A. Allende
Las bodegas de Castilla y León sacarán al mercado más de medio millón de botellas de espumoso, una producción que tiene garantizada la venta. Una treintena de productores se han sumado a la elaboración de estos vinos, que suponen solo el 0,8% del volumen de exportación
La Navidad está asociada en gran medida a los vinos espumosos, los dulces de la época y los regalos. Las grandes campañas publicitarias, que inundan los medios durante estas fechas, tienen mucha responsabilidad de esta percepción que ya ha pasado a formar parte del acervo de la mayoría. Pero sea por una razón o por otra, lo cierto es que no hay celebración navideña sin descorchar un espumoso. Las bodegas de Castilla y León, de merecido prestigio internacional por sus vinos tranquilos, también disponen de una buena oferta de efervescentes cuya demanda continúa siendo muy estacional, vinculada a los festejos de fin y comienzo de año.
A pesar de que los espumosos suponen un porcentaje muy pequeño respecto al conjunto de los vinos que produce la región, en torno a una treintena de bodegas han apostado por este producto como fórmula para diversificar la oferta. Más de medio millón de botellas de estas características, elaboradas en la comunidad, saldrán al mercado.
La mayor parte del espumoso castellanoleonés se consume en territorio estatal; mucho en la propia región. Según los datos que manejan en el Observatorio Español del Mercado del Vino, Castilla y León ha exportado entre junio de 2012 y el mismo mes de este año 260.000 litros de espumosos, que solo supone el 0,8% respecto al total de 30,3 millones de litros de vino que vendió la comunidad fuera de las fronteras españolas. Las exportaciones interanuales habían caído un 15%.
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Desde algunos ámbitos reclaman una unificación de parámetros en los espumosos. Consideran que un criterio homogéneo servirá para que el potencial consumidor sepa a qué atenerse cuando adquiere un vino de Castilla y León de estas características. Otros bodegeros defienden, por el contrario, una elaboración sin tantos requisitos, poniendo el acento en la calidad sobre otras consideraciones. Así, también propugnan la vendimia de uva – especialmente de la verdejo- con menor graduación a la que imponen algunas DO, que sería más adecuada para los espumosos.
Palacio de Bornos, en Rueda, tiene previsto disponer de entre 150.000 y 200.000 botellas de sus semiseco, brut, brut nature y rosado. Los dos primeros suponen el 90% de la producción de espumosos de esta bodega, que el año pasado ya experimentaron un “crecimiento espectacular” tanto en las ventas en hostelería (50%), como en los lineales de alimentación (100%), según explica Juan Luis García. Y confían en, como mínimo, repetir la facturación.
Por su parte, Yllera tendrá disponibles este año en torno a 140.000 botellas, de las cuales 100.000 serán con marca -pertenecientes a la DO Rueda- y 40.000 del Yllera Privée (Vino de la Tierra de Castilla y León), que es la novedad de la bodega. Respecto a otras campañas, en Yllera estiman que no habrá un incremento significativo en las ventas, aunque sí han notado un ligero incremento de la demanda desde algunas provincias.
Por su parte, en Mocén también repetirán la producción del año pasado con una partida de 15.000 botellas. La novedad para esta campaña es que incorporan el formato magnum para este brut nature artesanal elaborado con verdejo, que se comercializa como con el nombre de AÑ.
En Bodegas Peñalba López –finca Torremilanos- (Ribera) la demanda es creciente, sobre todo a partir de la elaboración del rosado y del brut nature. La única bodega castellanoleonesa amparada por el Consejo Regulador del Cava. Con una producción anual que ronda las 60.000 botellas, en estos momentos están esperando la autorización para proceder al degüelle de la producción de 2012; un cava absolutamente artesanal a partir de uva de finca ecológica que venden en su totalidad mediante reservas.
Arzuaga está en el mercado con dos añadas: Txapana Arzuaga Reserva Brut 2010 y Txapana Arzuaga Rose2011. La producción anual de Arzuaga de espumosos es pequeña, aunque se incrementa cada año, según confirman desde la empresa. “La gran parte de espumoso se consume dentro de nuestra bodega, hotel y restaurante donde se comercializa como parte de nuestra oferta exclusiva para visitantes y clientes. Una pequeña parte se comercializa durante el periodo estival en restaurantes y discotecas de renombre en Ibiza”, señalan.
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