spot_img
spot_img

Una ruta navideña por el patrimonio de Valladolid

Texto y fotos: Javier Burrieza

El patrimonio artístico de Valladolid y su provincia permite realizar una ruta con la que recordar los misterios de la Navidad, tal y como los plasmaron nuestros antepasados. Deberíamos comenzar desde el ámbito familiar, facilitado por el arte y la meditación. Nada nos dicen los Evangelios canónicos sobre los abuelos de Jesús, los padres de María. Sí lo hacen los apócrifos cuando detallan la trayectoria de Ana y Joaquín. No pueden faltar en retablos dedicados a la vida de María, los episodios centrales de su concepción, ese abrazo en la ‘Puerta dorada’ que supo plasmar Juan de Juni en el actual retablo de la catedral de Valladolid o en la capilla de los Benavente de Santa María de Mediavilla, de Medina de Rioseco.

Javier Burrieza
Javier Burrieza

En ese primer instante de la existencia de la que habría de llamarse María se encuentra la base del dogma de la Inmaculada Concepción. No faltaron las escenas familiares, entronque humano de Cristo, como ocurre en la ‘Santa Ana Triple’, donde aparece la abuela, la madre y el nieto. Los autores de lo sagrado fantasearon sobre estos momentos familiares. Existe en el refectorio del monasterio de las Brígidas de Valladolid un enorme lienzo pintado por una abadesa del siglo XVII, Teresa Ribadeneyra. Era la ‘Cena de la Sagrada Familia de Jesús’, casi una celebración de Nochebuena, en cuyo centro aparece un Cristo adolescente. En la mesa le acompañan su madre María, san José y los abuelos, servidos por los ángeles que se acercan a la mesa con bandejas de viandas.

En la antigua tabla de los predicadores de la catedral vallisoletana no faltaba el sermón de la ‘Virgen de la O’, llamada también ‘de la expectación’, María embarazada, asombrada ante el mensaje que había recibido del arcángel. La talla que realizó Luis Salvador Carmona para la hornacina central del retablo mayor del convento de San Francisco, de Medina de Rioseco, es de gran belleza y elegancia. No ha sido fácil el reconocimiento del papel de san José en la Natividad. Benedicto XVI lo caracteriza con un rasgo esencial: “Su finura para percibir lo divino y su capacidad de discernimiento”.

El Evangelio -como destaca Teófanes Egido- hace la mejor canonización de su persona: “Era justo”. Los apócrifos y otros autores sagrados han deformado su imagen, convirtiéndolo en un viejo poco atractivo que sabría salvaguardar mejor la virginidad de su esposa: un ser aislado, secundario, dormido y ajeno. Todo ello fue plasmado en la literatura y por predicadores de tanto renombre como fray Vicente Ferrer cuando estuvo en Valladolid a principios del siglo XV. José fue descubierto por Juan Gerson, por el humanismo y por la lectura atenta del Evangelio, insistiendo en su papel como esposo y padre, rejuvenecido y recibiendo la atención devocional de la madre Teresa de Jesús en su reforma. A partir de entonces será el José que recibe con alegría el nacimiento del hijo, achuchándolo de manera tierna; después se convertirá en custodio de Jesús cuando este haya cumplido sus primeros años, como reflejó Gregorio Fernández.

Tras el nacimiento, ‘El anuncio de los ángeles a los pastores y su adoración’, asimilados estos trabajadores con el analfabetismo, y descolgados espiritualmente del pueblo. Respondía la escena que realizó Gregorio Fernández para las cistercienses de las Huelgas Reales a lo que había relatado el evangelista Lucas: “Encontraréis un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre”. Esta obra fue encargada por la abadesa Isabel de Mendoza II hacia 1615, destinada para su capilla funeraria. ‘El nombre de Jesús’ se encontraba presente en el momento de ‘La circuncisión’, a los ocho días del nacimiento, según se contemplaba en el retablo del antiguo colegio de los jesuitas de San Ignacio, actual parroquia de San Miguel. Aquel relieve fue realizado a finales del XVI por Adrián Álvarez, pues los jesuitas celebraban precisamente esta fiesta cada primer día de enero con gran solemnidad. El escultor continuó el grabado que los hermanos Wierix habían realizado para la obra del padre Jerónimo Nadal, ‘Imágenes de la Historia Evangélica’.

El ‘San José con el niño’, de Luis Salvador Carmona, puede contemplarse en el santuario del Carmen Extramuros.
El ‘San José con el niño’, de Luis Salvador Carmona, puede contemplarse en el santuario del Carmen Extramuros.

Berruguete y belenes napolitanos

Hasta la Ilustración la infancia no fue valorada en medio de una mortalidad muy elevada, con altos porcentajes de niños expósitos, abandonados y mendigos por las calles. Cuando se produjo un cambio de tendencia, también se percibió en el ámbito devocional este aprecio por la niñez. La Iglesia postridentina multiplicó las imágenes del Niño Jesús sobre todo en el espacio privado de la clausura femenina. Y si en Valladolid tuviésemos que ir en busca de los Reyes Magos para encontrarlos en Belén, nos detendríamos en la iglesia de Santiago. Para una de sus capillas, y por iniciativa del banquero Diego de la Haya que pagó seiscientos ducados de oro por esta obra, Alonso Berruguete culminó un retablo plateresco. Su grupo central de la Sagrada Familia ha sido, a juicio del profesor Martín González, “lo más bello y hermosamente sereno que produjo el arte de Berruguete”. Los magos adoradores muestran su ansiedad por acercarse hasta aquel niño por el cual habían caminado desde tan lejos.

Todas estas escenas pueden resumirse en un monumental belén napolitano que podemos descubrir en el Museo Nacional de Escultura. Recogiendo la tradición de la corte de Carlos III que se trasladó a España a partir de 1759 -aunque los artistas no inventaron esta representación sagrada para estas tierras-, los belenes napolitanos se convirtieron en todo un retrato abigarrado de una época. Pero el ciclo de Navidad debemos terminar con la ‘Presentación de Jesús en el templo con la Virgen de las Candelas’ de la iglesia de San Lorenzo, de Gregorio Fernández, sin que falte la luminaria en sus manos, cuarenta días después de lo sucedido en Belén.

spot_img

#MÁSCYL RECOMIENDA

ESCAPADAS DESTACADAS

La Posada de Pradorey se convierte en un nuevo destino gastronómico imprescindible

Construido por encargo del Duque de Lerma en el año 1601 como un palacete de caza de estilo herreriano para el rey Felipe III,...

CASTILLA Y LEÓN AL DÍA

SABOREA CYL

El Capricho y Matarromera conquistan Málaga durante un mes

Si hay un maridaje que apasiona a todos los amantes de la carne y del vino, es el que podemos disfrutar con una copa...