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Románico del norte, un tesoro que recupera su valor

Decenas de localidades de las comarcas septentrionales de Palencia y Burgos cuentan con un valioso patrimonio en forma de iglesias románicas. El Plan Románico Norte, impulsado por la Junta, pone en valor estos templos con una perspectiva de conjunto y vinculada a la población

Cuando nos referimos a patrimonio artístico y arquitectónico es casi inevitable que las imágenes que el subconsciente proyecta tengan como protagonistas los grandes monumentos; obras grandiosas en tamaño y despliegue de medios para su construcción y mantenimiento, de las que Castilla y León puede presumir de acoger un buen número. Catedrales como las de León y Burgos, la muralla abulense, el acueducto de Segovia… quizá sean algunas de las más emblemáticas. Son admiradas y reconocidas en todo el mundo. Pero la comunidad castellanoleonesa posee un vasto patrimonio, eclipsado en parte por las referencias comentadas, pero no por ello menos importante en cuanto a su innegable calidad artística y trascendencia histórica.

Un buen ejemplo es el impresionante reguero de preciosas perlas que el románico dejó desperdigadas por el norte de la Península, del que las provincias de Palencia y Burgos fueron especialmente agraciadas. Son muchos los pueblos perdidos entre valles y montañas, prácticamente ya deshabitados, que guardan verdaderas joyas románicas.

Algunas veces se trata solo de detalles: un tímpano, algunos canecillos, la pila bautismal… Es un patrimonio que, incluso a retazos, tiene un valor enorme; pero que adquiere su verdadera dimensión cuando se considera en su conjunto. Una oportunidad excepcional para dar el valor que tienen comarcas que sufren verdaderos apuros para garantizar una supervivencia económica y social.

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Interior de la iglesia de San Cristóbal, en Ailanes (Burgos). Foto: Sara Díez

Vinculado a la población

Es precisamente esta la visión novedosa que aporta el Plan Románico Norte, impulsado por la Junta de Castilla y León a través de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico. Ha generado un innovador sistema de gestión del patrimonio, en el que los monumentos ya no se conciben como algo aislado, sino como parte integrante de un territorio y, sobre todo, como elemento vinculado a una población.

El principal objetivo del plan siempre ha sido lograr el desarrollo socioeconómico de una comarca, la Antigua Merindad de Aguilar de Campoo -a caballo entre Cantabria y las provincias de Burgos y Palencia-mediante la restauración, conservación y puesta en valor de su patrimonio. Así, aunque la meta inicial del plan pasaba por la intervención en 54 iglesias románicas y sus entornos en Palencia y Burgos, con el paso del tiempo se ha ido adaptando a las necesidades y requerimientos del territorio y ha ido ampliando su radio de acción. Románico Norte ha implementado, además, una imagen de marca en torno al patrimonio hasta convertir el territorio en un auténtico espacio cultural.

Hasta el momento, el plan de intervención Románico Norte ha supuesto una inversión de casi ocho millones de euros, destinados a financiar 179 actuaciones, que se concretan en la redacción de proyectos, intervenciones en edificios, bienes muebles y entornos, en las que ha participado un equipo multidisciplinar integrado por casi un centenar de personas, y se han generado y mantenido 30 puestos de trabajo estables.

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Exterior de la iglesia de San Juan Bautista, en la localidad palentina de Nogales de Pisuerga. Foto: Sara Díez.

Bajo el lema ‘Intervenimos y lo contamos’ el plan ha implicado a la población del territorio, no sólo a alcaldes, párrocos y vecinos, sino también a los visitantes y al público en general, mediante la organización de diferentes acciones y actividades culturales. Actividades con escolares, incremento de visitas a las iglesias y la edición de cuatro publicaciones -una técnica, el libro ‘1.000 días de Románico Norte’, y tres libros infantiles en edición bilingüe -la saga de Marcelo- son parte de la repercusión de la iniciativa implementada para dar visibilidad a tan rico patrimonio. 300 escolares y más de 5.000 personas participantes en las diferentes ediciones de las jornadas culturales sirven también para certificar el creciente interés que despierta el hermoso románico del norte de la comunidad castellanoleonesa. Además, se han diseñado sistemas de iluminación específicos, generado audioguías descargables mediante códigos QR, y realizado pruebas piloto con tarjetas magnéticas para facilitar el control de visitas y la apertura automática de los templos.
Alta tecnología

En esta apuesta por la investigación mediante el uso de alta tecnología se enmarca la transformación de la ermita románica de Santa María de Canduela en un laboratorio experimental capaz de autogestionarse. Es un espacio real, con más de 700 años de historia, en el que resulta factible contrastar diferentes tipos de técnicas y materiales en el ámbito del patrimonio.

En apenas 80 metros cuadrados se han colocado más de medio centenar de sensores, que monitorizan todas las pruebas que se realizan en el lugar, permitiendo además su análisis y control ‘online’ en tiempo real. Antes de su transformación en laboratorio, Santa María de Canduela ni siquiera tenía luz eléctrica. Ahora no solo cuenta con una instalación de iluminación led perfectamente adaptada a las condiciones y tipología del espacio, sino que además es un edificio autosuficiente, que genera la energía necesaria para su mantenimiento de forma limpia y con un impacto visual mínimo.

Detectores de presencia permiten el encendido automático de los pequeños puntos de luz instalados en el laboratorio y garantizan la seguridad del edificio que cuenta también con un sistema de apertura automática, mediante una tarjeta magnética codificada.

Actualmente, hay cinco proyectos en marcha en el laboratorio: uno estudia el comportamiento de la madera en contacto directo con el mortero de cal; dos se centran en la permeabilidad de los adhesivos frente al agua y al vapor de agua; un tercero se dirige el análisis de la humedad capilar, y el último evalúa la eficacia de diferentes aglutinantes inorgánicos utilizados para la consolidación de pintura mural.

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Panorámica de la iglesia de San Andrés de Gama (Palencia). Foto: Ricardo Fernández Vañes.

Intervenciones necesarias

Parte fundamental de Románico Norte han sido las intervenciones para consolidar un patrimonio que en muchas ocasiones corría incluso peligro de perderse para siempre. La restauración de la iglesia de los Santos Justo y Pastor, en Olleros de Pisuerga (Palencia), fue la primera abordada por el plan de intervención respetando su carácter rupestre y su valor histórico y artístico. Fuera del núcleo urbano, está excavada en un promontorio de arenisca, donde se halla una necrópolis rupestre con sepulturas antropomórficas y de bañera, trapezoidales y ovaladas, además de algunas cuevas de posible origen prerrománico.

La relevancia de la obra, la carga histórica de la iglesia de los Santos Justo y Pastor y las sombras que se cernían sobre su origen y evolución en el tiempo condujeron a una intervención mínima, con el objetivo de que no afectara a la imagen del edificio. Se restauró el retablo mayor, de estilo plateresco, así como la pila bautismal, varias piezas de imaginería y un conjunto de pinturas murales góticas y de siglos posteriores, que se encontraron durante el proceso de intervención.

2 Iglesia de Santa María de Mave_Palencia_RicardoFernandezVañesPor su parte, la intervención en la iglesia de Santiago en Cezura fue una de las más complejas abordadas por el equipo de Románico Norte, que en primer lugar tuvo que descifrar la historia y evolución de un templo que fue construido al menos en tres etapas distintas. Se sacó a la luz y se recuperaron las pinturas que decoraban el ábside, conservadas casi en su totalidad. Además limpiaron y consolidaron otros restos pictóricos, localizados en diferentes lugares del templo.

En la iglesia de Santa María la Real de Cillamayor (declarada Bien de Interés Cultural) la actuación en el templo sacó a la luz una portada románica que permanecía oculta en el muro norte del edificio. Ahora luce pórtico y torre restaurados; así como en el rejuntado exterior de sillares tras sustituir el cemento, por un mortero más acorde con la historia y la evolución de la iglesia. Ya en el interior se desmontó la tarima para sacar a la luz el antiguo pavimento de piedra, y se renovaron los sistemas de iluminación y sonido para adaptarlos a la estructura del edificio.

Al mismo tiempo, en Santa María la Real, se han restaurado además tres tallas de madera policromada. La primera y principal, la titular del templo, Santa María la Real. Es una imagen sedente de época gótica (siglo XIV), que representa a la Virgen con el Niño. Junto a ella, la talla de un San Roque del siglo XVIII y un cristo crucificado de estilo barroco, fechado entre los siglos XVI y XVII.

Así, el puzzle que conforman las iglesias románicas palentinas y burgalesas va uniendo piezas poco a poco, al mimo tiempo que se asegura su conservación. Una excursión para visitar varios de estos templos, y disfrutar de bellos paisajes y de la gastronomía local puede resultar el plan perfecto para el fin de semana. Que nadie lo olvide.

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Foto: Detalle en la iglesia de San Pedro, en Becerril del Carpio (Palencia).

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