Desde su apertura al público en marzo de 2004, la Casa del Parque Natural ‘Hoces del Rio Riaza’, en la localidad segoviana de Montejo de la Vega de la Serrezuela, ha recibido ya más de 100.000 visitantes. Con la llegada de un grupo de turistas en un viaje organizado desde Castrillo de la Vega (Burgos), el centro consiguió alcanzar el pasado domingo 11 de junio la simbólica cifra.
El flujo de visitantes recibido desde que la Junta de Castilla y León declaró el espacio protegido ha contribuido notablemente a la desestacionalización del turismo en la comarca segoviana, puesto que ha propiciado la llegada de visitantes fuera del periodo estival, lo que ha supuesto una importante repercusión económica en el sector hostelero de la zona.
Cómo llegar
Visitantes
El perfil de los visitantes que recibe la Casa del Parque es muy diverso, incluye desde grupos familiares y centros escolares a asociaciones de personas mayores, grupos de personas con discapacidad y asociaciones culturales. Todos ellos han expresado un alto grado de satisfacción tras la experiencia vivida durante la visita guiada.
El centro, gestionado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, ha tenido especial interés para los centros educativos que, gracias al programa de Visitas Escolares a Espacios Naturales V(e)n2, han tenido la oportunidad de conocerlo acompañados por los educadores ambientales.
En cuanto a su lugar de origen, los viajeros procedentes de Castilla y León, Madrid y País Vasco son los que mayoritariamente visitan estas instalaciones, según los datos hechos públicos por la Junta de Castilla y León. Por provincias, Segovia, Burgos y Valladolid encabezan las cifras de afluencia.
Respecto a los turistas extranjeros, la Casa del Parque Natural Hoces del Rio Riaza también ha recibido visitas procedentes principalmente de Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido, pero también han llegado visitantes desde Puerto Rico, Israel o Italia.
El edificio en el que se ubica la Casa del Parque, de una superficie de 370 metros cuadrados, consta de tres zonas. Un área expositiva que ocupa buena parte de la superficie, con iluminación cenital; una zona para sala de audiovisuales vinculada a la zona expositiva, la recepción y una sala multiusos. En la planta superior, se encuentra la biblioteca, el Centro de Información y Documentación Ambiental (CIDA) y un apartado dedicado a servicios administrativos.
La dotación expositiva e interpretativa cuenta con una serie de paneles explicativos y elementos interactivos entre los que destaca el denominado ‘en vivo y en directo’, instalación que permite observar, en tiempo real, un nido de buitres situado en las hoces del río Riaza.
En el exterior, el centro dispone de aparcamientos, un parque infantil y un ‘jardín temático’, que representa los distintos ecosistemas del parque natural. Además, cuenta con una caseta-almacén para las herramientas con las que se realizan los talleres infantiles.
Las instalaciones fueron concebidas desde su origen como un lugar de encuentro y formación. A lo largo del año acoge diversos cursos, talleres y conferencias, como la celebrada el pasado mes de mayo sobre agricultura ecológica. Además, durante los próximos meses, se podrá visitar una exposición temporal en la que se muestran las réplicas en miniatura de las herramientas y utensilios de labranza utilizados en el medio rural.
Hoces, cañones, acantilados y desfiladeros de excepcional riqueza aviar
El parque natural ‘Hoces del Río Riaza’ tiene una superficie aproximada de 5.185 hectáreas, y forma parte de los términos municipales de Montejo de la Vega de la Serrezuela, Valdevacas de Montejo y Maderuelo. Está situado al noreste de la provincia de Segovia y es uno de los mayores conjuntos de hoces, cañones, acantilados y desfiladeros del interior de la Península ibérica, excavados por el río Riaza en las duras calizas de los páramos segovianos. Además de por su espectacular paisaje, las hoces del río Riaza destacan por la importante concentración de aves rapaces, especialmente buitres leonados y por sus bosques rectilíneos de un árbol, la sabina albar, auténtico fósil viviente del Terciario, que dan cobijo a una amplia y variada fauna.
La identidad característica de este espacio protegido está determinada por la singularidad geomorfológica y botánica que tiene, así como por la rica comunidad de aves rupícolas que habitan en el mismo. Su excepcional riqueza aviar determinó que, en el año 1987, parte de su territorio fuera designada Zona de Especial Protección para las Aves por la Unión Europea, ampliándose la superficie en el año 2000.
La declaración del parque, además de la conservación de sus notables valores naturales, su vegetación, su fauna y su bello paisaje, ha sido una vía de desarrollo socio-económico de esta zona.
