Catas de vino, sesiones de vinoterapia, visitas a bodegas y el disfrute de la buena gastronomía ribereña atraen cada vez más a visitantes a la Ruta del Vino Ribera del Duero. A estas actividades se le suman otras más propias del otoño como las escapadas en torno a la naturaleza de la zona, el senderismo o la tradición de recoger setas en las regiones de Soria.
Además, esta estación del año es la época ideal para conocer, después del proceso de vendimiar, como se organizan las bodegas para asegurar sus futuras cosechas, así como probar los vinos más jóvenes o degustar los caldos más exclusivos obtenidos de la vendimia.
El otoño es la época ideal para disfrutar de diversas actividades enoturísticas
Normalmente se acompañan las catas con la degustación de platos. En estos meses restaurantes y hoteles cambian sus menús y los complementan con platos más exquisitos y a
decuados a las temperaturas características del otoño.
Si lo que se busca es desconectar, la vinoterapia es un buen modo de conseguirlo. Ésta se ha popularizado durante los últimos años y los spa de la ruta ya han añadido tratamientos de este tipo con productos procedentes de sus propios viñedos, tales como los mostos, las pepitas de uva o los aceites con extracto de uvas.
La Ruta más natural
Para los amantes del senderismo o BTT tienen la oportunidad de conocer el entorno natural de la Ribera del Duero por 19 senderos diferentes, como por ejemplo la Senda de los Valles o la Senda del Bosque y del Pinar, ubicados en las zonas más vírgenes y naturales.
Si se prefiere disfrutar de la fauna animal de la zona, la propuesta ideal está en la provincia de Segovia, desde el embalse de Linares hasta Montejo hay un enclave natural protegido llamado Las Hoces del río Riaza, donde se pueden observar las aves rapaces en su entorno salvaje lleno de acantilados y cañones.
