Santa Águeda, una fiesta con marcado carácter femenino, es una de las más populares de nuestro folklore. Pero, ¿sabes quién fue y qué hizo esta Santa para convertirse en la patrona de las mujeres?
Foto portada: cuadro de Santa Águeda de
En el calendario festivos de pueblos de muchos pueblos de Castilla y León hay una fecha marcada en rojo para todas las mujeres: el 5 de febrero. Este día se celebra la Fiesta de Santa Águeda, durante la cual las mujeres toman el poder de los pueblos por un día, bailan y realizan actividades exclusivas para ellas.
La celebración de estas fiestas se remonta, al menos, a finales del siglo XIX, aunque realmente el origen de la devoción es muy anterior. Pero, ¿qué hizo esta santa para despertar tanta devoción solo en el sexo femenino? ¿Por qué el 5 de febrero?
La Santa a la que cortaron el pecho
Según cuenta la tradición Águeda de Catania fue una mujer que vivió en el siglo III d. C en Sicilia. Nacida en Palermo y de familia noble, durante la época que le tocó vivir, siendo emperador Decio y presidente de Sicilia Ouinciano, se promulgó en un edicto obligando a perseguir a lo cristianos. Águeda fue capturada y llevada ante Quinciano, y ella se negó a renunciar a su fe cristiana, por lo que fue abofeteada, encerrada y torturada, llegando a cortarle un pecho y encarcelarla sin darle atención médica, ni tampoco comida o agua.
Según cuenta la leyenda, mientras estaba encarcelada y herida, la joven recibió la visita de San Pedro, que portaba unos ungüentos con intención de sanarla. Ella se negó porque prefería la mortificación y el dolor. Así Ouinciano continúo con su tortura a la mujer y mandó esparcir por el suelo brasas y pedazos de teja para restregar por ellos el cuerpo de la Santa.
Pero antes de llevarla a las brasas, la ciudad de Catania fue sacudida por un gran terremoto que causó la muerte de amigos personales de Quinciano. La multitud se congregó entonces frente al palacio pidiendo la liberación de Águeda, pero Quinciano se negó y la devolvió a la cárcel, donde murió finalmente el 5 de febrero de 252.
El malo de la historia, Quinciano, tampoco se fue de rositas. Este quiso apoderarse de las riquezas de la virgen santa pero, mordido y coceado por un caballo, se ahogó en un río sin que su cuerpo fuera encontrado jamás.
Patrona de las mujeres
De entre todos los hechos, el que más ha calado por la impresión que causa es la amputación del pecho. Es por ello que se popularizó la forma de representarla en escultura con los pechos cortados sobre una bandeja en la mano izquierda y en la derecha la palma, atributo y símbolo de la pureza y del martirio.
Su sufridos últimos días de vida han convertido a Santa Águeda en protectora de las mujeres y es de las más invocadas para proteger de los partos difíciles o de la enfermedad del cáncer de mama. Además, es la patrona de las enfermeras.
Una historia algo sádica si se piensa racionalmente, muy común en la religión cristiana y ya visto en la mitología griega o romana. Pero, detrás de toda historia, por triste que sea, hay una moraleja y Santa Águeda dejó una que ha perdurado hasta nuestros días.
