Que la actividad agrícola y ganadera esté considerada como esencial no afecta a todos por igual. La ganadería brava está pasando mal momento por la falta de festejos taurinos y que, además, faltan las visitas que reportaban ingresos también a las fincas. Salamanca es la provincia con mayor cantidad de ganaderías de estas características.
En la ganadería Herederos de Miguel Zaballos, en el municipio de Sando, han quitaron todo el ganado de lidia ya en mayo del año pasado. “No podíamos aguantar los animales sin ninguna salida, ni para ir a las plazas ni para enseñarlos en el campo”, justifica Ana Hernández. En la finca Valdelacoba siguen sin actividad económica ligada a la ganadería brava desde marzo del año pasado.
“Abrimos el hotel solamente para servicios esenciales durante la primavera de 2020. A partir de ahí empezaron los cierres perimetrales: nuestro cliente es de fuera de la comunidad, con lo cual no tenemos trabajo”, explica Hernández en referencia a que hasta ahora ha sido imposible hacer las faenas camperas que mostraban a los visitantes. “Hemos decidido dedicarnos, por el momento, exclusivamente a la ganadería de carne en extensivo, y ni siquiera sabemos si volveremos a abrir el negocio turístico”, lamenta.
La cultura de la tauromaquia y la ganadería brava es determinante para mantener la actividad económica, además de todo lo que supone la dehesa salmantina en el ámbito del medio ambiente. En lo económico, el flujo de visitantes que se acercan a las ganaderías para conocer mejor el mundo del toro reportaba unos ingresos necesarios hasta hace poco más de un año. Es el caso, por ejemplo, de la ganadería Adelaida Rodríguez, cuarta generación de ganaderos de bravo de la familia de Lorenzo Rodríguez de Espioja. Con 180 vacas madres y una docena de sementales gestionan 500 cabezas de bravo.
La finca está en la Sierra de Francia, en el municipio de El Cabaco, en la que predominan el roble y con pastos finos de sierra. Además del trabajo diario, eran habituales las visitas guiadas a la finca, “donde se puede ver una ganadería de bravo por dentro, recorriendo los distintos cercados de la viendo los diferentes apartados de vacas, madres, añojos, toros…”, relata Fernando Rodríguez, hijo de la ganadera titular. La selección de reproductores la hacen mediante tentaderos que también pueden formar parte de la visita. La explotación ganadera la complementan con ganado de carne y cerdo ibérico.
La ganadería de Los Bayones fue adquirida en 1981 por compra de vacas y sementales a Santiago Martín ‘el Viti’ de encaste Lisardo-Atanasio, adquiriendo antigüedad el 30 de marzo de 1986, con el cartel de Curro Vázquez, Pepín Jiménez y Curro Durán.
Está formada por una vacada ya reducida, que incluyendo la camada de toros, utreros-erales y añojos suponen unas 300 cabezas.
Se caracterizan por tener tamaño, caja y trapío y la cornamenta está bien desarrollada. En pelaje predomina el negro, y sobresalen los salpicados y burracos.
Hacen las labores de tentaderos, herradero, acrotalamiento de becerros al nacer, el seguimiento de toros y utreros de saca, así como abastecer de alimento tanto a las vacas como a los machos. “El cometido es criar buenos ejemplares en las mejores condiciones para lidiarlos en plazas importantes”, reseña Jesús Hernández. En cuanto a los ingresos, también llevan un año sin recibir visitas en la finca El Vecino. Y es que la actividad vinculada a la Ruta del Toro no existe, por la covid-19. A Los Bayones, excepto un festejo que tuvo en Ciudad Rodrigo, la pandemia le ha afectado “al cien por cien”.
Y no hay muchas alternativas. “Con la pandemia, pocas puede haber… Los festejos van a ser reducidos, ya que las primeras ferias no se van a celebrar y alguna está en el aire. Con el aforo reducido, estará muy limitado”, reflexiona.
Propone Hernández que la Administración autorice celebrarlos “con un mayor aforo, con la medidas de seguridad que se exigen y mirando que se trata de un espectáculo al aire libre, donde el contagio es más difícil que se produzca”. También reclama que “apoye la fiesta nacional, pues de lo contrario va a tener poco camino por recorrer…”.
