Foto: Algunas de las tapas de Casa Lucio.
Cocina de vanguardia y tradicional se dan la mano en la capital del Carrión, donde es posible hallar una gran oferta para disfrutar de la gastronomía en miniatura. La calidad de la materia prima y el buen hacer en los fogones satisfacen los paladares más exigentes
La capital palentina se nutre de lo mejor de la provincia, que es mucho decir. En este territorio privilegiado, agricultores y ganaderos cultivan excelentes vegetales y crían algunas de las mejores carnes del país. También hay una buena industria transformadora, que mima estas materias primas para obtener todo su enorme potencial. Y los artesanos, portadores de unos conocimientos que han pasado de padres a hijos desde hace generaciones, se desenvuelven en todo tipo de disciplinas; desde la repostería hasta la chacinería. Tradición que en ningún caso está reñida con las más modernas técnicas ligadas a la cocina y a la conservación de los alimentos.
Con este bagaje gastronómico de primera línea resulta fácil deducir que pasar por Palencia y no probar su comida sería una oportunidad de oro desperdiciada. En Palencia es obligado, de una manera u otra, disfrutar sus viandas. Y es que la ciudad del Carrión, además, cuenta con un entramado hostelero de primer orden. Y con un entorno que invita a caminar por sus calles y disfrutar de una ciudad cargada de patrimonio. Un tranquilo paseo para reponer fuerzas en una barra bien nutrida de pinchos, o en una terraza, constituye un placer al alcance de cualquiera en esta pequeña pero agradable capital de provincia.
La ciudad cuenta con un número importante de locales en los que disfrutar de recetas en miniatura, con las que merece la pena deleitarse acompañándolas de un buen vino de la tierra, o con alguna de las cervezas artesanales que también elaboran maestros cerveceros de la tierra. Cabe destacar el grupo de establecimientos de hostelería integrado por más de una treintena de restaurantes acogidos a la marca Alimentos de Palencia. Se trata esta de una iniciativa promovida por la Diputación Provincial, que acredita la calidad de los productos y servicios adheridos.
Las antiguas piedras de los monumentos emblemáticos de la capital están perfumados por la cocina castellana. Así, tan gratificante para espíritu y el cuerpo resulta sentarse a la mesa de uno de estos restaurantes como recorrer varios de ellos para conocer la gastronomía local en forma de pinchos y tapas. Las alternativas son muchas y variadas.
Cabe la opción de decantarse por elaboraciones de toda la vida -una apuesta segura-, o sumergirse entre las tapas de una cocina más elaborada. Las creaciones que se enmarcan en las tendencias innovadoras juegan con texturas y presentaciones para componer vistosas barras, ante cuyo atractivo resulta difícil resistir. Pero siempre con el sabor y la calidad como argumentos fundamentales.
Tampoco es mala opción, ni mucho menos, la de quienes se decantan por conocer la tradición gastronómica palentina comiendo de pinchos. Son numerosos los locales que han sido capaces de trasladar a su barra, en forma de raciones y tapas, la cultura culinaria de una provincia que siempre ha contado con los mejores y más saludables productos para alimentarse.
Además, la ciudad se caracteriza por su ambiente agradable, tranquilo, que invita a la agradable conversación mientras se goza de la comida, ya sea sentado o a pie de barra. Palencia es una apuesta fija cuando se trata de planear una escapada gastronómica de fin de semana o en vacaciones. Éxito seguro.
Entra y descubre bares y restaurantes acogidos a la marca Alimentos de Palencia
