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Te proponemos nueve escapadas por Castilla y León

Es el momento. Después de la época invernal llega el buen tiempo, ese en el que la naturaleza vuelve a despertar y engalana con olores y colorido todo el entorno. Castilla y León, territorio diverso casi como ninguno, dispone de múltiples lugares en los que la fiesta de animales y plantas le da un brillo singular a su excelente patrimonio cultural, artístico e histórico.

El espíritu humano se contagia de esta alegría, y castellanoleoneses y foráneos se animan a conocer lugares en los que nunca han estado y a regresar a aquellos que siempre dejan en su memoria un poso de satisfacción. Los alicientes que desgrana cada día la primavera, y las jornadas con menores obligaciones de la Semana Santa, se alían para que haya momentos para las actividades y viajes menos habituales.

Las expediciones turísticas de grupos de amigos, en familia e incluso en solitario resultan gratificantes siempre. De norte a sur y de este a oeste, la Comunidad cuenta con paisajes, pueblos y otros atractivos que son capaces de satisfacer al visitante más exigente. Especialmente en esta época del año. Por algo Castilla y León lidera cada ejercicio la afluencia de visitantes que prefieren el interior de España a las costas.

Quien tiene menos hábito de salir de lo que conoce, bien tiene ahora la oportunidad perfecta para cambiar de rutinas. Seguro que aquellos a quienes les apasiona algo, pueden encontrarlo -incluso descubrirlo- en hermosos lugares que nunca han visitado. Las distancias hoy ya son relativas y no suponen un obstáculo infranqueable. El desplazamiento de un lugar al más distante de la región solo supone invertir unas pocas horas en el trayecto. Un recorrido que, además, resulta enriquecedor si lo afrontamos con el talante de disfrutar y de conocer más.

Disponemos de hermosas cordilleras, verdes y húmedos valles, páramos en los que aparentemente no hay gran abundancia vegetal, vegas de ríos, entornos de embalses, recorridos históricos como el Camino de Santiago, del Cid, la Vía de la Plata… De ciudades amuralladas, museos, templos, comarcas con apasionante arquitectura rural, zonas para el turismo activo. Castilla y León es el paraíso para las escapadas que permiten una pausa en el ajetreo diario y hacen que crezcamos en nuestro interior.

Te proponemos diez escapadas para que disfrutes de Castilla y León esta Semana Santa


Segovia capital

La escapada perfecta.

Un destino obligado para quien nunca la ha visitado. Las vistas a la Sierra de Guadarrama son el marco ideal para esta ciudad sobradamente reconocida por su acueducto; una obra de ingeniería romana perfectamente conservada con más de 800 metros de longitud.

El Alcázar, el monasterio de San Antonio el Real, la catedral de Santa María y las murallas son algunos de los atractivos patrimoniales de la ciudad. La visita bien merece un recorrido gastronómico para probar las deliciosas tapas locales.

Arco San Cebrián, en la muralla de Segovia. Imagen, Kamarero.
Arco San Cebrián, en la muralla de Segovia. Imagen, Kamarero.

El Bierzo (León)

Bosques y riberas son el entorno perfecto de las caminatas en el Bierzo. La mina de las Médulas es Patrimonio de la Humanidad.

Muchas comarcas leonesas merecen más de una visita. El Bierzo, al oeste de la provincia, es una de ellas, que además incorpora algunas influencias de la vecina Galicia. Ponferrada es la capital de este hermoso lugar. Posee denominaciones de origen en frutas, vino y otros singulares productos. La manzana reineta, las castañas y el botillo son alimentos y elaboraciones que hay que probar en cada época idónea.

En Ponferrada no pasa desapercibido su castillo templario, lo mismo que en Villafranca de Montes de Oca el patrimonio artístico es evidente casi a cada paso. En el ámbito medioambiental y etnográfico es muy recomendable acercarse a las Médulas: una mina de oro a cielo abierto que potenciaron los romanos y que está declarada Patrimonio de la Humanidad. Bosques y riberas son una invitación ineludible para el asueto en forma de senderismo.

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Paisaje característico del Bierzo. Foto: José Ignacio de la Fuente.

Puebla de Sanabria (Zamora)

Naturaleza y arquitectura popular son portadoras de las virtudes del noroccidente de la provincia de Zamora, en Puebla de Sanabria

Puebla de Sanabria -y su entorno- es una referencia muy atractiva en Zamora para el viajero. El Parque Natural Lago de Sanabria, en las estribaciones de Sierra de la Culebra y Segundera, ofrecen múltiples rutas por las que transitar en plena naturaleza a pie y en bicicleta. La vista se colma con el paisaje y los pulmones hacen acopio de aire puro. El roble melojo puebla los bosques cercanos al lago, junto a acebos y tejos.

El brezo habita en las laderas. El castillo de los Condes de Benavente y la iglesia de Nuestra Señora del Azogue son dos de los edificios más destacados de la localidad. La comarca es merecedora de callejear por las localidades para saborear, sin perder detalle, de la bien conservada y peculiar arquitectura popular. Naturaleza y mucho más se puede visitar en el noroccidente zamorano.

Panorámica desde lo alto de Puebla de Sanabria.
Panorámica desde lo alto de Puebla de Sanabria.

Salamanca

La Plaza Mayor, la universidad, el río Tormes y el patrimonio arquitectónico embellecen Salamanca.

El patrimonio y la belleza de la capital charra supera las fronteras, y siempre es un destino que ocupa la mayor parte de las agendas personales en el capítulo de escapadas pendientes.  Salamanca se ve obligada a repartir protagonismo entre el Tormes, la universidad, la Plaza Mayor -barroca y que es el más importante espacio público- y el enorme valor arquitectónico de muchos edificios (catedrales, iglesias, conventos, la Casa de las Conchas y otros palacios).

La ciudad ofrece un amplio repertorio de atractivos en forma de antiguos edificios y monumentos, a través de los cuales adentrarse en su historia y trascendencia histórica y cultural. Pero no es solo eso. Como la urbe universitaria que es, también disfruta de una vida nocturna, cultural y de ocio propia del siglo XXI. En Salamanca hay tiempo y opciones para todo tipo de aficiones vinculadas al disfrute, aunque el visitante tenga unos gustos u otros. Los vinos de la tierra y los embutidos serán también un buen aliciente.

Portada del convento de San Esteban- Dominicos, en Salamanca.
Portada del convento de San Esteban- Dominicos, en Salamanca.

Paredes de Nava (Palencia)

La palentina laguna de la Nava, de carácter endorreico, recoge el agua de diversos pequeños arroyos.

La provincia de Palencia permite en pocos kilómetros -de la zona septentrional hacia la meridional- que el viajero vaya de un ecosistema a otro diverso. Tierra de Campos atesora orografía, paisaje y valores con mucho mérito. Buen ejemplo de todo esto, al sur, es todo lo que Paredes de Nava ofrece. Extensos campos, en su mayoría de cereal que ahora verdea con ímpetu, son la antesala de los pueblos que se ubican en la comarca.

La laguna de la Nava, endorreica, recoge el agua que discurre por todos los pequeños arroyos de este pago. También el río Carrión atraviesa el municipio. Es una zona catalogada como de especial protección de las aves. Son varias las iglesias que componen el patrimonio de Paredes de Nava para visitar. En su conjunto es el destino ideal para retomar la tranquilidad y el sosiego que tantas veces le falta a quien tiene el día a día muy ocupado con sus obligaciones.

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Plaza de la localidad palentina de Paredes de Nava.

Mirador del Cañón del Ebro (Burgos)

Abril es la época perfecta para recorrer las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Podrán verse fácilmente corzos, truchas y buitres leonados.

El Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, en Burgos, forma parte de una comarca ideal para pasar varias jornadas e, incluso, también para disfrutarla solo un día. La naturaleza permite completar apacibles paseos y observar hermosas panorámicas desde lo alto de los farallones que han esculpido los ríos durante siglos.

La arquitectura rural posee un encanto especial. Es posible, además, degustar una rica gastronomía local, que conserva recetas y productos derivados de las cosechas y la ganadería de siempre. Mediados de abril es la época perfecta para visitar estos parajes en los que la gran cantidad de especies vegetales que la habitan vuelve a la vida de manera rotunda y contagiosa para el visitante. No será difícil tampoco avistar algunos de los diversos animales que habitan el entorno como corzos, truchas o buitres.

Panorámica del cañón desde el mirador de Pesquera de Ebro, frente a Cortiguera. Alfredo Allende.
Panorámica del cañón desde el mirador de Pesquera de Ebro, frente a Cortiguera. Alfredo Allende.

Portillo

Las pastas conocidas como zapatillas de Portillo son el distintivo gastronómico de la localidad vallisoletana.

Portillo, a pocos kilómetros al sur de Valladolid de camino a Segovia, vigila lo que sucede a su alrededor desde lo alto de la loma en la que sus fundadores construyeron el pueblo. La muralla del siglo XV le protege siempre. Cerca de la capital de Castilla y León, permite a sus habitantes compatibilizar las ventajas de la urbe con las de la vida en el pueblo.

El arte, la cultura y el entorno en plana Tierra de Pinares vallisoletana permiten que los habitantes habituales y las visitas gocen de todos estos valores. El pino, la sabina y la jara ocupan las zonas de monte en las que proliferan hongos y níscalos en otoño. El cereal y las hortalizas se dan generosamente en tierras de cultivo. Perdices, conejos y liebres son la mayor parte de la fauna. En Portillo trabajan en varias reposterías, donde elaboran las pastas que se han convertido en una de sus señas de identidad más importantes: las zapatillas de Portillo.

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El castillo del siglo XV ocupa el lugar más alto de Portillo.

Castillo de Coca

El castillo segoviano de Coca, de 1473, es considerado actualmente como una de las más hermosas muestras del gótico mudéjar español.

La comarca Campiña Segoviana es la poseedora de una hermosa joya: la localidad Coca. Sus primeros vestigios están fechados en el segundo milenio a. C. La villa está rodeada de pinares que suministran madera, resina y piñones a la industria local.

El castillo que lleva el mismo nombre que la población es una imagen muy reconocible, tanto que ejerce como embajadora  allá donde se deja ver. Es este un atractivo que moviliza a muchos viajero que allí acuden, incluyendo esta época propicia para las escapadas de ocio. La parte antigua de la espectacular fortaleza se puede visitar laborables y festivos en distintos horarios de mañana y tarde, aunque es conveniente consultar antes si estará abierto. Incluso ahora, es considerado como una de las más hermosas muestras del arte gótico mudéjar español.

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La fortaleza está declarada Monumento Histórico Nacional. Foto: R. G. L.

El Burgo de Osma (Soria)

Callejear por las zonas aledañas a la Plaza Mayor es gratificante. La matanza del cerdo forma parte del carácter de El Burgo de Osma.

Villa de Interés Turístico, El Burgo de Osma se ubica en el oeste de la provincia de Soria. Ocupa el lugar estratégico de la confluencia entre los ríos Abión y Ucero, que más tarde desembocan en el Duero. La población primitiva estuvo asentada en el Cerro Castro, a muy poca distancia de la actual. Los tramos de muralla, las atalayas (como la de Uxama), la catedral de Santa María de la Asunción y la Plaza Mayor son hitos que el visitante debiera ver. Callejear por los aledaños de la plaza también resulta de interés.

La Semana Santa está declarada como de Interés Turístico Regional. Desde aquí se pueden hacer también salidas para conocer otros lugares como la capital soriana o la zona de Pinares, con la Laguna Negra y el embalse de la Cuerda del Pozo. Aunque permanecer en El Burgo de Osma hará posible degustar los platos característicos de la zona, en los que destacan los derivados de la matanza del cerdo.

El Burgo de Osma se ubica en la confluencia de los ríos Abión y Ucero, en Soria.
El Burgo de Osma se ubica en la confluencia de los ríos Abión y Ucero, en Soria.

Sierra de Gredos (Ávila)

El entorno de la Sierra de Gredos abulense ofrece al visitante diversas y variadas alternativas para su disfrute.

La comarca de El Barco de Ávila y Piedrahíta brinda al visitante una amplia oferta de recursos que justifican más de una jornada de turismo. La Sierra de Gredos es el gran nexo entre las distintas localidades y los usos y costumbres de los vecinos. Y son abril y mayo meses en los que el esplendor de la naturaleza arranca e impacta incluso al más reacio.

En Bonilla de la Sierra, en el valle del Corneja, se han descubierto varios altares rupestres. También tiene el castillo del siglo XII y conserva parte de su antigua muralla. La iglesia de San Martín de Tours tiene parte de su fábrica de un gótico incipiente, mientras que las vidrieras son ya en su plenitud de este estilo. Un paseo permite ver casas con escudos, dinteles de adornos célticos y arcos de diferentes tipos.

Iglesia de San Martín de Tours, en Bonilla de la Sierra (Ávila).
Iglesia de San Martín de Tours, en Bonilla de la Sierra (Ávila).
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