Texto: Ricardo Ortega
Fotos: Enrique Lorenzo
El polígono alimentario Mercaolid ronda un grado de ocupación del 95% y representa una oportunidad de oro para las empresas que apuestan por incrementar el valor de su producto, en consonancia con las demandas de los consumidores. Un tercio de su superficie corresponde a compañías que transforman o manipulan los alimentos, con destino a todo el noroeste peninsular
Buena parte de los alimentos que se consumen en Castilla y León pasa por las instalaciones de Mercaolid, un polígono alimentario especializado cuyas naves acogen un número creciente de empresas que aportan valor añadido al producto: más de un tercio de sus 120.000 metros cuadrados está ocupado por compañías que realizan algún tipo de manipulación o transformación de los alimentos.
Una de las diferencias evolutivas de este centro frente a otras unidades alimentarias radica en su capacidad para albergar salas de despiece de carne o pescado, así como cocinas o instalaciones donde se cuecen el pulpo o los langostinos, aunque también se elaboran anillas de calamar. “El mercado está en un momento en el que ya nadie hace ese tipo de labores en su casa, sino que llegan hechas desde Mercaolid”, apunta en gerente de la entidad, Javier Pastor.
El centro ronda un grado de ocupación del 95%, un nivel muy elevado en comparación con otras unidades alimentarias españolas, y el 5% restante representa una verdadera oportunidad para muchas firmas que pueden incrementar el valor de su producto y responder de forma más adecuada a las demandas de los consumidores.
[…]
El 100% del centro se encuentra en condiciones de operatividad, lo que se traduce en que los espacios que han quedado desocupados fruto de la evolución el mercado “podrían acoger una empresa hoy mismo y empezar a trabajar de forma inmediata, ya que su equipamiento permite la manipulación de cualquier tipo de alimento”, señala Pastor.
Más de mil personas tienen su centro de trabajo en esta unidad alimentaria puesta en marcha hace más de quince años con el objetivo de garantizar el suministro de productos frescos perecederos a la ciudad de Valladolid. También a un área de influencia que con el tiempo ha llegado a abarcar a buena parte de Castilla y León. Una de las notas diferenciales frente a otros ‘mercas’ reside en la implicación de los operadores en el accionariado (un 24,5% del capital social), algo que supone una excepción en España. La sociedad generó beneficios en 2012, gracias a lo cual ha distribuido unos dividendos de 65,38 euros por acción, lo que supone una rentabilidad del 10,88% por título.
Los beneficios antes de impuestos fueron de 722.373 euros, con un incremento del 6,86%, gracias a una política de contención de gastos corrientes y a un bajo endeudamiento.
Por normativa, el Ayuntamiento de Valladolid retiene el 51% de las acciones, debido a que el objeto de actividad de Mercaolid es un servicio público: no se trata solo de que los alimentos de calidad lleguen al mercado con un precio competitivo, sino de que lo hagan en las mejores condiciones y con un riguroso control higiénico y sanitario.
Estos buenos resultados se han obtenido de forma paralela a las decisiones adoptadas para beneficiar a los operadores del recinto, como la congelación de las rentas durante dos años o el estímulo a procesos de integración y concentración empresarial, en especial en aquellos sectores más afectados por la crisis.
Las más de cien empresas que operan en este polígono alimentario especializado se distribuyen entre el mercado mayorista de pescados, el de frutas y hortalizas, el de productos agrarios, la nave de polivalencia (que alberga un complejo cárnico), la Zona de Actividades Complementarias y la zona administrativa y comercial. Estas modernas instalaciones sustituyeron al antiguo Mercado Central del vallisoletano barrio de Pajarillos, que funcionó desde el año 1969.
Más información en la revista ARGI. También te puedes suscribir.
