Quiere empezar la primavera, si el frío acepta darle paso, y con ella nuestras ganas de explorar. No hace falta ir muy lejos, o sí… Según los días y según las ganas que nos deje la astenia primaveral que nos afecta siempre en estas fechas. Lo que es indudable es que cuerpo y mente nos piden salir a respirar naturaleza y disfrutar del aire libre. Giramos la ruleta de los destinos que nos ofrece Castilla y León para que la flecha acabe apuntando directa a la provincia de Soria, la situada más al este de la comunidad, y posiblemente la más desconocida para muchos por no estar en zona de paso de una provincia a otra.
A tan solo 20 kilómetros de la capital podemos encontrar maravillas naturales como el Cañón del Río Lobos, declarado parque natural en 1985. Es, con un radio de más de 20 kilómetros. una de las primeras zonas naturales protegidas de Castilla y León.
Con Soria como destino señalado con una cruz en el plano, o en la ‘app’ del móvil, depende de quién organice el viaje, hay que buscar alojamiento. Alguno especial, alguno que nos sorprenda y nos lleve en menos de nada a olvidarnos de la rutina diaria para hacernos poner el freno durante unas horas o, si tenemos más suerte, unos días. Pararnos simplemente para mirar alrededor y disfrutar de donde estamos y de lo que nos ofrece el lugar.
Encontramos en la población de Almarza una antigua fábrica de harina, que ha respetado la arquitectura típica de la comarca al reconvertirse en una posada que invita al descanso en este excepcional rincón de Soria. El Morendal es una posada clasificada con cuatro estrellas en la clasificación de establecimientos rurales. Una combinación de sencillez, detalle y trato cercano que convierten a este alojamiento en un destino en el destino. El motivo del viaje es importante cuando organizamos una escapada para elegir el lugar idóneo que nos sorprenda superando nuestras expectativas.
Podemos hablar de oasis cuando nos alojamos en una población de algo más de 200 habitantes y nos encontramos con unas instalaciones dotadas de zona de spa que invitan desde el momento de la reserva a la relajación tras una jornada de ruta. Y que ponen el broche de oro con un restaurante que combina la tradición castellana con algunas licencias creativas que respetan los productos de temporada y de mercado.
Un alojamiento auténtico, que engrandece la escapada al medio rural, en el que el trato y la predisposición de los propietarios y del personal forman parte indisoluble de la experiencia, como el descanso que procura un buen colchón o el desayuno con fruta fresca y tostadas que nos hace tomarnos el comienzo del día de otra forma.
Es un lugar perfecto para no olvidar el calzado de senderismo con el que trazar mil y una rutas. Para descubrir hermosos tesoros como el acebal de Garagüeta, el mayor bosque de acebos existente en el sur de Europa, de un gran valor ecológico y paisajístico, al que acompaña un sorprendente clima mediterráneo.
Muchas posibilidades en los alrededores. Si vamos buscando una buena mesa, encontramos referentes en la capital como el restaurante Baluarte; galardonado con dos soles de la Guía Repsol. Y un poco más allá, en la provincia, encontramos el restaurante La Lobita, que es perfecto para una experiencia gastronómica con estrella. Sin olvidar -estando en tierras sorianas- las jornadas de caza, setas y por supuesto la apreciada trufa, de las que se puede disfrutar en las diferentes temporadas.
Imposible resistirse a la primavera descubriendo las maravillas naturales y gastronómicas de una provincia que ni te la imaginas cuando, además, el alojamiento elegido para el descanso es un todo en uno que completa para hacer perfecta la salida.
Descubrir el destino, descubrir el hotel… Descubrir un hotel, descubrir un destino.
