Texto: Marta Álvarez y Patricia Alonso
Pese a su corta edad, apenas 5 años, Bellorí Vinos cuenta con el reconocimiento, no solo en España con su último premio, el Gran Zarcillo de Oro, entre otros, sino también más allá de nuestras fronteras, donde ha sido valorado en Alemania, Hong Kong o EE. UU.
“En 2008, un grupo de amigos amantes del buen vino decidimos embarcarnos en un proyecto vitivinícola”, relata Jonás Minguela, gerente de Bellorí Vinos, la bodega castellanoleonesa más joven que en esta edición ha sido galardonada con un ‘Gran Zarcillo de Oro’, con la tercera mejor puntuación. Los viñedos propiedad de la marca están situados en la denominada ‘Dehesa de Ventosa’, una finca de 34 hectáreas, situada en Ventosa de la Cuesta, pequeña población adscrita a la D. O. Rueda. Esta zona ya era famosa hace más de 100 años y sus uvas muy apreciadas para la elaboración de los por entonces vinos de Serrada y la Seca. “De momento no tenemos bodega propia para elaborar nuestro vino, pero estamos muy contentos con los resultados que nos están ofreciendo con nuestros viñedos”, señala Minguela.
El proceso enológico de elaboración de Bellorí “es similar al de cualquier vino blanco de calidad”, señala Minguela. La vendimia empieza a primeros de septiembre y la recogida de la uva es nocturna, ya que supone una mayor calidad de los caldos. “Vendimiando a temperaturas que no superen los 18 grados, se logran las condiciones óptimas para la fermentación”, apunta el gerente. Y es que ya son muchos estudios los que demuestran que vendimiar de noche es una técnica muy saludable para la uva. Y para la parte más técnica del proceso, solo se utiliza mosto y yema procedente de escurrido.
El desfangado (limpieza de los mostos previa a la fermentación alcohólica) se realiza de forma estática y en depósito de acero inoxidable. La fermentación dura 15 días, a una temperatura media de 14º. Así, explica Minguela, “se minimizan los procesos de clarificación para evitar la pérdida de aromas y de persistencia del vino”. En todo momento de la elaboración se preserva la variedad y la elegancia del vino. El resultado, “un vino fresco, afrutado, con finos matices de hierbas aromáticas”.
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