Dentro de las grandes ventajas que ofrecen los biocombustibles está la posibilidad de generar un uso circular de los recursos, la disminución en la utilización de combustibles fósiles, así como la transformación de residuos, impidiendo que los mismos sean un potencial contaminante. De hecho, el aceite usado es una de las fuentes que se utilizan en el proceso de fabricación de biocarburantes.
Por eso, y porque resulta un potencial muy contaminante, casi todos los ayuntamientos han puesto en marcha planes de recogida de aceites usados de cocina y la normativa actual obliga a su reciclaje a las empresas industriales y a la hostelería.
La situación actual de los biocarburantes en España
La estadística que publica la Comisión Nacional de Mercados y Competencia muestran desequilibrios bastante relevantes en la situación actual de los biocarburantes en España, concretamente en el biodiesel. Las ventas de este último no se han movido al alza desde 2012.
En aquel año se alcanzaron en total 1,6 millones de litros de biodiesel certificable. Sin embargo, a partir de entonces, la cifra cayó, alcanzando su mínimo en el año 2014 dónde no se alcanzaron los 700.000 litros. El último dato, el de 2019, muestra una recuperación, aunque todavía no se ha llegado a la cifra de 2012.
Otra de las cuestiones relevantes sobre los datos publicados acerca del biodiésel es el país del que procede la materia prima. Como decíamos al inicio, el aceite usado es un potencial contaminante que puede ser transformado en las plantas adecuadas para obtener biodiesel. Es decir, se sustrae del mercado un potencial agente nocivo para el medio ambiente y, al tiempo, se obtiene un rendimiento económico doble (el biocombustible ofrece ganancia al que lo produce, y ahorros con respecto a los combustibles fósiles para el comprador).
Precisamente el informe de la CNMC recoge datos sobre los países de origen de la materia prima desde 2015. En esa fecha, la materia prima que procedía de España para la fabricación del biodiesel era el 9,42, siendo Indonesia el país del que importábamos el 50%. En 2016, solo se utilizó para fabricar el biodiésel un 1,01% de materia prima española. En 2017, la cifra fue de solo el 1,64%. En 2018, la cifra cayó aún más, al 0,34%.
En 2019, el dato parece ir hacia una tendencia opuesta, llegando a utilizarse un 5,48% de materia prima con origen en España. Los países de los que más la importamos siguen siendo Indonesia (más de un 24%) y Brasil (más de un 8%).
Cerrar el círculo para unos biocombustibles más sostenibles
Apostar por la generación de biocombustibles en España es una fórmula positiva para reducir la contaminación y crear una economía más respetuosa con el medioambiente. Sin embargo, a la vista de los datos, no parece que se esté haciendo en la buena dirección. De hecho, lo ideal sería apostar por una generación con materia prima 100% española procedente de recursos ya agotados que tienen un alto potencial contaminante.
Por ejemplo, una cuestión como el reciclaje de los aceites domésticos, tomando los datos publicados por Castilla y León en 2012 ofrece una visión del potencial reciclaje que se está desperdiciando. De hecho, según sus cifras, la logística actual permitiría reciclar 3,14 litros al año por hogar en Castilla y León supondría evitar la contaminación de más de 3.000 litros de agua anuales por familia, ya que cada litro de aceite puede llegar a contaminar hasta 1000 litros de agua.
En la actualidad, en Castilla y León solamente se reciclan 0,5 litros de aceite usado procedentes de hogares. Y si se echa un vistazo al consumo, en la región se alcanzan los 14,59 litros de aceite al año por familia. Por lo tanto, hay una gran posibilidad de mejora, tanto a nivel de concienciación como de ejecutar las acciones correctas.
Desde 2010, en Castilla y León hay un convenio con varios entes privados para la gestión de contenedores en los que depositar sus aceites usados de cocina. Otro de los lugares en los que se genera una gran cantidad de aceite usado es en la hostelería.
Sin embargo, la legislación obliga a los propietarios y gestores de este tipo de locales a contar con una red que se encargue de gestionar este residuo. Es por ello que las cifras son mucho más esperanzadoras en este terreno. De hecho, el 70% del biodiesel que se genera en España utiliza el residuo que procede de la restauración.
