La diferencia de cotas entre sus cumbres y desfiladeros da lugar a una gran variedad de climatologías y paisajes de oscuros bosques y prados verdes
Descendiendo el Puerto del Pontón, con destino Asturias, el viajero llega a Oseja de Sajambre, capital del valle que lleva su nombre y que se encuentra inmerso en robledales y hayedos, cumbres nevadas durante gran parte del año y praderas que se clavan en la retina.
Dicho conjunto forma un enclave que muestra la riqueza etnográfica de la zona, salpicada por hórreos y construcciones religiosas en medio de la naturaleza, de estilo neoclásico rural, propio de la segunda mitad del siglo XIX y a su vez lleno de alternativas para los amantes del turismo activo, dada su proximidad a los Picos de Europa. Como antesala al Parque Nacional se encuentra Vegabaño, un valle glaciar de gran interés paisajístico que no debería pasar desapercibido en la ruta.
Los meses de verano se presentan como una excelente época para que también niños y jóvenes vivan esta tierra a través de actividades como el barranquismo, senderismo, espeleología, escalada y rapel, todo ello combinado con visitas culturales, juegos, talleres de ocio y veladas nocturnas que harán de la estancia en el Valle de Sajambre toda una intrépida experiencia vacacional.
El corazón del Parque Nacional de Picos de Europa guarda una reconfortante opción de descanso de carácter familiar, dedicada al turismo rural, para aquellos que prefieran optar por propuestas que también supongan aventura, no necesariamente en su acepción más literal. Se trata de El encanto del Valleval, una serie de alojamientos rurales emplazados en casas centenarias que guardan la magia de tiempos pasados, ahora rehabilitadas y totalmente equipadas, puestas al servicio de quienes quieran pasar unos días de ensueño y establecer su base en Soto de Sajambre.
Este municipio singular también lo es por su escuela, fundada por Félix de Martino en 1907, un hombre progresista que creó una escuela modelo donde los niños sajambriegos aprendieron lo necesario para convertirse en hombres útiles a sí mismos y a la sociedad. El valle también guarda otros secretos, como la Casa de los Tiros y varios refugios de la Guerra Civil, que lo dotan de un hermoso misticismo.
El Valle de Sajambre cuenta con una envidiable riqueza paisajística, que se traduce en un sinfín de posibilidades en todos los ámbitos turísticos: gastronomía típica de la frontera astur-leonesa, naturaleza o una ruta por los municipios que dejan ver la cultura y la historia que los describe. Una paleta de colores diferente en cualquier época del año que invita siempre a la evasión.
