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Lunes de Aguas, una fiesta de desenfreno con el hornazo como protagonista

El Lunes de Aguas es la fiesta más salmantina de todas que en una reunión multitudinaria en el campo para merendar, disfrutar de la primavera y de un buen hornazo

El Lunes de Aguas es una fiesta en el que muchos vecinos de Salamanca, capital y provincia, disfrutan de forma conjunta y popular de las joyas de la gastronomía charra. Con especial relevancia para el hormazo, íntimamente ligado a Salamanca. Desde hace años se degusta durante la celebración del Lunes de la Octava de Pascua, este año 17 de abril. 

Los orígenes de esta celebración se remontan a las ordenanzas de la Casa de la Mancebía que el príncipe Juan dio licencia para construir en 1497, y que obligaban a que las prostitutas no trabajaran durante la cuaresma y fueran expulsadas al otro lado del río.

El padre de la Mancebía, conocido como Padre Putas, les dejaba volver el lunes siguiente de Pascua. Entonces los vecinos y estudiantes iban a buscarlas en barcas, celebrando la fiesta a orillas del río Tormes, donde daban buena cuenta del suculento hornazo acompañado siempre de un buen vino.

Río Tormes a su paso por Salamanca

A pesar de los años transcurridos, la celebración del Lunes de Aguas se sigue manteniendo a día de hoy, pero con matices muy distintos. Es una tradición que pervive con gran arraigo en la provincia de Salamanca, un día de fiesta y diversión donde los lugareños y visitantes se reúnen con la familia y amigos y pasan una estupenda jornada en el campo, siempre alrededor del Hornazo de Salamanca.

El hornazo, joya de la gastronomía salmantina

Se podría decir que el producto amparado por la Marca de Garantía Hornazo de Salamanca es como una empanada de harina de trigo, rellena de productos típicos de Salamanca (lomo adobado, jamón y chorizo), de color dorado y adornado con una malla romboidal de la misma masa.

A pesar de los avances tecnológicos, hay fases del proceso de elaboración, como son la distribución del relleno, el cerrado del hornazo y su posterior engalanado, que se realizan de forma manual sin perder el arraigo de la tradición.

El hornazo de Salamanca debe tener un porcentaje mínimo de relleno del 40% con respecto al total del peso del hornazo, garantizando así una gran jugosidad y una textura sublime. Además, también están establecidos los porcentajes mínimos de los componentes del relleno como son el lomo adobado, chorizo, jamón o paleta y huevo duro, ingredientes que trasladan a nuestra boca todo el sabor de una tradición.

Los hornazos deben tener forma rectangular o redonda con pesos comprendidos entre 500 gramos y 3 kilos.

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