La institución provincial ha puesto en marcha la campaña #Volveremos animando a todas las personas a quedarse en sus casas y compartir sus fotografías de la provincia a través de un concurso fotográfico. Esta acción se inició con la publicación del vídeo ‘Volveremos’ en la página web de la entidad y su difusión por medio de las principales redes sociales.
El objetivo del concurso era animar a que las personas busquen fotografías que tengan de la provincia de Valladolid y las publiquen a través del hashtag #Volveremos y mencionando a @turvalladolid en Twitter, @turismo_valladolid_ (Instragram) y @turismovalladolid (Facebook). De este modo se busca que entre todos los participantes se cree una red de buenos recuerdos de los lugares de la provincia, “una red para soñar juntos con volver a caminar, a soñar, a construir, a sentir, a viajar, a brindar y a celebrar”, como se señala desde la Diputación.
En el concurso está abierto a todas las personas que hayan visitado la provincia de Valladolid y en sus archivos tengan fotografías para compartir. Las personas que participen en este concurso, además de compartir sus fotos en las redes, deben mandar un mensaje directo con su nombre completo, dirección postal y número de teléfono.
En pleno centro de la meseta y del valle del Duero, la provincial de Valladolid no puede presumir de elevados picos o de frondosos bosques, pero defiende con orgullo el carácter que le aporta el ser el territorio más llano de la Península Ibérica. La línea del horizonte no trata de ocultarse y se extiende allí donde alcanza la vista, con estampas imborrables que bien podrían ganar un concurso de fotografía.
Valladolid linda con todas las provincias de Castilla y León, con la única excepción de Soria, lo que le permite sumar los valores estéticos de sus vecinos. Aquí acuden los visitantes atraídos a partes iguales por su patrimonio y su cocina tradicional, y de este modo se convierten en poderosos focos de atracción lechazo, morcilla, queso, sopa y legumbre, además del afamado Pan de Valladolid, amparado por una marca de garantía. La mayor parte de esta producción está amparada por el sello Alimentos de Valladolid.
Nos encontramos en un territorio que cuida su legado histórico y patrimonial, y que esconde interesantes propuestas para el viajero curioso, desde la Tierra de Campos hasta los Torozos, pasando por el este de la provincia, bañado por el Duero y el Esgueva. Y es que el llano paisaje vallisoletano se encuentra salpicado de zonas arqueológicas, conjuntos históricos y castillos.
Uno de los enclaves que mejor resume su espíritu es Urueña, que recibe al viajero con su castillo y un recinto amurallado que ha inspirado a intelectuales y artistas. En la Casona de Mayorazga se sitúa la sede del Centro Etnográfico Joaquín Díaz, dedicado a la cultura tradicional, con una sorprendente recopilación de instrumentos, y una colección de campanas.
Urueña es uno de los centros culturales de la provincia, especialmente desde que la Diputación la escogió para albergar la primera Villa del Libro de España. La Villa del Libro es una atractiva propuesta de turismo cultural que la provincia de Valladolid ofrece a viajeros y bibliófilos de todo el mundo. La creación de este importantísimo recurso cultural se debe a la iniciativa de la institución provincial, que en 2007 fundó esta villa literaria en la villa medieval de Urueña.
Otras fortalezas destacadas de la provincia son las de Tiedra, Portillo, Medinadel Campo, Íscar, Villalba de los Alcores y, de forma especial, Peñafiel. Cualquier amante del vino y de la vasta cultura que siglos de historia han tejido en torno a él debe incluir en su hoja de ruta el Museo Provincial del Vino. Además de constituir una sugerente propuesta museística, se ha convertido, desde su fundación, en el eje sobre el que bascula todo el turismo enológico de la provincia.
Fue promovido en 1999 por la Diputación de Valladolid con el fin de dar a conocer la riqueza enológica de la provincia y en él tienen cabida las cinco denominaciones, además de la mención de calidad Vinos de la Tierra de Castilla y León, bajo la cual se elaboran excelentes vinos. El singular espacio museístico promueve el conocimiento de la provincia en sus aspectos culturales y geográficos, pues el enoturismo tiene la virtud de vertebrar todos los recursos: paisaje y naturaleza, patrimonio artístico, artesanía, ocio y deporte, fiestas y tradiciones y, por supuesto, gastronomía.
En el extremo opuesto de la provincia, la finca Coto Bajo de Matallana se configura como un equipamiento de educación ambiental al servicio de la comunidad escolar y, por extensión, a toda la población ofreciendo a todos sus visitantes un equipamiento en el que pueden valorar y reconocer la riqueza medioambiental de su entorno.
Permite poner en valor una zona de la provincia, la de los Torozos, que presenta una gran riqueza ambiental. Este centro multidisciplinar brinda una oportunidad única para ahondar en los secretos de la naturaleza, al tiempo que permite descubrir los restos del importante monasterio cisterciense de Santa María de Matallana. Herida verde Desde Matallana se puede descender a la comarca de Tierra de Campos, que da nombre a uno de los tres ramales del Canal de Castilla: aquel que finaliza su recorrido en Medina de Rioseco. Se ha descrito el paisaje generado por el canal como una herida verde y frondosa en una superficie llana y de tonos ocres.
No es mala definición, y de hecho este hábitat ha favorecido la vida de muchas especies que viven tanto en sus aguas como en los bosques de alrededor. El canal fue uno de los sueños de la Ilustración del siglo XVIII, cuando se pretendía crear una red de canales de navegación que facilitase el transporte de la lana y el cereal de la entonces aislada meseta hacia los puertos del norte.
El canal fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991, lo que vino a demostrar la importancia de esta grandiosa obra de ingeniería que en la actualidad se ha convertido en el único canal navegable de toda España. La Diputación desarrolla una interesante actividad en el Ramal de Campos, entre la esclusa séptima, próxima a Tamariz, y la dársena de Medina de Rioseco. Es en esta localidad, la Villa de los Almirantes, donde se encuentra el Centro de Recepción de Viajeros, que acoge todo tipo de actividades: paseos a bordo de la embarcación turística Antonio de Ulloa, alquiler de barca eléctrica, piragüismo…
Sin salir de Tierra de Campos, el Museo del Pan de Mayorga rinde homenaje a este alimento tan vinculado a la agricultura y el paisaje locales, con tantas formas de ser entendido como fórmulas existen para concebir el mundo. Este centro museístico permite conocer mejor este producto, sus variedades, sus procesos de elaboración, su evolución y su presencia en otras culturas.
Texto: Ricardo Ortega