Texto y fotos: Carlos Valdeolmillos (Desafío Canal de Castilla)
Cuatrocientos ciclistas se dieron cita el sábado pasado en el nacimiento del Canal de Castilla para participar en el VI Desafío Canal de Castilla , marcha cicloturista que recorre los 150 kilómetros que separan Alar del Rey de Valladolid. Antes de empezar a dar pedales se hizo un pequeño homenaje al escritor Miguel Delibes en presencia de sus hijos y nietos, que como el gran escritor son muy aficionados a la bicicleta. Tras el acto, en el que también estuvieron presentes representantes de las diputaciones de Palencia y Valladolid y del ayuntamiento de Alar del Rey, se dio la salida a las diez y media de la mañana con un invitado de honor, Laudelino Cubino, que durante la marcha tuvo la paciencia de hacerse fotos con todo aquél que se lo pidió, y fueron muchos.
Debido a las tormentas del día anterior, durante los primeros sesenta kilómetros se encontraron con mucho barro que hizo poner pie a tierra a más de uno en algún tramo. Tras la llegada a Frómista el pelotón se reagrupó descansando en la chopera de la fuente de la tejada, donde tras cuarenta y cinco minutos se reanudó la marcha con un tramo inédito recorriendo las calles de la localidad. Tras acceder de nuevo al Canal, los ciclistas se encontraron un ligero viento en contra que sumado al cansancio de los primeros kilómetros provocó que los calambres hicieran su aparición más pronto que en anteriores ediciones. Ya en las esclusas de Calahorra de Ribas, con el calor apretando, las paradas se hicieron más frecuentes junto a las furgonetas de apoyo que ya no dejaron de dar agua y refrescos hasta la línea de llegada. En Palencia se hizo otro pequeño reagrupamiento en la Dársena, allí les esperaban los melones y las sandías que la organización había preparado. En ese momento empezaría el calvario para muchos, un tramo que puso a prueba su capacidad de sufrimiento, ya que el cuerpo les pedía parar, pero la meta estaba tan cerca…
El agotamiento, que hacía pensar en el abandono, era contrarrestado por los gritos de ánimo de los participantes menos cansados y muchos reconocieron que si no hubiese sido por esos compañeros, desconocidos hasta ese momento, no habrían podido continuar.
Tras la llegada a Valladolid, caras desencajadas por el esfuerzo y mucha emoción por el recibimiento que les hacían los voluntarios haciendo sonanar sus silbatos y aplaudiendo. Ha sido un Desafío muy duro para la mayoría, también para las veinticinco mujeres que participaron este año multiplicando por cinco a las de ediciones anteriores. Han vencido al Canal, han disfrutado de él y le han odiado durante muchos kilómetros, ninguno olvidará este día. Los ciclistas estáis muy locos diría Silvia en la meta victima de una tremenda pájara. Sí, estamos muy locos, pero bendita locura.
