa de algodón y sal- lo que posibilitó la rica arquitectura que caracteriza la localidad con bonitas casonas de dos y tres plantas. Destaca también la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, sencilla construcción de origen en el románico, que es característica por su cúpula.

Garganta de Iruelas

La Garganta de Iruelas, situada en la Sierra de Gredos abulense, discurre por una ladera de gran valor paisajístico. Su lecho está compuesto por grandes rocas graníticos (también conocidas como bolos)El agua, al descender por pronunciados desniveles forma continuos saltos y pozos. Son casi cuatro kilómetros y medio los que han sido declarados como reserva natural fluvial. La garganta se forma en el lugar denominado Las Juntas a partir de la reunión de tres arroyos tributarios: Castañarejo (que desciende del collado situado entre los cerros de El Pozo y de La Piña), la garganta de Candeleda (que nace en el puerto de Casillas), y la de Helecharones (que tiene su origen entre El Berrueco y La Escusa). La garganta es el germen del río Iruelas, que desemboca en el Alberche para remansarse poco después en el embalse de Burguillo.

El Valle Iruelas ha sido declarado ZEPA, debido a la gran variedad de rapaces que están presentes en su entorno, tales como el águila real, calzada, culebrera, ratonero, cernícalo, milano negro y real, alcotán, búho real y cárabo. Junto a estas especies hay un gran número de paseriformes (roquero rojo, pechiazul, bisbita ribereño, y otras). También se incorporó en 1997 al grupo de Espacios Naturales que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha protegido bajo la figura de Reserva Natural. Se creó con el fin de preservar la rareza, fragilidad, importancia y singularidad de sus ecosistemas, comunidades y elementos biológicos, y en particular porque alberga el área de nidificación del buitre negro más importante en España, con al menos ochenta parejas.

El embalse de Burguillo, el primero que se construyó en España, supone un centro neurálgico para la actividades turísticas y al aire libre en la provincia de Ávila. Ocupando parte de los términos municipales de El Tiemblo, El Barraco y Navaluenga, se encuentra situado entre montañas, con espectaculares panorámicas de la Sierra de Gredos. Numerosas empresas de turismo rural ofrecen alojamiento y actividades en esta comarca.

Río Arbillas

A medio camino entre las localidades abulenses de Candeleda y Arenas de San Pedro, el río Arbillas discurre desde la Sierra de Gredos formando piscinas y charcas naturales hasta confluir con el Muelas para unirse al Tiétar. Las cascadas y pozas son de sobra conocidas por los bañistas de la zona, sobre todo en el entorno de Poyales del Hoyo. El Arbillas es un ejemplo representativo de los ríos de las gargantas de Gredos y Béjar, que ahora está catalogado como reserva natural fluvial a lo largo de más de quince kilómetros. Apenas se ha visto afectado por la actividad humana, salvo en el último tramo donde las captaciones para uso agrícola disminuyen moderadamente el caudal.

En su tramo alto el río discurre por un estrecho espacio, con un lecho rocoso y colmado de bolos graníticos. Al disminuir la pendiente, los saltos y pozas dan lugar a rápidos y remansos hasta que el valle se abre y en su último tramo, antes de la confluencia con el río Muelas, se transforma en un río de llanura en donde las vegas cultivadas han respetado la vegetación de ribera.

El turista tiene en la comarca múltiples opciones. Arenas de San Pedro es la cabecera del Bajo Valle del Tiétar. Cuenta con atractivos como el despoblado de Los Llanos (antigua aldea medieval especializada desde el siglo XIII en la extracción y transformación de mineral de hierro), el puente de Ramacastañas, el puente de Valdeolivas sobre el Tiétar (de once ojos, y tránsito obligado para los ganados de la Mesta), o la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, con cabecera de planta cuadrada con contrafuertes en cada ángulo para contrarrestar los empujes de la bóveda de crucería que cubre la capilla mayor.

Candeleda ya registra asentamientos humanos en los siglos VII y VI a. C., vinculados a la cultura vetona. Como monumentos y lugares de interés hay que recorrer la plaza de las Burgas, la plaza del Castillo (verdadero centro de la localidad, donde en la Edad Media existía una antigua fortaleza), la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Bien de Interés Cultural), la ermita de San Blas, el singular Sequero de Pimentón y el puente romano denominado la Puente Vieja. Durante el recorrido por el casco antiguo no hay que perder ojo de la arquitectura tradicional de la zona, muy bien conservada.

Río Muelas

El río Muelas arranca con mucho brío desde la laderas de Gredos entre grandes masas graníticas y arenas, para cambiar más tarde el paisaje por los limos, las arcillas. La sucesión de rápidos y remansos da más adelante lugar a zonas calmadas. Su bosque de ribera es diverso y maduro. Cabe destacar las loreras de Prunus lusitanica, especie rara y restringida a unos pocos lugares húmedos y protegidos en la Península Ibérica. Alisos y sauces negros son las especies predominantes.

Esta reserva natural fluvial, que protege más de ocho kilómetros del Muelas, se encuentra muy cerca de la denominada Río Arbillas. Ambos cauces son compañeros de viaje, solo están separados uno de otro por los caprichos de la orografía al dividir en distintas vertientes las aguas que bien pudieran haber transitado juntas. Es territorio adscrito al parque regional Sierra de Gredos, que también está bajo la protección medioambiental como LIC y ZEPA.

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