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¿Por qué no hacer el Camino a lomos de un caballo?

Los valores ambientales del Camino francés pueden tener la misma consideración que su patrimonio cultural e histórico. Ganan peso fórmulas como el peregrinaje realizado por jinetes, para lo que la Fundación Patrimonio Natural ha instalado ocho ‘boxes’ en el itinerario

El Camino de Santiago francés atraviesa la comunidad autónoma de este a oeste, desde los burgaleses montes de Oca hasta la comarca del Bierzo, con una sucesión de paisajes y entornos que sitúa sus valores medioambientales en niveles equivalentes a los de su patrimonio cultural. Así lo revela el testimonio de los peregrinos, del mismo modo que el creciente número de visitantes atraídos por la naturaleza atravesada por este itinerario.

El disfrute de la paz y el paisaje está ayudando a enriquecer el perfil de quienes dirigen sus pasos a Santiago, con una demanda que va en aumento respecto a quienes deciden hacer el Camino a caballo. Precisamente, desde la Fundación Patrimonio Natural se ha adjudicado a la empresa Proatur la gestión de 82 boxes para equinos a lo largo de la ruta jacobea. No es la primera actuación de la entidad en relación con el Camino, con acciones medioambientales que incluyen la plantación  de arbolado, limpieza y  tratamientos silvícolas. Asimismo, en los últimos años se han equipado áreas de descanso y se han realizado trabajos de señalización y cartelería, además de la construcción de miradores y el diseño de sendas ambientales.

Todo ello, con el fin de facilitar el tránsito de peregrinos y turistas, “siempre desde un enfoque medioambiental de cuidado, acercamiento y contacto del peregrino con el entorno”, como señalan fuentes de la fundación, cuyas acciones persiguen el descubrimiento de los valores naturales del Camino de Santiago a su paso por Castilla y León. Dentro de esa filosofía surgió la iniciativa de establecer una infraestructura de ‘boxes’ para atender las necesidades de descanso y alimentación de los caballos.02

Asesoramiento técnico

Se han creado ocho puntos de atención al equino a lo largo del Camino francés, situados entre sí a una distancia entre los 25 y los 35 kilómetros. Las localidades escogidas para la ubicación de los ‘boxes’ son las burgalesas de San Juan de Ortega, Rabé de las Calzadas y Castrojeriz, la palentina de Calzadilla de la Cueza y las leonesas de El Burgo Ranero, Valdeviejas, Molinaseca y Trabadelo.

Las naves para caballos han sido diseñadas con el asesoramiento técnico de centros ecuestres y están equipadas con las características interiores (espacio, panelado, portones) y servicios (comederos y bebederos) necesarios para la estancia de los animales, además de instalaciones de suministro eléctrico y de agua allí donde fue posible llevarlas a cabo. Las naves tienen más de 18 metros de largo y seis de ancho, lo que permite la ubicación de un máximo de doce caballos en cada una. Todos los boxes están dotados de argolla, al lado de cada puerta, para atarlos.

La empresa de turismo activo Proatur será a partir de ahora la encargada de gestionar el funcionamiento, explotación y mantenimiento de las más de ochenta plazas que contienen los ‘boxes’. Se encargará de la gestión de las reservas, el alojamiento de los caballos y del avituallamiento con pienso y forraje. El precio fijado, por pernocta y pupilaje de cada caballo es de diez euros, a los que se puede añadir otros diez por avituallamiento de pienso y forraje.

El primer hito de esta ruta a caballo se encuentra en la localidad burgalesa de San Juan de Ortega, en plenos montes de Oca y a 24 kilómetros de la capital provincial.

El municipio de Barrios de Colina recibe su nombre del monasterio de la localidad, que cuenta con un refugio de peregrinos y que goza de fama gracias al fenómeno de la luz equinoccial. En los dos equinoccios del año, un rayo de sol ilumina a las cinco de la tarde el capitel de la Anunciación, donde se aprecia que la Virgen María se dirige a la luz y no a San Gabriel como es tradicional.

Por la calzada romana

A treinta kilómetros se encuentra Rabé de las Calzadas, en cuyo nombre se hace mención probablemente a la vía romana que pasaba por la localidad, fenómeno que se repite a lo largo del camino. La última de las poblaciones con esta instalación es la de Castrojeriz, situada junto al río Odra. La antigua Castrum Sigerici presenta la típica configuración de pueblo jacobeo, con una calle-camino jalonada por diferentes iglesias y edificios notables. Su castillo, fundado por el conde Muño, fue anteriormente fortaleza celtíbera, romana y visigoda.

La única de las localidades palentinas con esta instalación es Calzadilla de la Cueza, de nuevo con toponimia relacionada con una vía romana. Destaca la iglesia de San Martín y el caserío de las Tiendas, que recuerda al monasterio de Santa María y su antiguo hospital del Gran Caballero, de la Orden de Santiago.

Ya en León, se suceden El Burgo Ranero (en cuyo municipio se encuentra Calzadilla de los Hermanillos), Valdeviejas (pedanía de la romana Astorga, donde confluyen el Camino francés y la Vía de la Plata), la berciana Molinaseca (conocida por el Puente de los Peregrinos) y Trabadelo, dentro de la misma comarca.

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