Son tantas las ganas que tenemos de viajar que nos sorprendemos a nosotros mismos queriendo sencillez para disfrutar a lo grande.
Nos hemos dado cuenta de que no hay que complicarse, por lo menos no siempre. Las pantallas y la conexión nos han traído algo positivo, y es la capacidad de convertirse en ventanas que poco a poco se van transformando en puertas. Solo hay que abrir esas puertas para respirar aire puro y rendirse ante la belleza de una realidad que siempre estuvo ahí, y que durante mucho tiempo poníamos únicamente de paso en el camino.
directora de ‘Más Castilla y León’
Planificar pequeñas escapadas se ha convertido en toda una aventura, mariposas en el estómago cuando conseguimos encontrar la maleta … la pequeña, pero que nos da la sensación de ser la llave de grandes vivencias, las que solo puede crear el turismo, las que únicamente se pueden escribir llenando y vaciando maletas, bolsas, macutos, mochilas o simplemente bolsas para llevar el picnic en una excursión de ida y vuelta.
Desde Valladolid o desde Palencia, que es la provincia donde se encuentra, llegamos a Ampudia en menos de nada. Ya sea desde una capital o desde la otra la entrada a la villa no defrauda, con las vistas del Castillo de Ampudia o de la Colegiata de San Miguel nos hacen intuir que nuestra estancia va a merecer mucho la pena.
Mientras buscamos nuestro alojamiento descubrimos un conjunto de calles porticadas, un rápido vistazo a nuestras notas de viaje nos confirma que el núcleo urbano de Ampudia fue declarado conjunto histórico en 1965.
En Tierra de Campos encontramos La Posada de las Casitas, con una ubicación excelente para ir descubriendo el maravilloso entorno sin necesidad de movernos en unos días.
La reconstrucción nos habla de la historia del lugar, la antigua fachada, la rejería, los detalles nos susurran que lo que hoy es una casa de huéspedes fueron antaño cuadras, pajares y graneros. Una combinación de contrastes, con la decoración de corte actual y étnico, nos susurra las inquietudes y aventuras de sus propietarios que se encargan de armonizar esa fusión para que todo fluya discretamente desde nuestra llegada.
Chimenea en invierno y barbacoa en el jardín en verano, un sinfín de posibilidades en cualquier época del año que se suman a las múltiples posibilidades de descubrir maravillas a tan solo unos minutos andando. Vivencias dentro y fuera de la Posada podría ser el título de nuestra estancia, conexión perfecta para trasladarnos a historias cercanas o muy lejanas, de aquí y de allí.
Un corto paseo nos lleva hasta el Castillo de Ampudia que fue construido entre 1461 y 1488, tras idas y venidas históricas que bien merecen una atenta visita para descubrir sus secretos. Un castillo que deslumbra hoy y que llegó a convertirse en sede ocasional de la Corte Española, tras años de abandono fue adquirido y rehabilitado por el empresario galletero Eugenio Fontaneda.
Como siempre cuando hay un entorno digno de admiración, la gastronomía está presente y no defrauda, platos castellanos regados con unos magníficos vinos, porque si algo hemos descubierto también en nuestra visita a Ampudia es que el vino tiene parte de protagonismo en esta tierra. Siguiendo las indicaciones de nuestros anfitriones nos desplazamos hasta el pueblo de Dueñas para conocer una maravillosa bodega subterránea que alberga uno de los lagares subterráneos más espectaculares de la región.
Desayuno impecable, vistas, tranquilidad, entorno y un trato exquisito, hacer la maleta, esa pequeña que cogimos porque íbamos cerca, ha valido la pena y tendrá seguro una segunda parte.
Descubrir el destino, descubrir el hotel… descubrir un hotel, descubrir un destino… descubrir Castilla y León.
La Posada de las Casitas
C/ Nueva, 17. Ampudia, Palencia
979 76 81 62
hotel@castillodesomaen.com
info@lascasitasdepapel.com
