Desde el machadiano entorno del Moncayo hasta la tierra roja de Berlanga, Soria ofrece a los amantes del senderismo o la bicicleta de montaña la oportunidad de perderse en una naturaleza marcada por contrastes que desafían la razón
Las huellas de Antonio Machado y el Cid se cruzan varias veces en la rica geografía de Soria, un territorio marcado por la belleza desbordante de sus peñas y sus castillos, de sus pueblos y sus rutas históricas.
Son muchos los itinerarios por los que perseguir esa belleza inspiradora de pintores y poetas, pero pocas rutas como el denominado Sendero Ibérico Soriano atraviesan la mayor parte de las comarcas de la provincia, como un resumen gráfico para empaparse de las peculiaridades de cada rincón. El sendero, técnicamente denominado GR-86, se extiende desde Ágreda hasta Almazán, hasta completar un recorrido de 530 kilómetros, divididos en 22 etapas de trazado principal y 13 variantes. Su trazado abarca nada menos que las cumbres del Moncayo, el Urbión y el Parque Natural del cañón del río Lobos.
El sendero recorre el Sistema Ibérico de Soria por casi la totalidad de sus sierras, con lo que lleva al aventurero hacia el sur hasta conectar con las estribaciones del Sistema Central. Su característica principal es que enlaza una sucesión de vías antiguas, como vías pecuarias, caminos carreteros, caminos vecinales o calzadas romanas. Ello permite sacar del olvido un patrimonio histórico y cultural, como son los caminos, que configuran diferentes capítulos de la historia de Soria. Utilizados desde tiempo inmemorial, algunos de ellos son el mismo camino que ha adoptado diferentes denominaciones según épocas y usos. Es probable, incluso, que muchas de las rutas iniciales que marcaron los animales salvajes en sus movimientos estacionales fueran mucho después las vías pecuarias adoptadas en la Mesta. Después sirvieron a la Carretería, más tarde, en algunos casos, pasaron a ser caminos reales y actualmente son carreteras, como subraya la documentación ofrecida por la Diputación de Soria.
Alcanzar lo inaccesible
El Sendero Ibérico Soriano o GR-86 nos ofrece una forma especial de viajar, de conocer una tierra a medio camino entre Castilla y León y Aragón pausadamente y en profundidad, con la posibilidad de percibir lo más inaccesible y genuino, mostrando a su paso la variedad de sus comarcas y el tránsito de una a otra, con sus rasgos comunes y diferenciales.
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