Chelo Miñana, experta en turismo
Con el buen tiempo parece o quiere parecer que se abren las posibilidades de disfrutar de nuestro tiempo libre. De repente se nos hace difícil quedarnos en casa y volvemos a mirar el calendario buscando días, ajustando vacaciones, aprovechando los días, horas y minutos que nos van a permitir disfrutar de los nuestros, pensar en cosas que durante el tiempo de trabajo nos parecen nada pero que, sin embargo, son las más importantes.
Si nos ponemos a pensar, con los primeros calores nos gustaría ir a la montaña, pero también a la ciudad, en plan excursionista. Pero estaría bien darse un capricho, la piscina apetece después de un largo invierno pero… ¿Cómo estará el agua? La opción termal siempre se contempla. Y en este ‘quiero todo pero tengo que decidir’ nos fijamos en un lugar en el que el paso y el espíritu de los peregrinos del Camino de Santiago marcan el paso de las temporadas sin importar el frío o el calor.
Villafranca del Bierzo pone a disposición del viajero muchas y variadas cosas, entre ellas el Parador de Turismo de Villafranca del Bierzo. Un alojamiento que podríamos decir que es un todo en uno enclavado en un emplazamiento privilegiado que te hace dudar si salir o disfrutar sin salir.
Si conoces Paradores, sorprende llegar a este hotel, y tienes que mirar dos veces la placa de la puerta para estar bien seguro de que estás en la dirección correcta. Nos alejamos de la estética clásica habitual para entrar en un edificio lleno de luz, que se integra en el entorno sin perder la esencia monumental y sus lazos históricos.
Es imposible no preguntar en la recepción por qué es tan diferente de sus compañeros de catálogo este hotel, del que descubres que sufrió una reforma para ser un referente en sostenibilidad y accesibilidad, conceptos que si nos fijamos han empezado a colarse en nuestro día a día y que posiblemente, como muchas otras cosas, acabarán incorporándose a la normalidad absoluta en nuestras vidas.
Un jardín con terraza para disfrutar de las maravillosas vistas a la Sierra de los Ancares y la posibilidad de darte un chapuzón en la piscina exterior o de optar por la zona de aguas interior según la época y la temperatura, en cualquier caso la ropa de baño es un imprescindible en la maleta. Bajo la marca Paradores sobra decir que las comodidades, ya sean en las habitaciones, en las zonas comunes o técnicas, están aseguradas y van acompañadas por un personal atento al detalle y facilitador para convertir la estancia en mucho más que dormir en un sitio bonito.
Poco podemos añadir del Bierzo porque esta zona se deja querer desde el momento que decides visitarla. Naturaleza, cultura, patrimonio y por supuesto la gastronomía, que también tiene mucho que decir en sus muy diversas formas de representarse.
Villafranca se encuentra a 30 minutos en coche del paraje natural de las Médulas, lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que se convierte en la escapada perfecta después de descubrir esta población leonesa cargada de patrimonio e historia que forma parte del Camino de Santiago y tiene esa magia que solo la ruta jacobea otorga.
Descubrir el destino, descubrir el hotel… Descubrir un hotel, descubrir un destino.
