Solo los sonidos de la naturaleza rompen el silencio que envuelve a esta apartada localidad berciana de tan largo nombre
Daniel González
De los creadores de la ciudad más pequeña de España (Frías) o de la bodega subterránea más grande del país (San Adrián del Valle), llega el pueblo con uno de los nombres administrativos más largos. Está situado en el Bierzo y más allá de este dato anecdótico, la localidad cuenta con numerosos atractivos al puro estilo berciano.
Se llama Colinas del Campo de Martín Moro Toledano y es una pequeña pedanía del municipio de Igüeña, en el extremo oriental del Bierzo. En concreto su denominación es la cuarta más extensa de España, solo superados por Gargantilla del Lozoya y Pinilla de Buitrago (Madrid), Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja (Burgos) y Cruïlles Monells i Sant Sadurní de l’Heur (Girona).
Como es normal, un nombre tan largo es propenso a ser acortado a la hora de referirse a él. Así, a este pueblo berciano de 70 habitantes se le conoce popularmente como Colinas del Campo.
Unas calles que invitan a pasear sin prisas
Se trata de un pueblo que debe ser admirado en su conjunto, armonioso y rodeado de un paisaje de naturaleza fértil. Su caserío se extiende a las orillas del río Boeza, uno de los afluentes del Sil. Dicha corriente divide a la localidad en dos partes comunicadas a través de un resultón puente medieval a juego con la arquitectura del resto de las construcciones, marcadas por los cánones de belleza popular berciana de piedra, tejados de pizarra y balcones de madera.

El casco urbano del pueblo está dividido por la corriente del río Boeza que se salva con un puente medieval. Cardinalia Comunicación
Su pintoresca silueta no hace extraño que esté reconocida como Conjunto Histórico-Artístico desde 1994 y también restringido al tráfico de vehículos de no residentes para preservar las viejas calles empedradas.

Sus casas están marcada por los cánones de belleza berciana: piedra, tejados de pizarra y balcones de madera. Cardinalia Comunicacion
Pero no te preocupes que podrás dejar el coche en un aparcamiento habilitado en la entrada al pueblo, tal como sucede con otras localidades bercianas como Peñalba de Santiago o las localidades del Valle Compludo (visitas muy recomendadas).

El casco urbano de Colinas del Campo está restringido al tráfico de vehículos de no residentes. Turismo El Bierzo
La ausencia de tráfico y la belleza de las calles de Colinas del Campo invitan a un tranquilo paseo, donde podrás admirar además de la arquitectura típica otros monumentos de interés como la ermita del Santo Cristo, cuya estructura es atravesada por un arco. También destaca la Fuente de San Juliano, así como antiguos molinos de que aprovechaban las raudas corrientes del río Boeza.

Un arco pétreo forma parte de la estructura de la ermita del pueblo. Wikipedia Commons
Senderismo y buen comer
No podemos hablar del pueblo sin mencionar su entorno, que funcionan como un tándem perfecto. De suelo fértil, es zona de gran valor ecológico por sus abedules, acebos, robles, servales, avellanos, tejos, grosellas y multitud de flores silvestres. Un manto vegetal de colores estacionales que envuelve un paisaje de gran rugosidad, con las cumbres de las montañas occidentales leonesas como telón de fondo.

Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, Igüeña, (León, España). Wikipedia Commons
Todo ello hace de Colinas del Campo el punto de partida de varias rutas de senderismo, como la que parte hacia la cima del Catoute, a 2.112 metros de altitud.
Recorrer este pequeño remanso de paz es todo un placer, pero también necesitarás recargar pilas. Y nada mejor para conseguirlo que con los reyes de la mesa berciana, como el botillo, la cecina, los pimientos o la tarta de castañas.