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Camino de San Salvador

Cumbres emblemáticas para el escalador, paisajes de ensueño y una naturaleza que se conserva así desde hace siglos. Es el entorno del municipio leonés de Vallamanín, por donde cruza la ruta jacobea que se adentra en tierras asturianas por el Puerto de Pajares

El norte de la provincia de León, muy cerca del Puerto de Pajares se encuentra el municipio Villamanín. Situado en la montaña central, tiene el privilegio de ver nacer al río Bernesga, uno de los más emblemáticos de cuantos surcan la orografía leonesa. Perteneciente a la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, es un paraíso para los amantes de la escalada, tierra de cumbres emblemáticas con aroma de leyenda. El Cueto Fontún (1.853 metros) que es un perfecto mirador desde donde vislumbrar la llanura, y al norte está la ‘ruta de los dosmiles’ formada por el Cueto Millaró o Brañamalo, y que con sus 2.181 metros es el techo del municipio; el Pico Tres Concejos (2.020 metros); los Celleros (2.035 metros) y Pisones (2.050 metros).mapa san salvador

El municipio de Villamanín empezó a escribir su historia muchos siglos atrás. Desde los primeros pobladores, los astures, que dejaron vestigios de la cultura castreña prerromana en el castro de Rodiezmo o en el de Fontún, así como en la Mina Colón, explotación de mineral de cobre en el pueblo de Pendilla, que al igual que la Profunda de Cármenes fueron explotadas desde la Edad de Bronce. Luego llegó el Imperio Romano con sus calzadas, castros y puentes como la vía de La Carisa o el puente de Villanueva de la Tercia, remodelado en la Edad Media, para dar paso al medievo que trajo consigo las rutas de peregrinación como el Camino de San Salvador.

Paso por Villamanín

Una antigua canción atribuida a los peregrinos franceses decía que “quién va a Santiago y no va al Salvador, visita al criado y deja al Señor”. Por todos es sabido que el Camino de Santiago ha jugado un importante papel en la construcción cultural de Europa. El Camino Francés es la vía de peregrinación a Compostela más conocida y transitada de cuantas existen en la Península Ibérica. De entre todas las rutas secundarias de peregrinación una de ellas es el Camino de San Salvador, que discurre por el municipio de Villamanín antes de entrar en tierras asturianas. Es un recorrido histórico, cultural y religioso que se abre paso entre paisajes espectaculares con un íntimo contacto con la naturaleza. foto 6 Camino de San Salvador03

Partiendo de León, permitía a los peregrinos visitar las valiosas reliquias que se custodiaban en la Cámara Santa de la catedral ovetense y que fueron objeto de devoción desde la Alta Edad Media. De esta manera, San Salvador de Oviedo se convierte en el segundo centro de peregrinación medieval más importante, y la ruta por el Puerto de Pajares una alternativa al Camino Francés.

Partiendo de la capital del antiguo Reino de León, la ruta camina paralela al río Bernesga buscando su nacimiento, y entra en el municipio de Villamanín por Poladura de la Tercia, uno de los más antiguos del Valle de Arbas. Cuenta la tradición que un pastor de Poladura encontró en un paraje del vecino pueblo de Casares una imagen de San Cipriano, y para decidir dónde se colocaría definitivamente la talla decidieron que dos bueyes, uno de cada pueblo, arrastraran un madero y el pueblo del ganador que quedaría con ella. Venció el buey de Poladura.

El camino deja atrás el pueblo e inicia el ascenso al Collado El Coito, hasta llegar al Alto de Los Romeros donde se encuentra la Cruz del Salvador. Pasada esta, la ruta sigue ascendiendo hasta alcanzar el Canto de la Tusa, que con sus 1.570 metros es el punto más alto del Camino de San Salvador. Continúa hacia Arbas por la Sierra del Cuchillo, desde donde se puede disfrutar de unas increíbles vistas de toda la cordillera, así como de Arbas del Puerto y de su magnífica colegiata.

foto 8_Colegiata de Santa Maria de Arbas02

Santa María de Arbas

Este templo, único en su genero, es fruto de la unión del románico asturiano con el zamorano y el leonés. Declarado Bien de Interés Cultural en 1931, se trata de una construcción en la que su exterior se caracteriza por la sencillez de sus líneas, tratándose de un románico tardío, pero que se acerca a la estética cisterciense, e incluso gótica, como demuestra la decoración vegetal de muchos de sus capiteles. El interior es una delicia para la vista, sobresaliendo por su armonía, perfección y virtuosismo estético.

Tiene sus orígenes en torno al año 1092 con el asentamiento de una comunidad de canónigos regulares de San Agustín, cuya misión era dar cobijo y alimento a pobres y peregrinos que se dirigían por los Montes Ervaseos a venerar las reliquias de San Salvador. Fue en el siglo XII cuando el conde leonés Fruela Díaz donó unas tierras para que esta comunidad levantase un hospital de peregrinos y, así, poder atenderlos debidamente. Posteriormente, en el siglo XIII, el rey Alfonso XI manda construir junto al albergue el templo que podemos admirar en la actualidad.

Vía romana La Carisa

Debe su nombre a Publio Carisio, legado del emperador César Augusto en Lusitania y fundador de Emérita Augusta, la actual Mérida. Tuvo un protagonismo activo en diferentes episodios de las Guerras Cántabras como fue la toma de la ciudad de Lancia, en las proximidades de León, y estuvo al mando de las legiones en el sitio del Monte Medulio, así mismo participó en la conquista de las Asturias transmontana, la actual Asturias, abriendo con sus legiones una vía de entrada a través de las montañas de la Cordillera Cantábrica, la Vía de la Carisa, calificada como uno de los trayectos romanos más espectaculares del norte de España. foto 12 Camino de San Salvador07

Esta calzada, que se caracteriza por su valor histórico, pero también medioambiental y paisajista. Permite descubrir bosques de hayedos y acebos, y acerca a fuentes de aguas frescas, y si hay suerte se podrán admirar rapaces y mamíferos que normalmente no se dejan ver. Poco antes de adentrarse en la vertiente asturiana se encuentra el campamento romano conocido como Llagüezos, que ocupaba una extensión de cinco hectáreas y que se cree que podría albergar a media legión romana.

Aunque la calzada no es posible recorrerla por estar invadida por el bosque, sí es posible subir hasta el campamento romano. Para ello hay que acercarse hasta el pueblo de Pendilla, donde una pista forestal asciende hasta el emplazamiento. Es recomendable hacerlo a pie o en todoterreno, aunque también la bicicleta es una opción posible.

La Tercia y Arbas

Los pueblos de La Tercia y Arbas ofrecen otras posibilidades. En Casares de Arbas y Villamanín de la Tercia existen dos colecciones etnográficas con aperos, indumentaria, útiles y fotografías que muestran como eran los modos de vida en estos valles hasta no hace mucho tiempo. En Viadangos de Arbas la antigua lechería comunal, cerrada en la década de los sesenta, se ha convertido, gracias al empeño de los vecinos, en un singular museo donde se expone la maquinaría utilizada para fabricar, principalmente, manteca. foto 2_Embalse de Casares y Macizo Las Tres Marias

Visitar por primera vez los pueblos que forman el municipio de Villamanín significa siempre descubrir un número importante de iglesias y ermitas, características del arte popular leonés y construidas entre los siglos XVIII y XIX.

Además de algún ejemplo de la arquitectura popular de la zona, se pueden encontrar buenas muestras de nobleza e hidalguía en forma de casas blasonadas y escudos en los pueblos de Arbas del Puerto, Busdongo, Camplongo de Arbas, Casares de Arbas, Pendilla de Arbas, Rodiezmo de la Tercia, San Martín de la Tercia, Ventosilla de la Tercia y Viadangos de Arbas.

Si se opta por visitar esta zona de la geografía leonesa durante el próximo Puente de la Constitución -en diciembre- hay un dato que es importante tener en cuenta, es la celebración de las XXVII Jornadas Gastronómicas, donde es posible disfrutar de alguno de los productos más característicos y sabrosos de La Tercia y Arbas.

Deliciosos embutidos curados de la manera más tradicional y aprovechando el frío de las montañas, a los que hay que añadir otras delicias como la morcilla, la costilla o la lengua, así como la caldereta de cabrito o cordero, todo ello regado con vinos de León. Numerosos son los establecimientos que se suman a estas jornadas, donde por el módico precio de 20 euros se pueden degustar todos estos productos típicos.

foto 10 Campamento Romano LLagüezos

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