La Semana Santa de Valladolid representa con fidelidad, rigor y detalle la muerte y resurreción de Cristo.
Lo más importante de la Semana Santa vallisoletana es el silencio; un silencio espeso, sombrío y doliente que encubre y arropa una honda emoción popular”. De esta forma describía Miguel Delibes el ambiente que desde siempre ha caracterizado las procesiones de la Pascua de su Valladolid natal.
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