El sábado dijo adiós una de las figuras más carismáticas del mundo del vino. Alejandro Fernández, fundador de la bodega Tinto Pesquera y uno de los impulsores de la Denominación de Origen Ribera del Duero, fallecía en Santander a los 88 años después de una vida estrechamente vinculada a la agricultura y la elaboración de vinos emblemáticos.
Alejando puso a su pueblo, Pesquera de Duero, en el mapa gracias a la etiqueta de sus elaboraciones. Su trabajo incansable por dar a conocer los tintos de la comarca le convirtió en un personaje destacado, amigo además de figuras públicas como el cantante Julio Iglesias o el rey emérito, Juan Carlos I.
Es muy largo el reguero de anécdotas protagonizadas por Alejandro en el medio siglo en que su nombre ha estado vinculado al vino y a la Ribera. Representante de la generación de bodegueros que elevó el vino de Castilla y León al Olimpo de la enología nacional y europea, en los últimos años fue noticia por la crisis vivida en el seno de su familia, incluida la separación con su mujer, Emilia Rivera, y la ruptura con tres de sus cuatro hijas.
La cuarta de ellas, Eva, fue durante años enóloga de la bodega matriz, en Pesquera, y estaba junto a él en el momento del fallecimiento.
El grupo empresarial creado por Alejandro, hoy bajo la marca Familia Fernández Rivera, está consolidado como una empresa en la que cada unidad de negocio «tiene personalidad y protagonismo propios», según sus responsables. Las bodegas Tinto Pesquera, Condado de Haza, Dehesa de la Granja y El Vínculo, junto al Hotel AF Pesquera, conforman la estructura de un grupo «que aspira a seguir siendo un referente en el sector enológico español e internacional», con presencia en más de 70 países.