Un buen número de templos de la región miran al cielo ‘literalmente’ porque carecen de un tejado que proteja lo que guardan dentro
Esqueletos de piedra, templos con santo, pero sin devotos. Los calificativos abundan a la hora de describir a todas esas iglesias de pueblos y ciudades que, con la pérdida de habitantes y de fieles, han sucumbido a la ruina. Lugares que en pocos años de abandono han perdido lo que se construyó con mimo durante siglos.
Seguramente conozcas más de una. Ya sea en tu pueblo, o de pasada en un viaje por carretera. Porque no es difícil encontrarlas. Algunas de ellas yacen solitarias en las afueras o aupadas sobre un promontorio, mientras otras se levantan en el medio del casco histórico. Pero todas tienen algo en común: no dejan indiferente.

Porque a pesar de lo desgraciado de sus muros, de la gran pérdida artística que supone, estas iglesias atraen. Se convierten en ecos del pasado, en desnudos recuerdos de tiempos mejores. Hitos de piedra y barro ungidos de arte y melancolía que incitan a la imaginación a reconstruirlos.
Y aunque en Castilla y León la lista es larga y es difícil conocerlos todos, te vamos a presentar diez de los templos en ruinas más representativos:

1. Iglesia de San Miguel de Villavellid (Valladolid)
Situado en las estribaciones de los Montes Torozos en la provincia vallisoletana, esta localidad es una parada dentro de la ruta de castillos fronterizos de los antiguos reinos de Castilla y de León. En sus calles despunta una inmensa fortaleza en ruinas a juego con la iglesia de San Miguel, situada a pocos metros del casco viejo del pueblo.

El templo del siglo XVI fue edificado por orden de los Reyes Católicos como expresión de poder a raíz de la victoria de Isabel en la Guerra de Sucesión Castellana. Al igual que el castillo, la iglesia está construida en piedra y se abandonó definitivamente en 1970. Su carcomida estructura está dominada hoy por las aves que convierten sus sagradas dependencias en un improvisado palomar.

2. Iglesia de Santa Eulalia de Palenzuela (Palencia)
Es posiblemente una de las ruinas más conocidas de la región. Su esqueleto gótico de piedra se ha convertido en el mayor atractivo de la localidad cerrateña de Palenzuela, en el valle del río Arlanza, con una fotogénica silueta que se destaca dentro del entramado de calles del pueblo.

El templo dedicado a Santa Eulalia fue levantado entre los siglos XIII y XV, su paulatino abandono comenzó ya en el siglo XIX, sirviendo incluso de cantera para el pueblo. En la actualidad las ruinas han sido consolidadas, con una torre almenada que aún conserva una escalera de caracol, una notable portada gótica con varias arquivoltas, así como parte del pavimento pétreo.

3. Iglesia de San Miguel Arcángel de Tabanera (Burgos)
Fachadas desdentadas y calles desdibujadas. Resulta difícil imaginar que en Tabanera, un despoblado perteneciente al municipio burgalés de Castrojeriz, hubo vida hace relativamente poco. El pueblo empezó a abandonarse hace más de 40 años cuando su padrón se quedó en cero habitantes.

La iglesia dedicada a San Miguel Arcángel es su mejor recuerdo, aunque su estado, especialmente su interior, es bastante deplorable. Ya fue expoliada antes de que los últimos vecinos abandonaran Tabanera y más tarde fue utilizada como refugio de ovejas. Construida en sillería de piedra, está fechada entre los siglos XIII y XVI, siendo el pórtico el elemento más sobresaliente que ha perdurado de la iglesia.

4. Iglesia de San Juan Bautista de Tamariz de Campos (Valladolid)
La comarca de Tierra de Campos e una de las que más iglesias abandonadas posee debido al fuerte éxodo que sufrió en el siglo XX. La riqueza de todo este territorio en la Edad Moderna se tradujo en un buen número de templos de gran tamaño que, al vaciarse sus calles, se convirtieron en inmensas ruinas

Tamariz de Campos con su iglesia de San Juan Bautista tiene uno de los mejores ejemplos. A principios del siglo XX dejó de tener culto y sus bienes artísticos se repartieron por toda la geografía española. Actualmente, de ella solo quedan parte de lo que fue la torre cuadrada de piedra, varios muros de ladrillo, y la portada renacentista de su nave.

5. Iglesia de Santa Bárbara en Cabañas de Tera (Zamora)
Ubicada en el pueblo zamorano de Cabañas de Tera, esta iglesia que fue abandonada hace casi un siglo, sigue luchando solitaria por mantenerse en pie. Pese a estar rodeada de maleza y con los muros de tapia cada día más desintegrado, todavía podemos apreciar una bella espadaña, así como las campanas que curiosamente conserva.

Fue la antigua parroquia del pueblo y es un símbolo de toda la comarca. Tradicionalmente, existía una romería a la que acudían todos los pueblos de los alrededores luciendo sus pendones y estandartes en honor a Santa Bárbara, que culminaba con una celebración en su iglesia. Y después de 92 años interrumpida este año los vecinos la han vuelto a recuperar.

6. Iglesia de San Juan en Moral de la Reina (Valladolid)
El Camino de Santiago madrileño cruza esta localidad de Tierra de Campos, que a través de Medina de Rioseco y Villalón, enlaza en Sahagún con la provincia de León con la tradicional ruta francesa. Aquí el caminante podrá cruzarse con una de las ruinas más espectaculares de la comarca: la iglesia de San Juan.
Ladrillo y piedra conforman los muros y pilares que aún resisten del templo. Construido en el siglo XV, y reformado en el XVIII, cuenta con tres naves separadas por pilares, y de todos sus elementos destaca la puerta de ingreso al templo, de estilo gótico, al que se antepone otra portada renacentista.

7. Iglesia de San Juan Bautista de Fuentes de Cuéllar (Segovia)
Románico, gótico, renacentista y barroco se mezclan en los portentosos muros de piedra de la iglesia de Fuentes de Cuéllar, un pequeño pueblo de 20 habitantes situado a 9 kilómetros de la villa segoviana de Cuéllar.

Su construcción se inició en la Alta Edad Media, siendo el ábside la parte más primitiva que puede datarse de principios del siglo XIII. La fachada y la torre son los que en mejor estado está, pero el interior está ruinoso al carecer de tejado, que se desplomó en el año 2012. Después de la lucha vecinal para una urgente intervención, la Junta anunció en septiembre de 2021 su rehabilitación.

8. Iglesia de San Miguel de Sacramemia (Segovia)
Si hablamos de románico rural segoviano, hay muchos lugares que se te pueden venir a la cabeza. Y, uno de los más simbólicos, es la iglesia o ermita de San Miguel en Sacramenia, una pequeña joya en ruinas que asoma solitaria y dominante sobre un cerro.

Su construcción se inició entre los siglos XII y XIII y fue salvada del derrumbe total tras una urgente rehabilitación hace siete años, que permite disfrutar ahora de parte de lo que antaño fue. Destaca su cabecera con ventanales que apoyan en esbeltas columnas de capiteles con icnografía, así como su portada románica de cinco arquivoltas.

9. Iglesia Vieja de Santibáñez de Vidriales (Zamora)
La historia de esta localidad zamorana se remonta a época romana, cuando en sus tierras se ubicó el campamento romano de Petavonium del siglo I a.C., ya que esta zona era un enclave estratégico desde donde controlar las guerras contra astures y cántabros. De este campamento ahora se conservan las ruinas, que comparten mismo final con la iglesia vieja del pueblo.
Tras la Guerra Civil este templo sufrió un incendio que acabó derivando en reformas mal ejecutadas y, en los años 70, se abandonó una vez construida la iglesia nueva de dicha localidad. Presenta una fisionomía muy parecida a las iglesias de Cabañas de Tera y Santa Marina de Tardémezar (también en ruinas), con una espadaña con campanas a las que se puede acceder por una escalera.

10. Iglesia de San Nicolás de Soria
De lo que fue durante varios siglos una de las iglesias románicas más emblemáticas y antiguas de la ciudad de Soria, hoy sólo quedan unas ruinas que aún predican la grandiosidad del primitivo templo, dedicado a San Nicolás.
En el siglo XIX la cubierta tuvo que ser desmontada debido a su mal estado, y a comienzos del XX se trasladó su magnífica portada a la iglesia de San Juan de Rabanera, situada a 600 metros de la de San Nicolás. De su bella estructura románica, todavía puede contemplarse parte de la cabecera, así como los muros del sur y los basamentos de la torre.
Algunas de estas iglesias pueden estar cerradas por dentro ante el peligro de derrumbe, por eso conviene informarse de la disponibilidad de visita