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Berrueces, el pueblo vallisoletano que vio resurgir sus paloteos

La despoblación del entorno rural hirió gravemente a su folclore. Una realidad que se ha intentado corregir en los últimos años, en algunos casos con notable éxito

Daniel González // Folklore de Tierra de Campos

El baile del paloteo es una de las expresiones del folclore más pintorescas que ha llegado hasta nuestros días. Su coreografía, que parece evocar a la lucha de espadas entre guerreros o, incluso, a un juego de niños, no deja indiferente a nadie. Y, aunque sus orígenes y expansión son todo un misterio, algo común en la cultura popular, cuenta con una larga tradición extendida por toda Europa.

Baile y vestuario del paloteo de Berrueces

En España la riqueza y variedad de los paloteos es incuestionable. Y en Castilla y León, es la llana comarca de Tierra de Campos donde mejor se han conservado estas danzas. Un buen ejemplo lo encontramos en el pequeño pueblo vallisoletano de Berrueces, a ocho kilómetros de Medina de Rioseco, con unos paloteos que a punto estuvieron de desaparecer. Pero hubo quien lo impidió encarecidamente.

Un folclore rural que emigró a las ciudades

La tradición oral y la despoblación y abandono de Tierra de Campos a lo largo del siglo XX ocasionaron una pérdida considerable en la variedad de estos bailes. En el caso del Paloteo de Berrueces, las danzas alcanzaron renombre gracias a su incorporación en el repertorio del Grupo de Coros y Danzas de la Sección Femenina. Sin embargo, esto no evitó que en los años 80 se dejaran de bailar en el mismo pueblo donde se originaron. Pero, paradójicamente fue en la ciudad de Valladolid, donde su recuerdo perduró.

La labor de Pedro Mansilla Fernández, un labrador de Berrueces que emigra a Valladolid, fue fundamental en este aspecto. Su afán por enseñar los paloteos se imprimió en el grupo Valle de Olid, surgido en los años 70 en el barrio de las Delicias de la capital del Pisuerga. Década en el que empezaron a afloran numerosas asociaciones folclóricas en la ciudad.

Tras su fallecimiento en septiembre de 1981, fueron dos de sus alumnos: Jorge Bayón y Rafael Higelmo, los que tomaron el relevo. “Decidimos ahondar más. Aunque el Sr. Pedro nos trasmitió todos los lazos que se bailaban en Berrueces, quisimos ir al pueblo y preguntar a sus habitantes sobre esta tradición”, explica Rafael Higelmo. Pero el panorama que se encontraron no fue el que esperaban. “Desgraciadamente muchas personas que sabían de ello ya fallecieron y otros eran muy mayores. No tuvimos mucha más información de la que el Sr. Pedro nos dio”, añade.

Foto antigua del baile del paloteo de Berrueces en Valladolid

Alumnos convertidos en maestros

Pero no desistieron. Se empeñaron en rescatarlos fuera como fuese. “El empeño se adquiere cuando se bailan, te atrapan, por eso sientes que se debe seguir manteniéndolo, y el rescate es el seguir haciendo estas danzas tal cual nos las enseñaron con el sentido que tienen”, subraya Rafael.

Editaron un CD con cada uno de los ‘lazos’, nombre que reciben las distintas piezas de los paloteos. Más tarde, a partir del año 2000, empieza a resurgir en el pueblo de Berrueces la tradición, con la creación de las asociaciones Virgen de Pedrosa y Paloteo de Berrueces, a la cabeza su presidenta Teresa Soto Mansilla, que velaron por el mantenimiento y puesta en valor del patrimonio de la localidad terracampina.

Pero no solo ha resurgido en el pueblo, en la ciudad de Valladolid aún continúan bailándose por el Grupo de Coros y Danzas Pilarica, del que Rafael Higelmo es director artístico, y que tiene los paloteos de Berrueces en su repertorio habitual.

Un arduo trabajo que culminó en diciembre de 2019, cuando los dos alumnos, ya convertidos en maestros, presentaron “Paloteo de Berrueces: Guía para su aprendizaje”, una web donde volcaron las coreografías, movimientos, instrucciones y videos explicativos de cada uno de los lazos, y accesibles para cualquier grupo de danzas que desee aprenderlos. Ahora el siguiente paso que se plantean es crear una escuela para enseñar los paloteos. “Se que será difícil, pero me gustaría que cuajase”, confiesa Rafael.

Rafael Higelmo

Objetivo: dar una vuelta de tuerca al folclore

Ahora la tendencia ha cambiado. Lo que se perdió en el siglo XX vuelve a recordarse en muchos pueblos, cada uno con sus particularidades. “Quizás podemos decir que el paloteo de Berrueces se recupera mucho antes que otros y que, gracias a este, los demás van surgiendo y recordándose en sus respectivos lugares”, señala Rafael.

Pero ya si hablamos de futuro, el folclorista lo tiene claro: se hace necesario el “dar una vuelta de tuerca al folclore”. La siguiente meta que se propone es tratar de unir música, canción y palabra en un mismo espectáculo para recrear una historia entorno al folclore. “Quizás no sea nada nuevo, pero el poder unir distintas piezas tradicionales, evocando fragmentos de obras de teatro, puede conforman una bella escena”, apunta.

Indumentaria del paloteo de Berrueces

Bailados por hombres vestido de blanco y con ¿faldas?

El paloteo no deja indiferente a nadie. Es posible que los hayas visto alguna vez en algún festival de folclore, o de casualidad en algún baile esporádico en la plaza o calles de una población. Sea como sea, seguro que te has quedado asombrado con la pericia y singularidad del baile.

Su naturaleza ritual pagana ha dado lugar a teorías enfrentadas sobre su origen, desde el guerrero, donde los palos simulan ser espadas, a otras que afirman que los palos parecen los bastones que utilizaban los hombres en las tareas agrarias. Pero fue a partir del siglo XVI cuando adquieren un carácter religioso, en torno a la festividad del Corpus Christi o las del patrón o patrona de pueblo o villa.

Baile del paloteo por la asociación Virgen de Pedrosa y Paloteo de Berrueces

En el caso de Berrueces, el paloteo se bailaba en las denominadas Rogativas de Mayo a la Virgen de Pedrosa, patrona del pueblo, a la que se sacaba en pasacalles en petición de lluvia para los campos. Tradicionalmente lo bailaban hombres vestidos con las enaguas y trajes de la primera comunión de las mujeres de su familia. El vestirse de blanco era por respeto a la Virgen y en señal de pureza.

En la actualidad, lo bailan más mujeres que hombres. Fue la pérdida considerable en la variedad del paloteo durante el siglo XX, lo que hizo que parte del ritual se desnaturalizara, con la feminización de las danzas, hecho que al mismo tiempo ha permitido el mantenimiento de estas costumbres en muchos pueblos.

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