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Las huellas de la historia en Palenzuela

Situada en una de las comarcas naturales que mejor identifican a la provincia de Palencia, esta localidad cerrateña afronta otra decisiva etapa de su historia, en esta ocasión marcada por la despoblación. La puesta en valor de su legado histórico y artístico, de indudable interés, sigue siendo una de las asignaturas pendientes de sus habitantes

Cuando los 60.000 hombres de Pompeyo arrasaron Pallantia, el militar romano ordenó cubrir con un manto de sal la ciudad celtibérica que tantas veces había burlado a los ejércitos del poderoso Imperio romano. Un gesto cruel que buscaba dejar estéril la llanura en la que, durante siglos, se había situado la ciudad más fuerte de la meseta. La inexpugnable Pallantia sucumbía solo 50 años después de que su vecina y aliada Numancia corriera la misma suerte.

Ambas sufrieron el cerco terrorífico del implacable ejército romano. La imponente y próspera ciudad, situada entre los ríos Arlanza y Arlanzón, contaba con una extensión de 60 hectáreas donde vivía una población cercana a los 6.000 habitantes. El incendio y la destrucción acabarían con el poblado.

palenzuela iglesiaA pesar de este trágico episodio, la historia depararía un nuevo periodo de esplendor para este territorio. Siglos después, la nueva Palenzuela se asentaría a poca distancia del heroico poblado de la Pallantia celtibérica. A partir del siglo XI, el lugar resurgiría gracias a la repoblación. Se convertirá en condado de Palencia, recibiendo sus primeros fueros.

También fue capital de la Merindad del Cerrato, su comarca natural. Una pausa de once siglos que marcará el inicio del segundo de los periodos de mayor esplendor del territorio: la Palenzuela medieval.

La actual Palenzuela está marcada por su historia. Como todas las ciudades medievales de importancia, Palenzuela también tuvo judería. La localidad está declarada desde 1966 Conjunto Histórico Artístico. La huella de las familias de noble linaje que la poblaron se mantiene en los numerosos edificios de piedra que jalonan el recorrido de casi todas sus calles.

Palenzuela puente paisajeAlgunas de las quince casas blasonadas que aún se conservan guardan en su memoria de piedra episodios históricos de relevancia política y social en la Edad Media. Por desgracia, el estado de ruina que acompaña a muchos de estos edificios – hoy en manos privadas- no logra despertar el interés por acometer ningún proyecto de recuperación. Es el caso del Convento de San Francisco, situado a las afueras de Palenzuela, donde en 1425 el rey Juan II convocó Cortes de Castilla.

Otro ejemplo de secular abandono es el que muestra el castillo, que formó parte de las primeras fortificaciones desde las que se inició la reconquista de la cuenca del Duero. De sus tres torres hoy solo se conservan tres solitarios farallones. Pero, sin ninguna duda, una de las joyas de Palenzuela es la iglesia de Santa Eulalia.

cebolla horcal palenzuela

El templo más antiguo de la localidad conserva sus ruinas, eso sí, consolidadas. Su imponente estructura gótica permite imaginar la riqueza del templo original. Afortunadamente algunas de sus obras, como el espectacular retablo de madera del astudillano Hernando de Nestosa, hoy se guardan en la iglesia parroquial de San Juan (siglo XVI) en la que de forma reciente se ha iniciado un ambicioso proyecto de restauración.

Fernández de Salazar, Jalón, Enríquez, Herrera, Gómez o Rodríguez de Castro son sólo algunos de los apellidos de los personajes y familias notables que residieron en Palenzuela. Buena cuenta de ello dan los numerosos escudos de armas que penden de las fachadas de los edificios. Gracias a que Palenzuela era una de las ciudades más atractivas de Castilla en el siglo XV, incluso fue propuesta para convertirse en morada de los Reyes Católicos, quienes concedieron a la villa el título de ‘Muy Noble y Leal Villa’.

palenzuela panorámicaPalenzuela, hoy

Palenzuela es hoy una localidad de 300 vecinos con su principal fuente de ingresos en la agricultura y ganadería. Entre su destacada huerta, la cebolla horcal ocupa un lugar destacado, con una fiesta que gira en torno a este cultivo durante el segundo domingo de octubre. Junto al conjunto de yeresas rupestres y las casi 300 bodegas subterráneas horadadas en la roca, destaca el viñedo de la bodega Pagos de Negredo, inscrito en la DO Arlanza. Tres bares, un restaurante y dos panaderías son las únicas infraestructuras de la villa.

homenaje a la cebolla horcalMientras se materializa el deseo de instalar un pequeño museo municipal sobre la historia de la ciudad, la única iglesia que permite su visita en el interior es la de San Juan Bautista, que en invierno abre los domingos para el culto, aunque puede recibir visitas de grupos previa llamada al ayuntamiento. Entre las joyas que guarda en su interior este colosal edificio están los retablos de Santa Eulalia y Santa Catalina, así como el espectacular retablo políptico de la capilla de la Inmaculada.

La leyenda de la condesa

Hay una leyenda que vincula la ciudad de Palenzuela con el monasterio leonés de Gradefes. Hace mil años, don Roderico
-conde de Palenzuela- se vio obligado a huir de la villa junto a su mujer, al caer en desgracia ante el rey Alfonso VI. Los condes se instalan en San Llorente, hasta que un buen día don Roderico regresa a la Corte porque intuye que soplan vientos favorables que le ayudarán a recuperar su antigua posición. En su ausencia, la condesa acoge a un caballero que llega a su casa extraviado. Es el señor de Tariego, enemigo político de su marido, pero ella lo desconoce.

Cuando el conde regresa, monta en cólera al enterarse del sucedido. Creyéndose deshonrado, ordena a su mayordomo que lleve a su mujer a tierras de León, y acabe con su vida. El mayordomo conducirá a la condesa hasta Prioro, donde conoce al cura, que le disuade de sus intenciones.

Urden un plan: vestirán a un muñeco con los ropajes de la condesa, y de tal modo ingenian su sacrificio y enterramiento que los acompañantes no advierten el engaño. Sin embargo, un parroquiano espía la escena y delata al párroco, que huirá con la condesa, vestida de aldeana, con destino al monasterio de Gradefes, donde acepta quedar recluida.

casa palenzuelaLa historia termina con una carta que recibe el cura de Prioro desde el monasterio de Sahagún, tiempo después de este sucedido. Fray Genaro de San Andrés, antes conde de Palenzuela, le agradece al cura su obra a favor de la que antaño fuera su mujer. Resulta que el conde terminó enterándose de todo y, arrepentido por su acción, acudió a Gradefes para recuperarla. Como ella se negó a salir, él entró en el monasterio de Sahagún.

castillo de palenzuela cerrato palencia

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