Texto: Marta Álvarez y Patricia Alonso
Elaborado por la bodega Vinos Sanz, la veterana de las bodegas regionales premiadas con un Gran Zarcillo de Oro, este blanco aúna en su ADN la herencia francesa y una magnífica adaptación a Rueda, que le ha dotado de expresividad y sabores tropicales.
Uno de los dos vinos blancos castellanoleoneses premiados con un Gran Zarcillo de Oro ha sido Finca La Colina Sauvignon Blanc 2012, de la Bodega Vinos Sanz. Este vino recibe su nombre del viñedo más singular que posee la bodega, donde algunas de las cepas más antiguas de la denominación comparten horizonte con un extenso pinar.De hecho, las primeras viñas de sauvignon blanc fueron plantadas en Rueda (algunos años antes de la creación de la DO en 1980), en concreto en la Finca La Colina. “Esta particularidad es la seña de identidad de nuestros vinos, una materia prima prácticamente única”, afirma Ana Carbajo, responsable de exportaciones de la Bodega Vinos Sanz. “Es muy difícil encontrar un vino así en España; por eso sorprende tanto”.
La situación de esta finca es privilegiada, en el corazón de La Seca y a un escaso kilómetro de la ribera del río Duero, ocupa prácticamente las 100 hectáreas de terreno de la bodega. Esta finca es el ojito derecho de Vinos Sanz por su cuidado exhaustivo, viñedos centenarios, selección, producciones bajas y controladas, exclusividad y amor al vino. “El secreto reside en el ‘terroir’ pedregoso y en la pureza de las cepas, que dan las condiciones perfectas para este vino y lo hacen muy expresivo y muy diferente a otro sauvignon blanc”, apunta Carbajo.
Esta variedad es originaria del país galo, “pero ha sabido adaptarse magníficamente al terreno de Rueda y ha dotado de complejidad y elegancia” al Finca La Colina, señala la responsable de exportaciones. Procedente de una selección de las cepas más antiguas de esta clase de uva, este varietal ha sido elaborado “con especial cuidado para lograr un vino que exprese la amplia gama de aromas y sabores típicos de esta uva, tan cercanos a los frutos tropicales”, explica Carbajo.
Vinos Sanz es la más antigua de la zona de Rueda. Fundada en 1870, atesora la huella de seis generaciones dedicadas al cuidado del vino. Desde hace diez años, la bodega cambió de propietarios y Joaquín Carbajo es el nuevo consejero delegado. Su trayectoria siempre ha girado en torno a dos ejes principales: la tradición y la calidad, “los mismos valores que seguimos manteniendo en esta nueva etapa”, apunta la responsable de exportaciones.
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