La nueva edición de Las Edades del Hombre tiene por protagonistas a los ángeles, esos seres espirituales que habitan en la imaginación de los hombres y que protagonizan infinidad de relatos desde que las religiones monoteístas aparecieron sobre la faz de la tierra. Intermediarios y custodios, su sentido etimológico es el de mensajeros, y nos traen la buena nueva de las artes plásticas en tres templos de Lerma, en el Arlanza burgalés.
El visitante recorre las calles de esta ciudad que fue celtíbera, romana y árabe para recordar que los ángeles se han representado desde el antiguo testamento bajo un aspecto y una conducta humanas.
Su iconografía está fundamentada en figuras gráciles y bellas, de rostro dulce y complementadas con su atributo más diferenciador, las alas.
Las sedes elegidas por la Fundación Las Edades del Hombre para ‘Angeli’ son tres templos emblemáticos de su historia. La ermita de Nuestra Señora de la Piedad es, junto con el Arco de la Cárcel, el edificio más antiguo de la localidad. Se trata de la primitiva iglesia de San Juan Bautista, que con las intervenciones y nuevas edificaciones quedó relegada a ermita. En la actualidad se utiliza como sala de exposiciones.
La segunda de las sedes es la iglesia de San Pedro, cuyas características estilísticas parecen indicar que fue ejecutada en el siglo XIII. Consta de planta de salón articulada en tres naves cubiertas por bóvedas de crucería con combados, presbiterio y girola y torre a los pies. Su interior, muy ornamentado, alberga elementos de enorme interés, como el retablo mayor, el coro, los órganos y la estatua orante de don Cristóbal de Rojas.
La terna se cierra con el monasterio de la Ascensión, fundado en 1604 por Mariana de Padilla y Manrique. Estuvo habitado hasta hace pocos años. El conjunto arquitectónico está caracterizado por una gran sencillez.
CAPÍTULO I: ¡ÁNGELES DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR!
El antiguo testamento presenta al dios de los judíos como un soberano, acompañado por un ejército celestial que realza el esplendor de su majestad y establece un vínculo de comunicación entre el cielo y la tierra. En esta corte de servidores se hallan los querubines, que sostienen el trono divino, y también los serafines, que cantan su gloria. Por otra parte, los ángeles buenos velan por los hombres y presentan a Dios sus oraciones.
CAPÍTULO II: LOS ÁNGELES LE SERVÍAN
Capítulo dedicado a los ángeles vinculados a la vida de Jesús, según los relatos evangélicos. Gabriel aparece en el evangelio lucano anunciando a la virgen María la buena nueva de su maternidad. La noche de Navidad, un ángel anuncia a los pastores de Belén el nacimiento del mesías…
CAPÍTULO III: SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR
Contemplamos aquí a los ángeles en la vida de la Iglesia católica y en la existencia humana. Se destaca especialmente su presencia en la liturgia, y se celebra su memoria a lo largo del año. Desde la infancia hasta la muerte, la vida humana está rodeada por la compañía, la protección y la intercesión de los ángeles, según la fe cristiana.
CAPÍTULO IV: ÁNGELES Y DEMONIOS
Este capítulo nos hace volver la vista a esos otros ángeles que eligieron rechazar radical e irrevocablemente a Dios y su reino. Según el relato de la exposición, “saben que están condenados para siempre, actúan en el mundo por hostilidad hacia Dios, atacan a los hombres incitándoles a pecar, y acechan a los cristianos para que abandonen su fe o actúen contra ella, oponiéndose así al plan divino de salvación”.
CAPÍTULO V: LA NUEVA JERUSALÉN
Finaliza la muestra con imágenes de la Jerusalén celeste. Un mensaje de despedida. “Los cielos nuevos y la tierra nueva son una buena noticia, que llena de esperanza el corazón del hombre, creado, redimido y santificado gracias al amor de Dios”. Su patria es el cielo y su destino es encontrarse cara a cara con su dios y disfrutar de su amor. Como se nos indica, “la plenitud de la salvación y la consumación de la obra de Dios será que sus criaturas, los hombres, justificados por la muerte y la resurrección de Cristo, y los ángeles, objeto de su complacencia, vivan eternamente en su compañía”.
