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Tiempo de pesca

Los ríos, lagos y montes siempre están ahí. El reciente confinamiento ha dejado estos espacios aliviados de tanta presencia humana durante tres meses en los que peces y animales han podido moverse más a sus anchas. Pero desde el día 19 de junio ya no hay restricciones de movilidad para que pescadores y cazadores puedan retomar su afición favorita donde siempre lo han hecho, o en ese lugar que tienen en mente. Las directrices oficiales marcan que hay que usar mascarilla si no se respeta la distancia de seguridad y prohíbe compartir utensilios.

En lo que se refiere a la caza, son hábiles la del corzo en rececho y conejo donde haya autorizaciones para compensar la plaga de esta especie. El fanático de la caña puede pescar todo el año en aguas calificadas como ‘no trucheras’. Carpa, siluro, barbo, black-bass, cangrejos… En los lagos gestionados por la iniciativa privada para la pesca intensiva es la trucha arcoíris la especie.

La trucha común, cuya veda se abre en la mayoría de las cuencas castellanoleonesas en marzo o abril, ha estado menos presionada que otras campañas. En unos ríos se cerró a finales de junio y, en otros, al acabar julio. Solo en los regulados por embalses es posible echar el anzuelo hasta mediados de octubre. Así, estamos todavía en el momento de seleccionar dónde vamos, con el propósito de disfrutar todo lo que sea posible de la corta campaña truchera que resta.

Bajo Duero y Pisuerga

El barbo es una especie que siempre está ahí, que es posible pescar en algunos escenarios -en embalses y cursos medios y bajos de los ríos- durante todo el año y que cuenta con miles de adeptos. Posibilita desarrollar la actividad en familia o con amigos para pasar una jornada de ocio al lado del río. Además de que es un pez de buen tamaño y con el indudable valor deportivo que se ha ganado gracias a la potencia de sus primeras arrancadas tras coger el señuelo.
Con cebos diversos como lombrices, larvas, masillas, ova y otros -utilizando flotador o a fondo- es posible tentar a este especialista en alimentarse utilizando su particular boca rebuscando en los fondos. Ninfas y moscas secas también son fructíferas. Las zonas cercanas a la confluencia del Pisuerga en el Duero, en la provincia de Valladolid, son óptimas para la pesca de este ciprínido.

El Carrión

El que nace en la Montaña Palentina es un río truchero de primer orden. Con aguas cantarinas y muy oxigenadas hasta que comienza asentarse en la meseta, conserva muchas truchas, que son grandes en algunas zonas de este curso fluvial. El sensible desnivel que le caracteriza hace que sea perfecto para el mayor número de las artes de pesca: mosca ahogada, cucharilla y a mosca seca con cola de rata, incluyendo las ninfas.
Las opciones sobre dónde disfrutar en el río, en este caso, son variadas y casi todas satisfactorias. Es posible optar por acotados como los de Pino del Río o Saldaña o por los tramos libres en los que es obligatorio hacer ‘pesca sin muerte’ -devolviendo siempre al agua la captura en óptimas condiciones-. Si el empeño es regresar a casa con una trucha para comer, y sin abonar el importe de un permiso, solo queda la opción de sacar la correspondiente autorización para alguno de los AREC. El bosque de galería, plagado de alisos y chopos, y las áreas recreativas que hay junto al Carrión en Pino del Río, Saldaña o La Serna son ideales para que los acompañantes del pescador tengan el asueto veraniego perfecto.

El Luna

León forma parte de la leyenda. Sus gallos, ríos y truchas lo dicen todo. Ha habido momentos mejores y peores, pero este no es de los malos en cuanto a densidad truchera. Los embalses para quienes prefieren las aguas paradas y lo que hay en ellas. Esla, Órbigo, Porma, Curueño son quizá los ríos más conocidos, pero es el acotado de Villafeliz el más demandado de Castilla y León en las últimas temporadas.

En la montaña leonesa el goce es pleno. Paisaje, gastronomía y pesca de alto nivel. El embalse de Barrios de Luna aporta al entorno virtudes sobre las que es difícil concluir si compensan la merma medioambiental que a buen seguro supuso su construcción. Con Babia y la Tercia al alcance de la mano hay mil recursos que tientan a cualquiera para pasar unas vacaciones en la comarca. Lo mismo sucede con la pesca, que puede ser en cotos y tramos libres.

Tormes salmantino

La mayor concentración de truchas de gran tamaño en Castilla y León está en el Tormes que desembalsa de Santa Teresa. Es la Patagonia salmantina. Las capturas de salmónidos de tres y más kilos de peso es aquí algo casi diario. Siempre dependiendo de la suerte y la pericia del que maneja la caña, claro. También es la única referencia de hucho -salmón del Danubio- en España. Es tierra de hornazo, cuchifrito y perrunillas, con Alba de Tormes como la población más importante en la zona.

El problema para planificar a corto plazo la pesca es que el espacio para hacerlo sin autorización de tramo es casi inexistente. Casi todo es coto: El Chorrón, Tormes y Galisancho. También está el EDS Tormes I, para el que los pases diarios gratuitos están limitados. Eso sí, sacar alguna pintona de las que allí habitan compensa de casi todo.

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