Completamente descontextualizadas yacen tres preciosas portadas románicas, dos en Burgos y una en Madrid, que parecen portales a otro mundo
Daniel González.
Tan espectacular puede ser una magnífica catedral perfectamente conservada, como una solitaria portada románica de una antigua iglesia despedazada. Las dos asombran, pero por motivos diferentes. La catedral por sus notables dimensiones de puro arte. La portada solitaria por su melancolía, que inspira a los más poetas.
Si nos centramos en las portadas románicas, en Castilla y León contamos con tres notables ejemplos, dos de ellos proceden de la provincia de Burgos y la otra de Ávila, aunque en la actualidad yace en el parque de El Retiro de Madrid. ¡Vamos a conocerlas!

Un románico ‘provinciano’ en Madrid
A 120 kilómetros de su lugar de procedencia, se encuentran ahora los restos de la antigua iglesia o ermita de San Pelayo y San Isidoro, concretamente en una de las esquinas del pulmón verde de Madrid: el parque de El Retiro, en la confluencia de las calles Menéndez Pelayo y O’Donell.
Allí lleva desde el año 1897. Pero antes fue una de las veinticinco iglesias románicas que se construyeron en la ciudad amurallada Patrimonio de la Humanidad de Ávila. Aunque esta, en realidad, se encontraba extramuros y se construyó en el siglo XII sobre otro templo anterior prerrománico.

Tras la desamortización llegó su definitiva ruina, siendo demolida y sus partes vendidas a particulares. Más tarde Emilio Rotondo Nicolau, aficionado a las antigüedades, adquirió y cedió los restos a la Real Academia de la Historia, que, a su vez, los ofreció al Museo Arqueológico Nacional. Tras un intento de reconstruir la ermita, fueron cedidos al Ayuntamiento de Madrid, que los instaló finalmente en el parque de El Retiro.
Una de las pocas muestras de arte románico que se pueden ver en la Comunidad de Madrid, y que nos recuerda el expolio sufrido a partir de las desamortizaciones y hasta bien entrado el siglo XX.

El Arco de San Miguel, un portal a otro mundo
Se ha convertido en uno de los puntos más singulares en la provincia de Burgos. Y no es baladí, pues esta portada románica de siete arquivoltas en medio del campo nos regala una imagen que parece sacada de una novela de fantasía. Podría ser una de esas ruinas que quedan de una vieja ciudad arrasada años atrás por algún ejército. Pero, en realidad, no fue la guerra, sino el propio tiempo y la despoblación la causante de esta particular fotografía.
Se encuentra a apenas 1 kilómetro de la monumental localidad burgalesa de Sasamón, en un entorno agrícola, anexo a la carretera de Villahizán de Treviño. El Arco de San Miguel debe su nombre al ser el único vestigio que queda de la antigua iglesia existente de San Miguel de Mazarreros, una localidad que ya se despobló en el siglo XV.
Además de la nobleza de su fábrica, destacan algunos capiteles que todavía conservan una casi borrada iconografía. Por desgracia este monumento forma parte de la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra debido a su mal estado de conservación.

La portada románica de la capital burgalesa
Esta portada románica fue recuperada en Vitoria en el año 1928, gracias a una denuncia, cuando estaba a punto de ser embarcada hacia Estados Unidos, con marcas en sus piedras para reconstruirla. Ahora descansa en la capital burgalesa, a aproximadamente 55 kilómetros de su ubicación original en el pueblo de Cerezo de Río Tirón.
La parroquia a la que daba acceso esta puerta, la iglesia del siglo XIII de Ntra. Señora de la Llana, fue cerrada a finales del siglo XVIII y el edificio ya figuraba como abandonado en el año 1924. Tras su rescate en el País Vasco fue montada en el paseo de la Isla de Burgos, donde permaneció hasta hace poco más de tres años cuando se trasladó definitivamente al monasterio de San Juan de Burgos
La portada consta de arco de medio punto y seis arquivoltas, y fue trasladada al monasterio debido al mal estado de conservación y a lo expuesto que estaba al vandalismo en el muy trascurrido paseo de la Isla.
