En los desgastados muros de piedra del monasterio de San Salvador en Nogal de las Huertas están inscritos los primeros pasos del románico en España
Es el templo románico más antiguo de la provincia de Palencia y uno de los más longevos de España. Pero el monasterio de San Salvador, ubicado en Nogal de las Huertas a 8 kilómetro de Carrión de los Condes, está en ruinas y sus puertas cerradas con una verja de hierro te impiden contemplar in situ las piedras moldeadas por los primeros maestros de un recién llegado románico.
Ni su relevancia para la historia del arte, ni ser declarado Monumento Nacional, han servido para salvarlo de su abandono y degradación. Pero, antes de ahondar en su taciturna historia reciente, pasemos a conocer su pasado más remoto.
La huella de los mejores talleres del románico
El arte románico llegó a España en el siglo XI a través del Camino de Santiago. Se empiezan a construir en toda la zona norte del país los más exquisitos templos que ahora asombran al mundo: la catedral de Santiago de Compostela o de Jaca, la iglesia de San Martín de Tours de Frómista, la Basílica de San Isidoro de León… entre otros muchos.
Toda una concentración de arte como hacía siglos que no existía en la península. Y entre todo este desenfreno artístico encontramos al monasterio de San Salvador de Nogal de las Huertas. Lo que ha llegado a nuestros días es poco, pero suficiente para indicarnos su trascendencia.
En una de sus piedras reza una inscripción que data su fundación en el año 1063, lo que, si se da credibilidad, lo convierte en el templo románico más antiguo del país y por descontando de la provincia. Su origen se debe a Doña Elvira, una misteriosa mujer con una evidente vinculación a las monarquías de entonces, y que los investigadores creen que pudo ser una de las hijas del rey Fernando I o del conde Sancho de Castilla.
Su antigüedad se certifica en la decoración de la cabecera de la iglesia, de planta cuadrada. Esta está delimitada con el resto de la nave por un arco de medio punto que gravita sobre dos columnas con dos capiteles de piedra de cuidada escultura. Ambos pertenecen al taller de Jaca-Frómista, y nos traslada a uno de los mejores talleres del románico de la época.
Más tarde, ya en el siglo XIII, se levantaron el resto de las naves de la iglesia con sobrios pilares unidos con arcadas apuntadas. Una ampliación que también se extiende a la portada meridional del templo, que aún se conserva, con arquivoltas apuntadas y columnas sin fustes.
La lucha continua para poner para consolidar definitivamente su estado
Con el paso del tiempo el cenobio fue perdiendo importancia. Primero pasó a depender del monasterio de San Facundo y San Primitivo en Sahagún y en el siglo XV a la Congregación de San Benito el Real en Valladolid. Desde entonces, quedó custodiado por los monjes benedictinos hasta que fueron exclaustrados en la Desamortización de Mendizábal, un golpe final que lo convirtió en los siguientes años en almacén, granja, vivienda y explotación agrícola.
A pesar de ser declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, el edificio siguió con su degradación y definitivo abandono. En 2004 se realizaron labores de consolidación y restauración para que su estado no fuera a peor. Obras que no le han sacado de su letargo y degradación, de la que alertan desde el Ayuntamiento de Nogal de las Huertas, que en 2018 consiguió la propiedad del cenobio como un primer paso hacia una decisiva restauración.
Ante el “peligro de hundimiento” y el “sistemático expolio”, Hispania Nostra lo incorporó en el año 2007 a la Lista Roja de Patrimonio a la que todavía pertenece (ver ficha)
Cómo llegar
