Fue el ‘Big Bang‘ de la historia de Castilla y León, el lugar donde comenzaron a asentarse y a crecer las raíces de la cultura y las tradiciones de la región. Una cita obligada a la hora de comprender la importancia militar, económica y religiosa que tuvieron León y Castilla en la Edad Media y su evolución hacia lo que conocemos hoy.
Aquella explosión de arte, riqueza, religiosidad y belicismo ha sabido desafiar las leyes del tiempo y ha permanecido para dar a Oña, Poza de la Sal y Frías la importancia cultural y 
natural que tienen son las Raíces de Castilla.
La pequeña Ciudad de Frías, la villa condal de Oña y la villa salinera de Poza se encuentran enclavadas entre las comarcas burgalesas de la Bureba y Merindades, un entorno privilegiado no solo por su riqueza cultural, sino por sus parajes de caminos y calzadas. Comenzamos la ruta Raíces de Castilla en Frías, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura medieval militar española.
«Es esencial la importancia cultural que tuvieron Oña, Poza y Frías»
Como dato fundamental a la hora de conocer la antigüedad de Frías, destacar que aparece ya nombrada en el año 867, en plena repoblación. En el interior del recinto amurallado, entre las estrechas y empinadas calles y casas de piedra, aún retumban el galope de los caballos del Castillo de Velasco y el repique de las campanas de la iglesia de San Vicente.
Durante siglos, un puente medieval de nueve ojos controló el paso del río Ebro y fue testigo de las actividades comerciales de la zona. Tras atravesar Tobera, cruzar el río Molinar y visitar la Cueva de los Moros o de Penchesse llegamos a Oña, un pueblo encerrado entre montañas junto al espectacular desfiladero del río Oca, en el que la grandiosidad de su monasterio confirma el esplendor religioso en la primitiva Castilla.
La espectacularidad de s
u capilla mayor, su sillería coral, los panteones de reyes, condes e infantes de Castilla y Navarra, su sacristía y su claustro gótico consiguen trasladar al visitante a la vida de recogimiento y cultura del monasterio. Cerca de Oña encontramos el tercer vértice de la ruta, Poza de la Sal, un pueblo peculiar, en el que nació, en 1928, el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. Su entorno de salinas, ya explotadas en tiempos de los romanos, seconvirtió en la principal inspiración de los documentales del burgalés.
Promoción turística
La variada oferta turística, cultural, gastronómica y de naturaleza de este triángulo del norte de Burgos propició, en 1998, la cooperación de los ayuntamientos de estas localidades con la intención de promocionar y divulgar desde un punto de vista turístico esta zona norteña de la provincia de Burgos.
Tras años de andadura conjunta y con unos satisfactorios resultados, se procedió en julio de 2003 a formalizar ante la Junta de Castilla y León la constitución de la Mancomunidad Raíces de Castilla.
