spot_img
spot_img

El vino se abre a los nuevos consumidores

El vino ha perdido terreno en los hábitos de los jóvenes a pesar de que España es la primera productora mundial. Castilla y León acoge interesantes iniciativas para paliar esta caída

Alejandro Barrio Zabaleta

El consumo de vino entre jóvenes ha descendido en los últimos años de manera preocupante. Atrás quedan los tiempos en los que se bebía por los pueblos más vino que refrescos o cervezas. Pero la realidad es la que hay. De 2005 a 2008 el consumo ha caído seis puntos, del 46 al 40%, como recoge un estudio del Observatorio Español del Mercado del Vino. Los jóvenes entre los 18 y los 25 años suponían en 2005 el 8% del mercado frente al 5,5% tres años más tarde. Por otro lado, la demanda de este producto por parte de las personas de entre 26 y 35 años bajó cuatro puntos porcentuales en el mismo periodo. Las conclusiones que se desprenden del estudio chocan frontalmente con la producción y la cantidad de regiones y bodegas españolas que elaboran vino en la actualidad. Ya no entramos a valorar la calidad, que la hay, sino la cantidad. El año pasado, España fue por primera vez el principal productor de vino del mundo al lograr una producción de 50,5 millones de hectolitros, un 41% más que en la campaña anterior, según datos de este mismo Observatorio del Vino. Atrás quedan países con mucha más tradición de viticultura como Francia o Italia, que a lo largo de 2013 bajaron notablemente su producción en comparación a otros años. Fijándonos en estos dos países, sería bueno analizar si allí existen acciones diferentes o eventos originales para mantener el consumo por parte de sus jóvenes. Más teniendo en cuenta el alarmante descenso español. Ahora, el gran desafío de cara al futuro consiste en la eliminación de barreras que frenan el consumo de la gente joven. Se trata de acabar con el divorcio existente entre juventud y vino. Para ello, se propone trabajar en el acercamiento del vino a estos públicos a través de la comunicación, Internet, redes sociales y blogs. También trabajar en un nuevo producto aportando, por ejemplo, un sistema sencillo de cierre de botellas, elaboraciones de baja graduación o bajos en calorías y desarrollar sabores más afrutados.

Un cambio de mentalidad

Y si nos fijamos en la fruta que contiene el vino está claro que ahí toman la delantera los vinos blancos y rosados. Pero es que además la gente joven accede a esta clase de vinos sin los miedos que tienen al concepto clásico. A diferencia del tinto, aparecen asociados a características como modernidad y actualidad, donde toman gran protagonismo los aromas y colores sugerentes. Para completar todo este argumento cabe destacar que la gente joven vincula el momento de consumo a periodos que además pueden competir de manera directa con el consumo de cerveza, o incluso con los refrescos, ya sea por la temperatura como por el momento del día. La solución a todo este problema reside en buscar acciones diferentes, con tirón, para que los potenciales nuevos consumidores se aficionen y se enganchen de una manera sencilla y amena. Es un handicap que, a día de hoy, el vino está considerado para mayores. Algunos afirman que no tiene nada que ver con ellos o que es un producto para entendidos. Además de que lo consideran caro y elitista. Lo cierto es que se está alejado de lo joven, lo moderno y, por supuesto, no se identifica con la juventud urbana española. Pero, a pesar de la situación difícil que atraviesa el sector, actualmente hay muchas iniciativas interesantes para darle la vuelta a esta dinámica y regenerar la inquietud de los jóvenes en este maravilloso mundo del vino. Un claro ejemplo de esto lo encontramos en Castilla y León viajando hasta Ponferrada, donde la gente de Hunger Culture -blog de gastronomía y cultura- junto con el equipo del pequeño gastrobar Gatopardo llevan dos años agitando la sociedad berciana con sus catas concierto, en las que se degustan las elaboraciones de la comarca leonesa junto a la gastronomía local cocinada de manera creativa y tentadora. Todo ello amenizado de música con raíces negras en lo que se conoce ya por el Bierzo como Mencía&Jazz. Es una manera muy diferente de acercar el mundo del vino, a través de la variedad más característica de esta zona. Fusionan el disfrute de la bebida de una manera responsable con la divulgación de algunas variedades de uva o las maneras de elaborar de esta pequeña comarca; todo ello en un ambiente muy distendido y poco académico. Se trata de un interesante proyecto que llevan a su máxima expresión con motivo de las fiestas patronales de la comarca berciana, cuando es momento de rendir homenaje a la Virgen de la Encina allá por el mes de septiembre. Entonces acercan las catas concierto al castillo de los Templarios de Ponferrada. Mezclan el Mencía&Jazz con el patrimonio cultural. Abren la bodega del Palacio para un aforo limitado y muestran diferentes elaboraciones de bodegas locales en un espectacular lugar de piedra, donde antiguamente los templarios guardaban su vino.

spot_img

#MÁSCYL RECOMIENDA

ESCAPADAS DESTACADAS

La Posada de Pradorey se convierte en un nuevo destino gastronómico imprescindible

Construido por encargo del Duque de Lerma en el año 1601 como un palacete de caza de estilo herreriano para el rey Felipe III,...

CASTILLA Y LEÓN AL DÍA

SABOREA CYL

El Capricho y Matarromera conquistan Málaga durante un mes

Si hay un maridaje que apasiona a todos los amantes de la carne y del vino, es el que podemos disfrutar con una copa...