Como cada año, la bodega San Roque de la Encina, una de las primeras de la actual DO Ribera del Duero y con más de 50 años de antigüedad, celebró en septiembre su Asamblea General previa a las vendimias, que comenzaron el 21 de septiembre, y en la que se abordaron algunos temas de interés para los socios, como la situación de la comercialización de los vinos.
Se informó sobre las existencias en bodega en ese momento tanto de vino a granel como embotellado, si bien se constató un aumento del 10% en las ventas del vino embotellado.
A la Asamblea, que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Castrillo de la Vega, acudieron los miembros del Consejo Rector así como 68 socios de la bodega y se presentó un informe sobre el estado del viñedo. El análisis realizado a la uva indicaba que se encontraba en óptimas condiciones, entre 12 y 14 grados.
También se insistió en la importancia de vendimias según la maduración de las viñas.
De cata en cata
San Roque de la Encina cuenta con más de 400 hectáreas de viñedo de la variedad Tempranillo, cultivadas entre sus 250 socios y busca en la elaboración de cada uno de sus vinos un equilibrio entre los métodos tradicionales y la tecnología y medios más modernos. Para dar a conocer la calidad de sus vinos, esta bodega organiza diferentes catas a lo largo del año y la próxima tendrá lugar el lunes 27 de noviembre con la asociación de Sumilleres de Burgos.
Durante este mes de noviembre San Roque de la Encina ha invitado a catar sus vinos Monte Pinadillo Rosado, Joven, Roble y Crianza en el Casino de Palencia, al que acudieron más de 50 personas, el Acuartelamiento ‘Capitán Mayoral’ de Burgos y en Caja Rural de Burgos.
Los asistentes a las catas pudieron descubrir las características únicas de cada vino. Por un lado, la elegancia del Monte Pinadillo Rosado, de tonos florales, recuerdo a hierba fresca y una denotada presencia a fruta roja; por otro, Monte Pinadillo Joven, cuyo color cereza picota llama la atención, así como su intensidad o el tanino afrutado y dulce en boca. Ese mismo rojo cereza picota se aprecia en su Monte Pinadillo Roble, que deja una sensación golosa y cálida en nariz y, en boca, amable y muy frutal.
De Monte Pinadillo Crianza destaca por ser dulce y poderoso, bien fundido. Recuerda a fruta negra en licor, mermelada, regaliz… y tiene un final balsámico que redondea aún más este apreciado vino.
A partir de una vendimia manual seleccionada y una fermentación controlada, que pasa por barricas de roble americano y francés, San Roque de la Encina obtiene unos excelentes vinos, valorados y reconocidos en el mercado.
