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Por los senderos que traza el vino

Castilla y León cuenta con cinco rutas del vino oficiales: Ribera del Duero, Bierzo, Cigales, Rueda y Arlanza. Son propuestas turísticas que retan al visitante para que descubra los valores medioambientales, patrimoniales y culturales de cada comarca con la cultura enológica como hilo conductor. Bodegas, alojamientos, comercios y otros servicios están adheridos a la iniciativa

Castilla y León es el destino de referencia en turismo de interior, la región española sin playas marinas que más visitantes recibe. La diversidad paisajística y su riqueza patrimonial, etnográfica y gastronómica son argumentos determinantes. Un conjunto de recursos en el que la cultura del vino cada vez tiene más trascendencia. Algunas denominaciones de origen han visto claro el potencial del vino para atraer turistas a sus comarcas, y lo atractiva que resulta una oferta que reuna todos los valores de la zona. Siempre con el viñedo y el vino como hilo conductor. Así, son actualmente cinco las DO castellanoleonesas que han habilitado sendos paquetes turísticos con amplia información sobre qué hacer y cómo disfrutar de unas horas o días de ocio en esas comarcas.

La Ribera del Duero ha sido capaz de sacar a relucir todo el potencial de la tempranillo. Es tierra de grandes tintos, y también de rosados. La Ruta del Vino Ribera del Duero abre las puertas de más de medio centenar de bodegas a los numerosos visitantes que se acercan a conocer la DO. No es un viaje cualquiera, es una experiencia empapada de una ancestral cultura del vino en la que el paisaje, las gentes, la tierra, las vides y el propio vino conforman un todo indisoluble.

Con más de 30 años de andadura, esta denominación es una de las más antiguas de Castilla y León. Los terrenos acogidos a la marca se distribuyen a lo largo de 115 kilómetros por las orillas del Duero -en Soria, Burgos, Segovia y Valladolid- lo que supone un sinfín de alternativas para el viajero ávido de descubrir matices en un territorio común. En Aranda de Duero, donde también está ubicado el Centro de Interpretación del Vino, es posible visitar la bodega de las Ánimas. Forma parte de la red de túneles excavada bajo el casco urbano entre los siglos XIII y XVIII para elaborar y conservar vinos, con una longitud que ronda los siete kilómetros.

La historia y el patrimonio enriquecen el paso por la DO. El parque arqueológico de Roa, el poblado vacceo de Pintia -entre Padilla y Pesquera de Duero- y los castillos de Peñaranda y Peñafiel bien merecen una parada en el camino. En esta última fortaleza se halla además el Museo Provincial del Vino.

Aranda de Duero, Roa, Peñafiel, San Esteban de Gormaz… son muchas las localidades en las que el visitante puede detenerse para callejear y en las que degustar un excelente lechazo o cualquier otra receta local. No faltan tampoco los eventos culturales ni las fiestas y celebraciones populares, que pueden suponer el complemento ideal a la visita a alguna de las numerosas bodegas que integran Ribera del Duero.

La vinoterapia es uno de los más modernos tratamientos para relajar el cuerpo y la mente, una placentera actividad que es posible realizar en varios establecimientos adscritos a la Ruta del Vino Ribera del Duero, que cuenta con excelentes circuitos de spa.

Los aficionados al senderismo o a la bicicleta de montaña disponen también de magníficas opciones para recorrer caminos y senderos en entornos de gran belleza, como pueden ser los de la Ribera burgalesa o las hoces que conforma el río Riaza. En ambos casos hay travesías perfectamente señalizadas, que cualquiera puede llevar a cabo. Turismo de naturaleza, gastronómico, para amantes del arte y el patrimonio, para quienes buscan un entorno tranquilo en el que celebrar reuniones de empresa o familiares; los recursos de la comarca son tan amplios como para satisfacer las necesidades más diversas.

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El valor de la verdejo

La DO Rueda es una de las grandes referencias en elaboración de blancos. Ubicada en el centro de la comunidad -tierra de viñedos y pinares- se extiende por el margen derecho del Duero. Ocupa trece municipios de la provincia de Valladolid, colindando con Ávila y Segovia. El clima y la orografía de sus suelos convierten a esta zona en privilegiada para el cultivo de la vid, especialmente la uva autóctona verdejo.

Sus orígenes vitivinícolas se remontan al siglo XI. El cuidado de la vid y la elaboración de vino han forjado el carácter de las gentes que habitan los pueblos de la DO Rueda, y por supuesto sus manifestaciones artísticas, culturales y sociales. Es una visita muy recomendable para los cazadores de nuevas sensaciones

Los vinos blancos de Rueda han obtenido un merecido reconocimiento internacional, por su carácter único. Tradicionalmente se han elaborado vinos jóvenes, aunque en los últimos años, algunas bodegas han optado por la fermentación en barrica y por los espumosos. A pesar de que la verdejo es la variedad autóctona, en la DO Rueda es posible encontrar vinos blancos elaborados otras variedades como la sauvignon blanc, viura o palomino fino.

El devenir de la historia ha deparado un extenso legado patrimonial en la Ruta del Vino de Rueda. Antiguos templos mudéjares, conventos y monasterios, castillos -como de la Mota en Medina del Campo- y el rastro de figuras trascendentales como la de Isabel de Castilla deparan múltiples lugares para visitar.

La rica cocina de siempre ha llegado al siglo XXI con nuevas formas de elaborar, pero sin perder la esencia ni el empleo de los productos de primera calidad que da la tierra. Es emblemático el lechazo asado con Indicación Geográfica Protegida (IGP), el cochinillo, las lentejas de La Armuña, los garbanzos de Fuentesaúco y las setas que se recogen en los pinares y en las campas de la comarca durante el otoño. Se elaboran buenos quesos a partir leche de vaca, cuajadas y requesones. La repostería es notable aquí.

En la Ruta del Vino de Rueda participan catorce bodegas, entre las que figuran algunas tradicionales caracterizadas por sus galerías subterráneas, que se mantienen intactas desde la Edad Media. También las hay modernas, que han apostado por la innovación y el desarrollo. El viajero puede así hacer un apasionante recorrido por la cultura del vino desde la antigüedad hasta la época actual.

En los comercios especializados de la Ruta del Vino -enotecas, hoteles y restaurantes- son muchas las opciones para el turista: desde un tratamiento de vinoterapia en un balneario hasta endulzar el paseo con la repostería local.

Es un verdadero placer pasear por los pueblos y observar la arquitectura tradicional. El Camino de la Reina Isabel y recorrer la huella de Juana la Loca son buenas opciones para compaginar un agradable paseo, con el conocimiento de algunos de los episodios más trascendentes en la historia de España.
A la figura de Isabel la Católica están estrechamente ligadas localidades como Tordesillas, donde se firmó en 1494 el tratado entre Castilla y Portugal. En 1509, llegó la reina Juana I de Castilla. La villa fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1977. Destacan museos y edificios como el Real Monasterio de Santa Clara, antiguo palacio real y uno de los mejores ejemplares de arte mudéjar en Castilla, las Casas del Tratado, la iglesia de San Antolín, convertida en museo de arte sacro, el museo del Encaje, las iglesias de Santa María y de San Pedro, la Plaza Mayor y el majestuoso puente medieval.

Por su parte, Madrigal de las Altas Torres, ubicado en la Moraña abulense es el pueblo reconocido por ser cuna de la reina Isabel.

La Seca es el epicentro del verdejo. Bien merece una visita la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, obra de Gil de Hontañón de mediados del siglo XVI, donde es posible admirar ‘La Virgen de la Pera’ de Alejo de Bahía (hacia 1500), el bajorrelieve de San Jerónimo obra de Esteban Jordán y su órgano barroco -el más grande de la provincia en activo- de 1790, obra de Antonio Ruiz Martínez. Es destacable también la imagen iluminada del cementerio con la ermita del Cristo del Humilladero. Asimismo, La Seca cuenta con tradiciones y festividades que deparan una amplia actividad como sucede en los carnavales con sus botardas y mojigangas, la Fiesta de la Vendimia, la Muestra Nacional de Teatro, la fiesta de los Novillos, o los programas de estudio sobre Viticultura y Enología.

En la comarca, además, hay otras celebraciones que pueden hacer especialmente interesante la visita. Este es el caso de las fiestas de la vendimia de Rueda y Serrada. No hay que olvidar la Semana Santa de Medina del Campo, declarada de Interés Turístico Internacional.

El paraíso del vino rosado, o clarete

Mencionar la DO Cigales es sacar a la palestra a los viticultores y bodegueros que elaboran algunos de los mejores rosados del mundo. Entre los montes Torozos y la capital vallisoletana, en tierras de Palencia y Valladolid se producen excelsos claretes y no menos buenos tintos. También hay blancos.

Todos los municipios de la Ruta del Vino Cigales tienen sus barrios de bodegas, donde históricamente se ha elaborado vino. Las bodegas tradicionales son subterráneas y sus fachadas de piedra. En el exterior puede verse la zarcera, por donde se arrojaba la uva al interior para elaborar el vino. Es fácil localizar también el respiradero -por donde salía el olor tras despalillarla- y el poyo, el lugar donde el propietario se sentaba y hablaba con otros vecinos mientras almorzaban.

En el museo de la bodega y aula de interpretación de Mucientes es donde mejor se puede conocer una bodega tradicional de la DO Cigales. Las visitas las coordina la oficina de turismo de Cigales.

Por los caminos de la actual Ruta del Vino Cigales han transitado personajes históricos tan relevantes como los Reyes Católicos, Felipe II y Napoleón Bonaparte, además de nobles castellanos y las órdenes clericales cistercienses o trapenses. El vino es muy importante en la comarca desde la Edad Media, de manera que en la actualidad aún hay un fuerte arraigo cultural en sus gentes.

Cuando se instauró la Corte de Felipe III en Valladolid (1601-1606), se consumía vino del ámbito de Cigales, lo que le proporcionó mucho prestigio. Tras unos siglos de decadencia, a mediados del siglo XIX se incrementó la superficie dedicada a las viñas como consecuencia de los ataques de la filoxera en Francia. Los viticultores franceses enseñaron a los españoles las técnicas avanzadas de viticultura. En Cigales la plaga apenas tuvo incidencia.

El paisaje que propone la Ruta del Vino Cigales, en el que se alternan los campos de cultivo con los viñedos, cambia de manera constante. De un día a otro y de una localidad a la siguiente. Pasear por los viñedos, las sirgas del Canal de Castilla, los cortados de Cabezón o las riberas del Pisuerga ofrecen un amplio abanico de estampas en apenas unos kilómetros.

Un entorno que es posible conocer a pie, en bicicleta a caballo, incluso desde el coche. Por el territorio hay señalizadas varias rutas de senderismo que aúnan el patrimonio natural con el histórico y cultural. La GR 26 ‘Tierra de Campos’ (transcurre por Mucientes), las diversas sendas de Cabezón de Pisuerga y la Ruta de los Chozos de Dueñas son algunas de estas propuestas.

Siguiendo el curso del Canal de Castilla o del río Pisuerga, al visitante se le abre un sinfín de posibilidades: desde conocer un taller cerámico y ver cómo se realizan reproducciones de cuencos de barro como los que usaban los pueblos prerromanos para beber vino, hasta visitar una fábrica de chocolate con la tradicional receta desde 1891, disfrutar de una granja con animales en un entorno paradisíaco o montar a caballo en un centro ecuestre de la zona.

Todas ellas son actividades complementarias que están ligadas a la Ruta del Vino, siempre sin perder de vista que las bodegas, restaurantes y alojamientos de la comarca son un elemento fundamental para que el turista se sienta como en su propia casa. Es posible contratar los servicios de un guía turístico que te realizará un recorrido ajustado a las preferencias de cada visitante.

El vino ha estado muy vinculado en lo que ahora es la DO Cigales a la historia y a su patrimonio cultural. El clero, la nobleza y la monarquía -que fueron grandes consumidores- han dejado un importante legado: los castillos de Fuensaldaña y Trigueros del Valle (siglo XV), el monasterio de Santa María de Palazuelos -de estilo cisterciense del primer tercio del siglo XIII, que llegó a ser la cabeza del Císter en Castilla y el monasterio de San Isidro de Dueñas, de origen benedictino del siglo XI.

La iglesia de Cigales es conocida popularmente como la ‘catedral del Vino’ por sus grandes dimensiones. El vino fue un elemento crucial para hacer posible su construcción, gracias a los impuestos. Tampoco hay que dejar pasar la ocasión de visitar el casco histórico de Dueñas, declarado como Conjunto Histórico Artístico.

La cultura y la música son ingredientes básicos en la Ruta del Vino Cigales. El auditorio del Aula-Museo Paco Díez de Mucientes (edificio levantado sobre la antigua muralla de la localidad), el castillo de Trigueros del Valle, el castillo de Fuensaldaña y el monasterio de Santa María de Palazuelos, son escenarios privilegiados en los que se lleva a cabo una programación anual variada de conciertos, eventos y espectáculos. También se organizan exposiciones artísticas de forma esporádica, tanto en estos lugares como en algunas bodegas.

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Con el carácter del Bierzo

El territorio de la DO Bierzo abarca 3.683 hectáreas, en las que desarrollan su actividad 70 bodegas y 4.210 viticultores. Se caracteriza por sus rendimientos elevados. En la última década se ha especializado en tintos y blancos a partir de variedades autóctonas como la mencía (para tintos) y la godello (para los blancos). El clima es suave y lluvioso y permite rendir generosas cosechas, aunque de menos graduación alcohólica que la media en España. Los viñedos por variedad y clima son más densos que los de Rioja o Ribera del Duero. Producen un vino suave, más cercano a los que por condiciones termopluviométricas se elaboran en Burdeos.

Son varias las bodegas, alojamientos, agencias de viajes y empresas de turismo activo las que ofrecen paquetes turísticos vinculados a la Ruta del Vino del Bierzo. Combinan las visitas a bodegas y viñedos con catas y recorridos por algunas de las localidades más relevantes de la zona. Son terrenos perfectos para la práctica del senderismo y para montar en bicicleta de montaña, con un paisaje que cautiva. Son muchas las rutas de contenido histórico y cultural que se pueden llevar a cabo tanto en los Ancares como en el Bierzo Alto y siguiendo los cursos de los ríos Sil y Boeza.

El Camino de Santiago sale de Castilla y León para entrar en su periplo final por Galicia, en dos etapas partiendo desde Foncebadón hasta O Cebreiro, con escala en Ponferrada. Por supuesto, obligado es el paso por Las Médulas, la mayor explotación aurífera a cielo abierto del Imperio Romano. En los más de dos siglos que permaneció activa extrajeron una cantidad de oro superior al millón y medio de kilos gracias al trabajo de entre diez mil y veinte mil hombres. El extenso sistema hidráulico para extraer el metal disponía de una red de canales con más de 600 kilómetros de longitud. La Unesco declaró este entorno Patrimonio de la Humanidad en 1997 por su interés arqueológico. También está catalogado como BIC y Monumento Natural. Los pueblos prerromanos ya se hacían con el oro antes de la llegada de las legiones trabajando en los cursos de agua de la comarca.

Ponferrada cuenta con cinco museos, que por sí mismo cada uno de ellos es merecedor de la visita. El dedicado a las cofradías muestra un patrimonio que cofradías y hermandades han ido acumulando a lo largo de más de cinco siglos. El Museo del Bierzo reúne una colección de piezas de diversa procedencia y de diferentes épocas. Hay piezas del paleolítico, del medievo y de la cultura religiosa. El Museo de La Radio Luis del Olmo está situado en el casco antiguo de Ponferrada, enclavado en una casona llamada la casa de los escudos, un edificio del siglo XVIII. El museo incluye una sala con una gran colección de aparatos de radio de todas las épocas. Además, El museo del Ferrocarril exhibe piezas y material ferroviario desde el año. Hay locomotoras clasificadas por año de fabricación y diversos materiales con apoyo audiovisual. En Ponferrada se ubica también el Museo Nacional de la Energía.

Bembibre es la sede del Museo del Alto Bierzo (con un carácter marcadamente etnográfico; a la muestra de arquitectura rural y enseres de artesanías se suma un pequeño apartado para la historia remota de la zona donde hay, por ejemplo, varias puntas de flechas que podrían datarse de la Edad de Hierro). En Cacabelos, el Museo Arqueológico tiene una importante colección permanente.

Regados por el Arlanza

La fértil vega del Arlanza concita elementos que forman parte de la esencia de Castilla. El carácter serio pero hospitalario de sus gentes, el clima recio, el paisaje que incluye lomas y llanuras con los chopos dibujando a lo lejos el curso del río. Es un escenario perfecto para la viticultura, para elaborar grandes vinos y para descansar durante unos días alejados del ajetreo diario. También para una escapada rápida de fin de semana, incluso más corta.

Se trata de un paisaje que se muestra totalmente diferente una estación a otra. Siempre con el aliciente del rico patrimonio que ha dejado en la comarca un pasado generoso en acontecimientos y personajes históricos.

Una decena de bodegas, un número similar de hoteles y alojamientos rurales y casi otros tantos restaurantes forman parte de la Ruta del Vino Arlanza. Es un entramado muy capacitado para atender al visitante que acude a la comarca con interés por conocerla a fondo, y también a aquellos que solo buscan unos días de relax.

En la localidad de Torquemada se puede visitar el Museo Bustos, que muestra estancia por estancia de la casa los objetos habituales de otras épocas, y en el que se organizan numerosas actividades culturales y talleres. Por otro lado, el Museo del Cerrato (Baltanás) se presenta como un centro de interpretación de la comarca que le da nombre, caracterizada por una gran variedad de modelos de paisaje, historia, patrimonio y formas de vida. También dispone de una rica pinacoteca.

Las localidades burgalesas tienen mucho que mostrar. Santo Domingo de Silos está en pleno Camino del Cid. Es un lugar lleno de historia, bellos paisajes, buena gastronomía y, por supuesto una maravillosa abadía benedictina. Muy cerca se puede disfrutar de un sorprendente paisaje en el parque natural de la Yecla; una profunda y estrecha garganta con farallones en los que habita el buitre leonado.

La villa ducal de Lerma compone el conjunto urbanístico más homogéneo y armónico de cuantos se realizaron en España en el primer tercio del siglo XVII. El antiguo Palacio Ducal es ahora Parador de Turismo. No hay que olvidar el convento de San Blas, la antigua Plaza de la Villa ni la Colegiata de San Pedro. Covarrubias, catalogada como Conjunto Histórico Artístico, dispone de una hermosa plaza.

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