Son 2,5 millones de hectáreas las que componen esta superficie transfronteriza entre España y Portugal, que posee una enorme biodiversidad. Lince ibérico, buitre negro, alimoche, águila perdicera y cigüeña negra son algunas de las especies en peligro que aquí habitan. Fundación Naturaleza y Hombre trabaja sin descanso con la población local para garantizar la conservación del hábitat y atraer el turismo que, además de conocer la comarca, aporte los recursos necesarios para la vida
Es un paraíso que prescinde de fronteras. El Oeste Ibérico supone un enorme espacio transnacional de unos 2,5 millones de hectáreas, “que conserva en su interior algunas de las especies más amenazadas de toda Europa”, según recalcan desde la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH). Esta es la fundación que trabaja para preservar la biodiversidad de este espacio natural donde peligra el lince ibérico, buitre negro, alimoche, águila perdicera y cigüeña negra. “El territorio compartido por España y Portugal en torno a la Raya, aproximadamente desde Arribes del Duero hasta la Sierra de San Mamede, constituye la mayor extensión de naturaleza de la Europa Occidental”, concluyen para justificar también su arduo trabajo en defensa de los valores de la dehesa salmantina. Oeste Ibérico incluye diez espacios de la Red Natura 2000. Ciudad Rodrigo es la población charra más conocida de las que forman parte de este apasionante proyecto. Linda con Zamora y también incluye parte de la provincia de Cáceres.
Se trata de un territorio parcialmente intensificado en cuanto a su aprovechamiento (ganadero en el caso de Campo de Azaba–Argañán–Malcata, y cinegético en Tajo Internacional y Sierra de Gata) a ambos lados de la frontera y con un gran potencial para desarrollar proyectos de conservación de la naturaleza. Ha sido una región poco explotada por razones ecológicas, geográficas, climáticas, históricas y socioeconómicas, que ha tenido históricamente un intenso aprovechamiento ganadero. En España y Portugal los municipios de este ecosistema mediterráneo están ahora en continua pérdida de población.
El proyecto LIFE+ ‘Club de fincas por la conservación de del Oeste Ibérico’ se inició en julio de 2003. FNYH -como beneficiario coordinador- y Associaçião Transumância e Natureza y Universidad de Salamanca -como beneficiarios asociados- trabajaron unidos para alcanzar los objetivos marcados: la mejora del estado de conservación, demográfico y superficial de los principales hábitats y especies del espacio transnacional Oeste Ibérico.
Como metas específicas se pueden reseñar la mejora en la conservación y en la superficie de los hábitats más representativos, de las poblaciones de conejo y perdiz como alimento del águila imperial ibérica, águila real, búho real y águila calzada. Asimismo, se pretende mejorar el estado de las poblaciones de buitre negro, alimoche, águila perdicera, cigüeña negra y cernícalo primilla. Y, por supuesto, está incluido sensibilizar a la población -local y nacional- del enorme valor que posee este territorio para preservar la biodiversidad europea.
En colaboración con los pobladores
El Club de Fincas del Oeste Ibérico está abierto a la incorporación de todo propietario de fincas en la Red Natura 2000 que esté interesado en formar parte del proyecto.
La pertenencia posibilita acciones para conservación sin coste; plan de buenas prácticas en usos ganaderos, cinegéticos y de recreo; monitorización de especies y hábitats; asistencia permanente para la conservación; ventaja competitiva para productores y liderazgo a nivel comarcal. El compromiso es eliminar prácticas inadecuadas.
La evaluación del impacto en el medio socioeconómico local de las acciones de conservación planteadas permite conocer en qué medida el desarrollo del conjunto del proyecto afecta a la sociedad local. Ello resulta esencial para que la población asuma la política de conservación de la naturaleza y no la vea como agente extraño y externo que se limita a condicionar los usos del territorio.
FNYH trabaja con los propietarios para impulsar una gestión de la zona que sea compatible con conservar los enormes valores de este ecosistema. La Fundación les ayuda a desarrollar medidas que mejoran la naturaleza al mismo tiempo que sus explotaciones agrícolas, ganaderas y cinegéticas. Y, siempre, respetando su actividad económica.
Con esta finalidad restauran charcas con problemas por el pisoteo, eutrofización y calidad y cantidad de agua hasta convertirlas en idóneas para que abreve el ganado y otros animales. Mejoran la poda de encinas y alcornoques hasta minimizar las enfermedades. Regeneran la dehesa y siembran cereales y otros cultivos para las especies presa. Buscan rentabilidad directa con el desarrollo de actividades de ecoturismo y la adhesión a marcas de calidad por parte de algunos productos como miel, vino y embutido ibérico.
Reserva Biológica Campanarios de Azaba
La Reserva Biológica Campanarios de Azaba, con sus más de 522 hectáreas, se localiza entre los municipios salmantinos de La Alamedilla y Espeja. La reserva biológica Campanarios de Azaba, alberga, además de su dehesa intacta, animales exclusivos, en su ambiente natural, como el buitre leonado, la cigüeña negra y el buitre negro. Gracias al proyecto de conservación se intenta proteger las especies más amenazadas protegiendo la biodiversidad. 
En la Reserva se puede disfrutar de observatorios de fauna, miradores, itinerarios guiados y cenas bajo las estrellas que relucen el área del Oeste Ibérico. También por la noche se puede gozar de lugares habilitados en los que ocultarse para hacer fotos y reportajes fotográficos y también observar a los animales nocturnos.
Los abejarucos, con sus colores llamativos ya han vuelto de África y empiezan a verse en el área del Oeste Ibérico. Fácil de reconocer por sus colores brillantes, estas aves, de la familia de las Merópidos, comienzan su reproducción en abril nidificando en agujeros de ribera arenosa o arcillosa.
Proliferan en Oeste Ibérico las visitas guiadas y salidas al campo, jornadas técnicas, actividades educativas, talleres recreativos. Muchas de estas actividades están impulsadas por Fundación Naturaleza y Hombre.
El programa de Educación Ambiental en el marco del Proyecto LIFE Club de Fincas ha celebrado en este cuatrimestre 40 talleres para dar a conocer entre la población local el proyecto coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre. Muchos pueblos de Oeste Ibérico participaron activamente en las acciones de difusión. Vecinos de Pinofranqueado, Robleda, Saucedilla, Bohonal de Ibor, Casatejada, Espeja, Fuentes de Oñoro, Hernán Pérez, Serrejón y Toril aprendieron a hacer saquitos olorosos, jabón natural, aceite de lavanda, alcohol de romero, además de aprender una forma más de reciclaje de botellas de plástico. Durante los talleres se pretende difundir la importancia de la conservación y del respeto al medio natural.
Rutas turísticas
FNYH ha presentado este año su proyecto ecoturístico sostenible, que unirá varios entornos naturales fronterizos de Salamanca y la región centro de Portugal como reclamo turístico para los amantes del paisaje del Oeste Ibérico. El inicio de este viaje ecoturístico es en la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba y es guiado por expertos de FNYH. Se centra en el conocimiento y la interpretación del paisaje y, además, habría un contacto directo con actividades locales, la mayoría agricultores y ganaderos de este entorno rural.
Por otra parte han finalizado los trabajos de retirada del helecho azolla, que habían colonizado la superficie de un par de lagunas en la Reserva de Campanarios de Azaba. La Azolla filiculoides, también llamada helecho de agua, es una invasora, originaria de América, que se propaga rápidamente y termina por cubrir totalmente las charcas hasta impedir el desarrollo de otras especies animales y vegetales de carácter autóctono. Se ha mejorado sensiblemente la calidad ecológica de doce charcas, con tesón y mucho esfuerzo. 
En marzo se celebró en la finca El Rual (Espeja) una actividad de voluntariado de plantación y protección de árboles para la mejora de hábitat de bosque de ribera. Los voluntarios plantaron y protegieron alrededor de 190 árboles entre alisos y fresnos. Se han liberado un total de 600 individuos de perdiz roja (Alectoris rufa) para reforzar las poblaciones silvestres, que son esenciales en la cadena trófica de predadores de ciertas especies de aves rapaces. Asimismo, se han liberado conejos y recuperado palomares. Toda esta intensa labor favorecerá que la Reserva Biológica Campanarios de Azaba, en la próxima temporada, se llene de fotógrafos de naturaleza, aficionados y profesionales, provenientes de todas partes de Europa y que quieren disfrutar de la biodiversidad que esta área alberga y de sus especies emblemáticas. Han construido ya muchos apostaderos y refugios dedicados a la fotografía de fauna, diurna y nocturna.
