Cerca de 600 bodegas generan un volumen de negocio de 480 millones de euros en Castilla y León. Los elaboradores sortean la caída del consumo nacional con un incremento en las exportaciones: uno de cada cinco vinos españoles vendidos al exterior procede de la región
Texto: Ricardo Ortega
Una campaña de vendimia algo demorada marca el momento cumbre del año para un sector emblemático de la economía regional, que genera un volumen de negocio cercano a los 480 millones de euros. En esta campaña son cerca de 65.000 las hectáreas amparadas por alguna de las trece figuras de calidad existentes en la comunidad, incluidas las producciones que saldrán al mercado etiquetadas como Vino de la Tierra de Castilla y León. De este modo, el 75% del viñedo regional cuenta con un reconocimiento específico, de lo que se beneficia la mayor parte de los 15.749 viticultores registrados, según datos del Ejecutivo autonómico.
Además de la relevancia económica del sector vitícola y elaborador, el mundo del vino ha demostrado en las últimas décadas que merece el reconocimiento de la sociedad también por los aspectos cualitativos, ya que representa una actividad empresarial moderna, implicada en los procesos de I+D y con una gran capacidad de adaptación a los nuevos tiempos. Así lo demuestra el análisis de sus ventas, con un sector exterior que ha salvado las cuentas de resultados en unos años de fuerte caída en el consumo de vino dentro de España.
La crisis de consumo se inició en España en los años 80 y, aunque las cifras oscilan de una encuesta a otra, se puede afirmar que en España se beben unos 18 litros de vino por persona y año, mientras que hace tres décadas se bebían más de 50 litros. Para calibrar la magnitud de estas cifras merece la pena destacar que en un país como Suiza se beben 42 litros por persona.
El consumo de vino volvió a caer el año pasado, aunque la bajada fue apenas del 0,9 %, frente al 3,7 % de 2011. Eso sí, las noticias son positivas respecto al valor, puesto que en 2012 el precio de las ventas se incrementó un 2% en el mercado nacional: los españoles beben menos vino, pero de mayor valor añadido, según un estudio dado a conocer por la consultora Nielsen. Según la misma fuente, el año pasado los vinos blancos con denominación de origen incrementaron sus ventas en un 9,6%, mientras que los vinos tintos se mantuvieron y los rosados descendieron un 1,5%.
La caída global en el consumo ha coincidido en España con diferentes factores propios, como la nueva normativa contra el tabaco o el mayor control a los conductores. A todo ello se han sumado las serias dificultades económicas que atraviesa el país desde finales de 2008.
La línea descendiente en el consumo mundial experimentó un cambio en torno a 1995, cuando empezaron a registrarse cifras cada vez más positivas gracias a la aparición de nuevos países consumidores, en los que la demanda crece de año en año, con una orientación hacia los vinos de mayor valor. A todo esto cabe añadir que en los últimos tiempos han surgido nuevos países productores, como Estados Unidos, Australia, Chile o Argentina, además de Sudáfrica, Nueva Zelanda o China.
Arranque de viñedo
Hay datos objetivos que certifican la elevada calidad media de los viñedos de Castilla y León, más allá de lecturas interesadas. La Organización Común del Mercado (OCM) del vino ha supuesto el arranque de 94.000 hectáreas de viñedo en España a lo largo de tres años, de las que solo 242,33 hectáreas (el 0,2% del total) corresponden a la comunidad. Ello significa que la comunidad arrancó apenas el 0,4% del viñedo que poseía antes de la OCM, mientras que el conjunto de España eliminó el 8,3%. Al mismo tiempo, las ayudas a la reestructuración de viñedo han beneficiado a 15.000 hectáreas, lo que para el Ejecutivo regional demuestra la profesionalización de un sector que apuesta por plantaciones altamente tecnificadas.
También resulta revelador el análisis de los costes que supone el viñedo en las diferentes comarcas de Castilla y León, con importantes diferencias entre las labores que exige el cultivo, desde la prepoda y la poda hasta el control de malas hierbas o los tratamientos. El ‘Análisis del sector vitivinícola en las DO de Castilla y León’ publicado recientemente por Cajamar demuestra que el sistema de conducción del viñedo condiciona de forma importante los costes. De este modo, la planta en vaso supone menos costes, aunque el rendimiento también es mucho menor que en espaldera. Por ejemplo, en la DO Toro el rendimiento del viñedo en vaso se estima en 2.500 kilogramos por hectárea, mientras que en espaldera se obtiene el doble.
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