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Seis rutas del Delibes cazador cosen la provincia de Valladolid

Las seis rutas por la provincia, que han diseñado la Diputación de Valladolid y la Fundación Miguel Delibes a partir de la obra del escritor, transitan por 33 localidades. El turista puede conocer con ellas mejor la obra literaria y paisajes que están fuera de los recorridos habituales para la mayoría de los visitantes que se acercan a este territorio

La figura de Miguel Delibes, además de ser de los grandes novelistas de la literatura española del siglo XX, está asociada a su conocimiento y vinculación a la fauna y la flora de los páramos castellanos. El mundo rural y la caza fueron dos de sus grandes pasiones, como quedó constancia en muchos de sus libros, que rezuman el paisaje y las formas de vida de aquellas épocas en cada página. La Diputación de Valladolid y la Fundación Miguel Delibes habilitaron seis rutas por la provincia, con otras tantas obras del escritor como guía para recorrer 33 localidades vallisoletanas que no están incluidas en las agendas turísticas habituales. Los monolitos con forma de ‘D’ son la marca distintiva sobre el territorio de esta singular iniciativa cultural.

Este año se celebra el centenario del nacimiento, un 17 de octubre, del autor de obras emblemáticas para la literatura española como ‘La sombra del ciprés es alargada’, ‘Los santos inocentes’, ‘El Camino’, ‘Diario de un cazador’, ‘El disputado voto del señor Cayo’, ‘La hoja roja’, ‘Las ratas’, ‘El hereje’ y otras muchas más. Es un momento óptimo para repasar, tanto línea a línea como sobre el terreno, aquello a lo que este maestro de las letras prestaba atención para llevar al papel, de manera magistral, lo que percibía bajo una mirada tan personal.

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En este caso, en el de las seis rutas por Valladolid, se trata de publicaciones que tienen dos aspectos como hilo conductor: la caza y los característicos campos de la meseta. En muchas cosas ha cambiado, a buen seguro, el paisaje. Pero la esencia, la filosofía vital que impregna a las gentes que lo habitan continúan vigentes. Basta con recorrer los pueblos, detenerse a tomar un café en la taberna o conversar con quienes pasan el rato en las plazas para recuperar gran parte de lo que exprimía Delibes para, después, convertirlo en alguna de sus novelas y relatos.

‘Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo’

Esta ruta que se propone a partir de ‘Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo’ transcurre desde Olmedo hasta Peñafiel y, bordeando el Esgueva y el Duero, finaliza en Castromonte, ya cerca de la localidad de Medina de Rioseco.

Este libro lo publicó Delibes con la editorial Destino en 1977. Es el de caza que precedió a ‘Las perdices del domingo’. Se trata de un diario cinegético en el que el escritor cuenta sus salidas al campo tras las perdices de Quintanilla y Boecillo, los faisanes de Peñafiel y los raposos de Olmedo entre los años 1971 y 1974. A partir de sus pequeños cuadernos de caza en los que anotaba con meticulosidad qué, dónde y con quién había cazado cada domingo, surge este libro en el que el escritor también describe las distintas elevaciones del terreno de la provincia de Valladolid.

‘Con la escopeta al hombro’

Se recorre esta ruta casi en línea recta, siempre a escasos kilómetros del río Duero. Quizá se trate del libro más puramente vallisoletano, en donde solo se nombran pueblos de la provincia.

Y es que ‘Con la escopeta al hombro’ (Destino, 1970) es un librito de caza que se lee con facilidad. La patirroja, siempre presente en las publicaciones cinegéticas del escritor, comparte protagonismo con gangas, agachadizas, gazapos, codornices y otros animales del Valladolid cerealista y de pinares que se muestra en estas páginas.

Quiso Miguel Delibes esperar a este libro para contar en él dónde, cómo y cuándo cazó la primera perdiz de su vida. Se guardan en estas pocas páginas mil y una aventuras cinegéticas por las que pasó el escritor cazador durante tantos años.

‘Mi vida al aire libre’

El viajero va a conocer la provincia con este recorrido de punta a cabo a través de las dos zonas que más influyeron en Delibes: la que va desde Valladolid hasta Medina de Rioseco y la que agrupa los valles del Duero, Jaramiel y Esgueva, desde la capital hasta Peñafiel. Aunque se hable mucho de caza, esta es la más variada de las seis Rutas de Delibes.

‘Mi vida al aire libre’ (Destino, 1989) es un repaso general a las aficiones deportivas de Miguel Delibes. En él se remonta el escritor a sus primeros años, de la mano de su padre. Se extiende en el tiempo y nos habla de caza, de sus paseos en bicicleta, del tren burra, de la moto que tuvo, de sus baños en el río, de la pesca de cangrejos…

‘Las perdices del domingo’

Las perdices del domingo (Destino, 1981) es un diario autobiográfico. En él, Miguel Delibes describe sus salidas como cazador a lo largo de tres años y medio, desde agosto de 1974 a febrero de 1978. El escritor partía de Valladolid: un madrugón, unos churros con café. Después, a la carretera en busca de sus queridas perdices y otros animales de pelo y pluma.

Delibes reflexiona ya aquí sobre la situación de la perdiz en aquellos años y su disminución constante por toda la provincia, que afectaba también a toda la región.

De estas excursiones de caza dominicales, en las rutas habilitadas han seleccionado las etapas más entrañables y significativas para Miguel Delibes, que configuran un hermoso recorrido a través de la provincia de Valladolid. Siguiendo los pasos del escritor y su cuadrilla, recorre paisajes y pueblos con historia, riqueza natural y, sobre todo, con lo que más apreció el autor en sus paseos por esta tierra: una charla con las gentes que aún viven en estos rincones de la provincia.

‘Diario de un cazador’

En este libro se mezclan pueblos reales como los de la ruta con otros más o menos inventados. En los años 50 el joven Delibes conocía bien la provincia y así se refleja en el libro. Aún no le había llegado la hora de cazar mucho más allá de los límites provinciales. Siguiendo a Lorenzo, da a conocer los primeros pueblos vallisoletanos de la vida de Miguel Delibes.

‘Diario de un cazador’ (Destino, 1955) es su primer diario. Después le seguirán ‘Diario de un emigrante’ y ‘Diario de un jubilado’, con el mismo protagonista los tres: Lorenzo, que es su yo rebajado. Este joven bedel de instituto, lleva una vida corriente en Valladolid entre semana y sale de caza por la provincia los domingos.

‘El último coto’

Realmente existió un último coto para Delibes: El Bibre, que comprendía entonces los términos municipales de Bercero, San Salvador de Hornija, Vega de Valdetronco, Marzales y Gallegos de Hornija, todos de Valladolid. Los páramos y laderas que se nombran en este libro son los últimos que pisó el escritor en busca de animales de pelo y pluma.

Cazó allí con Genuino Reglero en los años 40 y 50. Después, volverá al coto con el hijo de Genuino, Jesús María. En este libro va recoger sus cacerías en El Bibre entre 1986 y 1991. La cuadrilla habitual de cazadores la formaban el escritor, su hermano Manolo, sus hijos Germán, Adolfo y Juan, junto a Jesús María Reglero.

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