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Cómo un retablo de Tierra de Campos acabó en San Isidoro de León

Este pueblo, de poco más de 50 habitantes, cuenta con una iglesia en ruinas cuyo retablo decora el altar mayor de la Real Colegiata de San Isidoro de León. Pero hay muchos más que ver y contar de Pozuelo de la Orden

En realidad no es nada nuevo. El traslado de obras de arte de un lugar a otro fue el pan nuestro de cada día de muchos pueblos azotados por la despoblación del siglo XX. Tierra de Campos fue una de las comarcas más perjudicadas en este aspecto. Dotada de valiosas obras de arte fruto de su esplendor histórico, cuando se vino a menos y empezó a perder población, muchas de sus iglesias dejaron de tener culto, se destartalaron o no se cuidaron lo suficiente para mantenerlas en pie.

Interior de San Isidoro de León. Foto de José Luis Filpo Cabana

Pozuelo de la Orden, un municipio de la Tierra de Campos vallisoletana, lo sabe bien. Este pueblo, que alcanzó el esplendor en la Edad Media, llegó a contar con un castillo, muralla, una iglesia de ladrillo y adobe y hasta cuatro ermitas en el siglo XVI. De todo ello apenas queda una pequeña parte.

Un pueblo que cambió muchas veces de manos

Empecemos desde le principio. Pozuelo de la Orden comenzó a formarse como lo conocemos ahora a partir de la repoblación del valle del Duero. Fue cambiando de manos continuamente, perteneciendo primero al Monasterio Real de San Benito de Sahagún, después al obispado de León y más tarde a la nobleza castellana.

Estado de la torre de Santo Tomás. Foto: Rodelar

El pueblo, antes llamado Pozuelo de Campos, obtuvo su actual apellido cuando pasó a pertenecer a la Orden de los Hospitalarios y después, en el siglo XIV, a la de Santiago. En su historia destaca la proclamación del ‘Fuero de Pozuelo de Campos’, durante el siglo XII, en el que se recogen diversas normas por las que debían regirse los habitantes de la localidad.

No hubo grandes cambios en su vida hasta que llegó el siglo XX. La despoblación fue menguando una población que llegó sumar a 500 vecinos a principios de ese siglo. Una cifra que contrasta con la actual, con poco más de medio centenar.

Antigua iglesia de Santo Tomás

Al ritmo que su demografía bajaba también lo hizo su patrimonio testigo de su historia. Perdió todas las ermitas, salvo una, la de Santa Ana, en el presente la mayor joya a nivel artístico del pueblo. Pero hablaremos de ella más tarde. Primero, hablemos de su iglesia principal, la de Santo Tomás.

Este templo, ahora en ruinas, se construyó en ladrillo y adobe. En su interior albergaba un retablo gótico labrado entre 1520 y 1530 que contó con la participación en las labores de talla y ensamblado de un maestro llamado Giralte. Consta de 24 tablas de pintura obra de Lorenzo de Ávila, seguidor de Juan de Borgoña, Antonio Vázquez y Andrés de Melgar, oficial de Alonso Berruguete.

Retablo de la iglesia de Pozuelo en la colegiata de San Isidoro de León. Foto: Lancastermerrin88

Hablamos en pasado, pues esta obra de arte ya no se encuentra en la localidad. En 1920 fue trasladada a la Colegiata de San Isidoro de León, al haberse quemado el retablo de esta en un incendio en 1811. El hecho de que se eligiera este retablo para sustituirlo se debe a que Pozuelo de la Orden estaba en esa época bajo la jurisdicción eclesiástica del obispado de León. Con está pérdida se aceleró la decadencia de la iglesia hasta su abandono. Actualmente sobrevive la torre y parte de los muretes de adobe en una de las naves laterales.

Fachada de la iglesia nueva de Santo Tomás. Foto: Rodelar

Para sustituirla se construyó en el pueblo un nuevo templo bajo la misma advocación. Es de ladrillo y en su interior alberga la imagen románica de Santa Ana, que se encontraba en la ermita.

Ermita Santa Ana. Foto de Rodelar

Una joya de madera policromada

Una gran pérdida que no hace desmerecedor de una visita a este pueblo terracampino, ya sea porque te gustan las ruinas o porque eres un amante de la carpintería de armar española. Y es que, a medio kilómetro del pueblo, se alza la ermita de Santa Ana que guarda en su interior verdaderos tesoros. Nada más entrar hay que mirar hacia arriba para ver el techo con su espléndido artesonado de madera, factura de Ignacio Cortés.

Decorado con tarjes ovalados, en él se representan escenas del Antiguo Testamento con una delicada policromía. Su valor es incalculable y por eso el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural.  Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento (más información pinchando aquí)

Fotografías del interior de la ermita de Santa Ana de Nicolás Pérez. Puede ver la galería completa de Pozuelo de la Orden pinchando aquí 
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