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Paredinas y La Garona, lugares de culto al vino

La bodega Estancia Piedra, dirigida por Inma Cañibano, cumple quince años respondiendo a su compromiso con el Duero y consolidando su apuesta por la cultura del vino. Un centenar de ponentes ya han pasado por sus célebres encuentros del Vino Tauro.

Piedra es el nombre que lucen en la etiqueta los vinos que elabora esta bodega, que surgió de la iniciativa del abogado escocés Grant Stein, pues en 1997 decidió invertir en el Duero. Desde entonces, la dirección de la bodega está en manos de Inma Cañibano, que ha logrado apuntalar sus vinos en los mercados de calidad con un planteamiento cultural añadido que atrae a miles de visitantes todos los años a las actividades creadas desde la bodega, y que van más allá de la fórmula enoturística de visita y degustación. Sus vinos se llaman Piedra (Azul, Rojo y Verde), y sus tintos de alta expresión. La Garona y Paredinas responden a nombres del terruño de las fértiles vegas del río Guareña, que es afluente del Duero. La ubicación de las viñas y de los edificios facilita al visitante el disfrute de espacios ajardinados, plantaciones de viñedos, naves de elaboración y crianza y un moderno edificio social de gran amplitud donde se puede participar en actividades gastronómicas, enológicas y un amplio calendario de opciones culturales.

«El planteamiento cultural de Estancia Piedra es un valor añadido a su oferta de vinos»

La bodega Estancia Piedra se ha convertido en un lugar de culto al vino y, dentro de la Denominación de Origen Toro, destaca por su agenda cultural. Para Inma Cañibano, lo más importante es conseguir que quienes se acercan a conocer, degustar y comprar los vinos “se salgan del perfil de enoturistas para convertirse en turistas interesados en conocer una bodega y sus vinos”. Esta es la clave, según Cañibano, que explica el éxito de las visitas, por supuesto siempre respaldadas por vinos de corte moderno, buena relación calidad-precio, y elaboraciones que expresan las virtudes propias de la tinta de Toro, variedad reina de la zona.

Las opciones de visita a la bodega son innumerables. Una de las más sencillas, que lleva el nombre ‘De la cepa a la copa’, ofrece un recorrido por el viñedo y concluye con la degustación de uno de los vinos de la bodega. Otra de las propuestas enoturísticas se centra exclusivamente en la cata, ofreciendo tres modalidades: cata de tres tipos de vinos; cata de tres vinos con un aperitivo; o bien cata de seis tipos de vinos, esta última, de dos horas de duración.

Sinfonía de sabores

El compromiso de Estancia Piedra por los productos de calidad del entorno se traduce en otra de sus propuestas enoturísticas, denominada ‘Sinfonía de Sabores’. En ella se realiza un recorrido sensorial por las variedades de uva más importantes del territorio, que encuentran su maridaje con alimentos tradicionales de la zona, como son los panes, quesos de distintas procedencias y curaciones, embutidos, hornazos y dulces tradicionales.

Estancia Piedra también ofrece al visitante las claves para interpretar el valor de un vino, a través de catas adaptadas a los conocimientos, gustos y exigencias. De ahí que sea posible asistir a catas verticales, catas del mismo vino base con diferentes tiempos de crianza y diferentes barricas, catas de vinos monovarietales y, por supuesto, visitas a viñedos para reforzar el conocimiento sensorial. Por último, los cursos intensivos de cata de la bodega destacan por su buen planteamiento, pues además están impartidos por profesionales del mundo del vino que se adaptan a las necesidades y preferencias del grupo. Todas las opciones incluyen una visita a la bodega y, en algunos casos, se facilita la entrada a centros y museos del entorno.

«La firma toresana se adapta al conocimiento, gustos y exigencias de los visitantes»

Sin duda, una bodega de Toro cuyos tintos Piedra han alcanzado un lugar entre los consumidores, que se llevan una sorpresa cuando conocen el lugar donde se inspiran.

 Cultura, vino y gastronomía en estado puro

En los últimos cinco años, Estancia Piedra ha organizado casi un centenar de actividades relacionadas con la cultura y el mundo del vino. La más destacada es la denominada Leyendas del VinoTauro. El ciclo de primavera se inició con un encuentro sobre la cocina criolla (imagen de la izquierda) a cargo de Julio Valles. Le seguirá el titulado ‘La taberna de los cien vinos. Los vinos del siglo XVI’, que se celebrará el 30 de mayo. ‘La cocina del Renacimiento’ se abordará el 27 de junio.

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